Terelu Campos (52 años) ha tomado la decisión más importante de su vida después de recibir los resultados de los análisis de su segunda operación de cáncer. Tras unos días de incertidumbre en Málaga, el tumor de la presentadora mide 7 milímetros y ha decidido, tras meditarlo pausadamente, someterse a una doble mastectomía. Así lo ha asegurado en las páginas de la revista ¡HOLA!. 

"Estoy decidida a hacerme una doble mastectomía. La otra opción, en vez de quitarme los pechos, serían 25 o 30 sesiones de radioterapia y cinco años de tratamiento hormonal con pastillas, pero, ¿quién me asegura a mí que, después, no me vuelva a aparecer otro tumor? Necesito ya un poco de paz", han sido las primeras palabras de Terelu en la citada publicación. 

Tiene tan decidido este paso que va a dar en su vida que solo atisba las cosas positivas de someterse a esta intervención el próximo mes de septiembre: "En mi caso, y al no existir ya tumor alguno, se haría una reconstrucción de los senos, en el mismo quirófano, nada más hacerme la mastectomía". Y es que, si no hubiera optado por quitarse los pechos, la radioterapia habría sido inmediata en su caso particular: "Habría que darla cuanto antes, ya que no se puede posponer porque es efectiva inmediatamente después de la operación". Esta operación la realizará por su bien y por su futuro, no por el miedo al tratamiento. En su familia, la determinación de la mastectomía ha sido, en general, bien recibida: "A mi hija Alejandra es a la que más le impresiona mi decisión, porque no deja de ser una niña de 18 años, aunque piensa que por mi seguridad y también por la suya. 'Mamá, ¿me puede pasar esto a mí también?', me pregunta". Por su parte, María Teresa Campos (77)  lo ha aceptado con positivismo: "Mi madre me pone como ejemplo a Angelina Jolie. Me ha sorprendido su reacción y me ha dicho que esté muy firme". 

Además, la colaboradora de Sálvame ha aprovechado su entrevista en exclusiva para confirmar que se está haciendo un estudio genético: "Se hace para determinar la predisposición a que el tumor aparezca en otros lugares del cuerpo, determinar el tratamiento más adecuado y si pudiera ser hereditario". Eso sí, en ese momento se olvida de ella y antepone su papel como madre: "Mi mayor alivio sería que, genéticamente, no le transmita nada a mi hija, que todo lo malo que tenga que pasar me pase solo a mí". Reconoce que este segundo zarpazo de salud le ha cogido por sorpresa, pero que se encuentra animada y, ante todo, con sentido del humor: "En estos casos solo tienes dos formas de tomártelo". 

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