Pablo Casado (37 años) ha sido el elegido para presidir el Partido Popular, una lucha por el poder en la que lleva envuelto semanas. Toda la atención de este sábado está centrado en el joven palentino, que ve cómo uno de sus sueños por fin se cumple. Pero a la sombra del foco, vestida de blanco y naranja, en un plano discreto pero no por ello menos importante se encuentra la que a partir de este día es la primera dama del PP: Isabel Torres Orts (38).
A simple vista la alicantina llama la atención: pelo rubio, estilizada, de apariencia simpática y afable, y una gran sonrisa que se hace incluso más amplia cuando mira embelesada a Pablo Casado. La psicóloga es de esas personas que destacan, y aún así le gusta de la intimidad y discreción dentro de los límites que le permite el trabajo de su esposo.
Rompiendo esta tendencia a mantenerse en segundo plano, durante las semanas que ha durado la lucha de Pablo Casado para hacerse con el poder del PP Isabel ha hecho un esfuerzo para prodigarse en los actos públicos de su marido y apoyarle en todo momento: eventos con los votantes, acercamiento a sus compañeros de partido, viajes a lo largo y ancho de España, todo ello a pesar del cansancio que también se deja notar en los que acompañan a Pablo por toda la geografía de nuestro país.
Sonrisa impertérrita, conjuntos elegantes pero no ostentosos y a su lado, siempre a su lado, son los detalles que mejor sirven para describir a esta joven. Pero tras esta imagen que ofrece hay mucho más: una psicóloga de profesión, apasionada por la familia y que ha superado algunos de los momentos más duro que puede atravesar una pareja.
Isabel y Casado, un amor de universidad
Isabel proviene de una familia con poder de la costa alicantina. Afincada en Elche, su madre María Dolores Orts es una de las descendientes de los propietarios del grupo Huerto del Cura, una agrupación empresarial que posee varios hoteles y locales en esta pequeña localidad.
Pero el cariño que sentía por su tierra no era suficiente para circunscribirse a los límites alicantinos, y cuando fue mayor se marchó a la Universidad Autónoma para estudiar Psicología. Fue en esta época, durante una fiesta en un Colegio Mayor, donde conoció a un jovencísimo Pablo Casado, quien también estaba cursando Derecho y Dirección y Administración de Empresas.
"Lo mejor de ella es todo. Es una persona extraordinaria. Por eso me casé con ella. Es mucho mejor que yo. Claramente, yo salí ganando... A mí me parece que es muy guapa, muy lista, muy buena madre, muy buena esposa, muy buena profesional...", ha dicho de ella el actual líder del PP.
La pareja compenetró a la perfección, y comenzaron una relación que se formalizó el 20 de junio de 2009 con una boda por todo lo alto en la Basílica de Santa María de Elche. Por todo lo alto porque a la ceremonia acudieron varios personajes de primera línea de la política de ese momento y fue todo un evento en la localidad alicantina, tal y como recogen los medios locales en ese momento.
Entre los invitados se podían encontrar al expresidente del Gobierno José María Aznar (65) y su mujer, Ana Botella (64), o la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (66). Miembros del PP que acudían para estar con un jovencísimo militante del partido que poco a poco cogía fuerza en la agrupación.
Isabel en la actualidad trabaja como psicopedagoga en un colegio del norte de Madrid. Puesto en el que pone toda su pasión y en el que pasa desapercibida como una más de los miembros del claustro, al menos por el momento.
Isabel y Pablo han formado una familia feliz con sus dos hijos, Paloma y Pablo. El clan vive en Madrid, en piso en el barrio Salamanca, valorado en más de medio millón de euros, que adquirieron con una hipoteca. Cuando no están en la capital disfrutan bajando a Elche, donde está la familia de la psicóloga y donde poseen un piso con dos plazas de garaje.
Uno de los momentos más duros de Isabel
Una persona es lo que es por lo que le ha tocado vivir, y en el caso de Isabel y Pablo hay un hecho que sin duda les ha marcado profundamente: el nacimiento de forma prematura de su hijo Pablito.
A las 22 semanas de gestación Isabel notó cómo se le rompía la bolsa que protegía el feto. Cuando los médicos descubrieron qué estaba ocurriendo le comunicaron a la joven que solo existía una opción: tenía que permanecer inmóvil hasta que el pequeño creciera lo suficiente. Un momento crucial de esos en los que uno muestra de qué pasta está hecho y que Isabel pasó con nota.
Junto a ella se mantuvo Pablo, quien no se separó de la psicóloga ni una sola noche, compartiendo habitación e inquietudes durante las tres semanas que duró este episodio.
La reclusión de Isabel terminó a las 25 semanas de gestación, cuando el bebé finalmente nació pesando solo 700 gramos. Pero en la planta del hospital no hubo champán ni felicitaciones eufóricas, ya que el nacimiento de Pablito solo era el comienzo de una lucha diferente.
El pequeño tuvo que pasar otros cuatros meses ingresado en el hospital, dos en la UCI y otros dos en observación. Semanas tras semanas, hora tras hora la pareja veía como el pequeño creía ante sus ojos y con cada gramo que cogía la amenaza contra su salud se hacía más pequeña. En todo este tiempo ni la joven ni el político se despegaron de la incubadora.
Cuando por fin le dieron el alta Isabel llevó a cabo todas las recomendaciones de los médicos para un bebé que nació de forma prematura. ¿El resultado? En la actualidad el pequeño tiene cuatro años y parece que todo ha salido a la perfección.
Para agradecer esta recuperación, y cumplir así la promesa que hicieron durante el tiempo que Pablito estuvo ingresado, la familia al completo hizo el Camino de Santiago el año pasado. Un episodio que tampoco estuvo exento de dificultades, ya que Torres tuvo que ser atendida debido a las "múltiples ampollas" que tenía en los pies, por tantos kilómetros recorridos durante tantas horas.
Pudiendo con todos estos kilómetros, la carrera y un episodio tan duro como el nacimiento prematuro de su hijo, es probable que consigue bordar con nota su papel como primera dama del PP.
[Más información: Los cuatro años de lucha de Pablo Casado y su mujer para sacar adelante a Pablito, el niño que nació con 25 semanas]