Se presenta un verano de recuperación y reposo para Tamara Falcó (36 años). Últimamente, la única hija en común entre el marqués de Griñón (81) e Isabel Preysler (67) no se prodiga por los clásicos saraos VIP por no encontrarse demasiado bien consigo misma tras haber recuperado algo más de ocho kilos.
Según recoge LOC a través de fuentes cercanas a la socialité, "Tamara no se siente bien con su cuerpo actual porque ella siempre ha estado más delgada. Los amigos le dicen que está bien, pero tener una madre como la suya o una hermana como Ana, con unas medidas tan controladas, no ayuda demasiado".
Su ausencia ha sido evidente, pues es natural verla por diferentes y exclusivos eventos con la llegada del verano; o de concierto en la gala Starlite, donde es una habitual. Su última aparición data del pasado 13 de julio en Palma de Mallorca. En concreto, en la tienda Paula's Room, donde se encontró personalmente con clientes de la boutique para presentarles personalmente la primera colección de su firma: TPF.
Vestida con telas vaporosas, gasas y colores oscuros, tal y como informa el mencionado medio de comunicación, "Tamara tiene miedo a que saquen noticias como las de hace dos años. Por eso, no ha ido estas últimas semanas a las fiestas a las que le han invitado".
Lo cierto es que a finales de 2016 la presencia de Tamara Falcó en los Prix Marie Claire de la moda, donde recibía el Premio a Icono del Año, sorprendió por su espectacular cambio físico. Su cuerpo esbelto, incluso en ocasiones demasiado delgado, pasó a ser algo más voluminoso; y ante eso, explicó: "Tengo un problema de tiroides que, aunque ya estoy poniendo todo para solucionarlo, es largo y pesado. En un primer momento me agobió bastante pero luego he aprendido a amar las curvas femeninas".
Meses más tarde, en el verano de 2017, Tamara ingresaba junto al novio de su madre, Mario Vargas Llosa (82), en la clínica Buchinger-Wilhelmi de Marbella, en la que se sometió a un tratamiento con el que recuperó su estado físico anterior casi al completo. Tamara Falcó seguirá este año los mismos pasos que hace exactamente doce meses. Lo que se desconoce es el precio que pagará por ello, algo que varía fundamentalmente por el tiempo que permanezca ingresada y por si su estancia allí incluirá habitación 'simple' o 'suite'.
Por veintiún días de ayuno terapéutico bajo supervisión médica, los pacientes del exclusivo establecimiento pagan entre 5.500 y 34.000 euros. No obstante, existen programas más cortos: de 10 días, entre 3.000 y 17.400 euros o una semana por 2.500 o 12.700 euros.
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