Santi Vila: "Puigdemont me casó y no me salió bien"
El exconseller de la Generalitat de Cataluña acudió este domingo a 'Chester' para hablar de su antigua amistad con Puigdemont y la actual situación de su comunidad.
25 junio, 2018 01:00Noticias relacionadas
Amigo íntimo de Carles Puigdemont (55 años) -él le casó en su primer matrimonio-, el exconseller de la Generalitat de Catalunya, Santi Vila (45), ahora es considerado como un traidor por una parte del independentismo después de que en el instante previo a la proclamación de la independencia, dimitiera.
"Lo único que le puedo echar en cara es que me casó y no me salió bien. Éramos muy amigos. Y quiero pensar que en lo personal lo seguimos siendo. Pero desde que proclamó la independencia, no hemos vuelto a hablar. Sí he hablado con su entorno, he subrayado que me tiene a su disposición, más allá de la discrepancia política", explicó este domingo en Chester.
"2017 se inició con el anuncio por parte del Gobierno de Rajoy (63) de la operación diálogo con Cataluña y hubo conversaciones con todos los partidos (…) Por parte del Gobierno del Partido Popular también hubo ministros que estaban muy preocupados por esta situación y que, discretamente, intentaron explorar posibilidades. Todos mis movimientos siempre fueron autorizados por el president", recordó.
"No fue hasta los atentados de Barcelona cuando Puigdemont y Rajoy se dieron el teléfono móvil personal, es decir, la posibilidad de hablar, sin jefes de gabinete ni intermediarios, sin secretarias ni intermediarias, sin dejar rastro, a propósito de los atentados", continuó.
Sin embargo, tras la tregua y la unidad contra la barbarie terrorista, llegó el 1 de octubre y la convocatoria del referéndum. "Estábamos convencidos que con la movilización masiva, conseguiríamos que Rajoy diera su brazo a torcer (...) Si de mí ahora dependiera no lo hubiéramos hecho de ese modo para evitar el mal trago a la gente", sostiene Vila respecto a lo sucedido en aquella jornada.
"Aquí ha habido un ejercicio de responsabilidades a veces muy irresponsable precisamente por la elusión de responsabilidades. Tenemos que ser muy críticos y exigentes todos con nuestro propio papel. Y una vez lo hayamos analizado, que nos sea de alguna utilidad para mirar adelante".
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