Licenciada en Historia, Antropología y Arte Dramático. Lidia San José (35 años) vive el éxito como algo efímero, relativo, que va y viene, pero subraya que lo bueno permanece y que la vida está "para gozarla". Su filosofía es clara, ayuda que se encuentra en su mejor momento profesional y también personal, sin pareja por deseo propio y porque "los hombres me quitan la vida". No está dispuesta, insiste y piensa exprimirla hasta decir basta.
Enhorabuena por el éxito de Paquita Salas... ¿Cómo se vive este momento cuando se apagan las luces?
Muy emocionada. Ahora con las redes sociales es como que puedes seguir viviendo en casa el momento de la emoción y de lo que está reportándote el trabajo. Mi vida es cuando se apagan las luces, lo otro es una parte de la profesión que he elegido. Mi vida es mi familia, cuando llego a casa, duermo con mi perro, ayer me fui al campo con mis amigos de toda la vida que vinieron a buscarme... Las luces están y desaparecerán, triunfarás y destriunfarán, te criticarán o encantarás.
Su participación en Paquita Salas vino a través de un mensaje de Javier Calvo (27) vía Facebook... ¿En qué estaba justo en ese momento?
Estaba inmersa en el rodaje de una peli y el productor se largó con la pasta en mitad de la grabación. Dejó el rodaje a medias y por supuesto no nos pagó. Es la segunda vez que me pasa esto, aunque es la primera vez que lo cuento.
¿Qué cameo le haría ilusión tener en la tercera temporada?
Mi hermano, Jorge San José (32), sería lo mejor del mundo mundial. Leonor Watling (42), Gael García-Bernal (39)...
¿Son pistas?
¡No! No tengo ni idea de quienes estarán en la tercera temporada y si lo supiera tampoco lo diría. Mira, ahora que está teniendo tanto éxito La casa de papel, Pedro Alonso (47) era quien llevaba en la discoteca en la que yo entraba en A los 11 en casa. Otros cameos soñados: Joaquín Sabina (69), por ejemplo. Carmen Maura (72).
¿Alguna vez se ha quedado en blanco en un rodaje?
No, una vez me dio una bajada de tensión en el escenario. Me tuve que agarrar. En castings muchas veces, lo paso muy mal.
¿Considera fracasado a alguien que ha triunfado en la televisión (mediante una serie, por ejemplo) y después desaparece del ojo público?
El éxito para mí es otra cosa. Hacer televisión, tampoco en su momento cuando lo hacía lo vivía como "¡oh!". Mi vida seguía siendo la misma, tenía a mis amigas de toda la vida... Es que yo quería ser actriz y quiero ser actriz.
¿Cree que es sano reírse de uno mismo?
En la vida hay que reírse de todo porque si no, ¿para qué estamos? Para mí, tal y como soy, solo hay una vida y me la voy a gozar. Cuando veo a alguien que se cae por la calle, me río, y si me río de la gente, ¿cómo no me voy a reír de mí?
El jueves pasado fue la premier y estuvieron todos menos Ana Obregón (63), ¿la echaron de menos?
Claro que la echamos de menos. Todos la echamos de menos. Hubiera sido un sueño que Ana hubiera estado allí.
Trabajó con ella en A las 11 en casa, ¿cómo ha sido su relación en estos años?
No hemos tenido relación porque entonces yo era una niña y ella era adulta. Pero Ana es de las personas con las que he trabajado y puedo decir que se encuentra en el top de las personas que mejor me han tratado. Ana es un ser hiperespecial, superinteligente, y que cuida... A mí me cuidó mucho. Si en el rodaje había alguna frase que me costaba decir y no era capaz de cambiar, Ana me preguntaba... "¿Lidia, alguna frase que quieras cambiar o que te cueste?" "Pues mira esta frase...". Y ella misma comentaba al director que no le gustaba esa frase para mí, por hacérmelo más fácil. Esa generosidad no existe en esta profesión.
¿Le ha podido enviar un mensaje en este tiempo en que ha estado en Nueva York?
No, no, no... Me es muy difícil gestionar esas cosas... Cuando yo viví un terremoto en México, que para mí fue muy fuerte, la cantidad de mensajes que recibí acabó siendo contraproducente. La situación me superó, "¿estás bien?" "¿sigues bien?" Te sientes en la obligación de contestar. Sí que he preguntado a amigos cercanos a Ana pero yo no quiero hacerlo porque creo que ella querrá pasar del teléfono y estar únicamente con su hijo. No quiero que esa mujer pierda un minuto de su tiempo en contestarme y quitárselo de estar junto a su hijo.
Y a la contra, ¿ha recibido algún mensaje de alguna antigua compañera de rodaje tipo Paz Padilla (48)? ¿Cómo es su relación actual con ella?
No, de Paz no, pero recibo muchos mensajes de gente... De Paz no, seguramente cuando la vea, quizá lo haga. Yo me he llevado bien siempre con la gente con la que he trabajado.
Dejando a un lado su faceta más profesional, que ya hemos visto que está en su mejor momento... ¿Cómo se encuentras en lo personal?
Feliz, feliz, feliz. Casi siempre soy feliz.
Siendo un poco más directo, ¿está enamorada? ¿Hay alguien especial?
Uy, hijo, no. Cada vez que hay un hombre me quita la vida (se ríe). Mi felicidad parte de que estoy centrada en mí, centrada en mi vida.
Expectativas para la tercera temporada, ¿te atreves a dar alguna idea?
Con Paquita me pasa algo muy especial. Se me ocurren tantas cosas... La primera me pareció tan buena, y pensé, "a ver si la vamos a liar, las críticas...". Pero cuando me llegó el guión... Es que los Javis son unos genios. Cuando leí eso me pareció mejor que la primera. Paquita Salas se va a convertir en un Friends o un Sex and the city. Me encanta. Amo trabajar, ¿qué quieres que te diga? El otro día al estreno íbamos con guardaespaldas. Estamos viviendo el sueño americano, que algo tan pequeño se convierta en algo tan grande. Es indescriptible.
La niña de Ala... Dina. La hija de Ana Obregón en A las 11 en casa. Lidia San José es más que eso por mucho que sus mecenas de cabecera la hayan devuelto al ojo público e internacional con ese pretexto. En la segunda temporada, Lidia es la niña de los ojos de Paquita, no de ahora, sino en los momentos en los que la llevaba a la escuela y se dormía en su regazo el día de su cumpleaños tras pedir el deseo de que cogiesen para "ese papel". Y lo cumplió. Lidia lo cumplió con creces.