Hay personas que soñamos con la jubilación, con no rendir cuentas a nadie, con hacer lo que nos plazca, con desarrollar nuestra creatividad o nuestro aburrimiento sin límite, levantarnos y acostarnos a la hora que nos apetezca. Pero ese no es el caso de aquellos que han probado la droga más dura que existe: los yonkis de la popularidad, la fama, el relumbrón, los autógrafos, las miradas furtivas en los restaurantes, el chasquido de los flashazos al acudir a un estreno.
No se habla en España de otra cosa que de la 'no jubilación' de María Teresa Campos (77 años), quien dejó muy claro en una conexión en directo desde Málaga con Sálvame que no está dispuesta a retirarse bajo ningún concepto. Normal, tiene contrato de cadena, y aunque las condiciones y cláusulas del mismo son casi secreto de estado, no percibe precisamente ninguna miseria. Cobra, sí o sí, independientemente de si tiene o no programa en pantalla o proyectos en cartera.
Y ella quiere tener lo antes posible uno y ha insinuado en Lecturas que le gustaría un programa musical. Está convencida de que ha de ser la audiencia y solo la audiencia quien la retire. Voy a contaros una anécdota sobre las edades y el paso del tiempo. Recuerdo a Chari Gómez Miranda, la madre de Belén Rodríguez, más conocida como doña Adelaida, presentadora de culebrones como Cristal junto a Javier Basilio en el programa de Jesús Hermida, quien ayudó mucho a María Teresa Campos cuando llegó a Madrid procedente de Málaga y daba sus primeros pasos en TVE. Teresa, que es una mujer agradecida, le dio trabajo en Telecinco muchos años más tarde y también le pidió que desmintiera a Sara Montiel. La manchega dijo que La Campos había sido poco menos que una muerta de hambre que le pedía vestidos prestados para ir a fiestas. A María Teresa no le hizo ninguna gracia. Y Chari, a petición de su jefa, entró en antena para decir que la que le pedía los trapitos era ella. La cosa no quedó muy clara.
Por aquel entonces doña Adelaida/Chari, que ya había superado los setenta, tenía una artrosis galopante en una rodilla y con la ayuda de una muleta o un bastón arrastraba su pierna mala por los pasillos interminables de Telecinco. A pesar de tener hijos muy crecidos, era ella quien durante mucho tiempo mantuvo la casa en la que vivía en la Ciudad de los Periodistas. Un día la vi especialmente cabreada, muy cerca del cuarto de baño del pasillo donde están todos los cuadros de personajes de la casa. "¿Qué te pasa?", le dije. A lo que contestó: "Que me tengo que ir en este estado a hacer entrevistas a un submarino nuclear. ¡Qué manden a Rociíto (41)! ¡No te fastidia!". Pues no, no mandaban a Rociíto ni a Lara Dibildos (46), quien, por cierto, era una niña muy esforzada que se minutaba todo.
Los trabajos 'finos' o complicados se los mandaban a ella, porque tenía oficio, no porque pretendiera su jefa echarla con semejantes encargos. Más grave me parecía lo de Sarita Montiel y los vestidos. Yo siempre fui muy de Sara y me creí la versión de la manchega.
María Teresa no lleva muletas, solo zapatillas cuando se quita los tacones en el plató, y si vende su casa por los 4,3 millones de euros que pide podría permitirse vivir holgadamente muchos años. Pero la televisión le da la vida. Lo mismo le ocurría a Sara y también, en el mundo de la interpretación, a veteranas actrices como Aurora Redondo, capaces de bailar en el escenario al traspasar los noventa, cuando fuera de él se apoyaban fatigosas en el brazo de sus nietas. María Teresa llegó al mundo de la televisión tarde, tras haber desempeñado la mayor parte de su trabajo profesional en la radio.
De chica Tola a chica Hermida
Tras el duro golpe que supuso el suicidio de su marido, con dos hijas muy jóvenes, comenzó a hacer sus pinitos en la televisión junto al fallecido Fernando García Tola, un grande, que aportó a la televisión formatos y maneras de hacer absolutamente novedosas en los primeros años de la movida, a comienzos de los ochenta. Pero fue Ramón Colóm (65), Jefe de Programas No Diarios de los Servicios Informativos de TVE, quien más la ayudó. María Teresa era ambiciosa y trabajadora, y necesitaba dinero. Tenía dos hijas cuyo futuro siempre le preocupó, más incluso que el suyo propio, y mira que Carmen Borrego (51) es, según cuentan, una de las directoras más capacitadas que ha dado la televisión. Ramón Colóm colocó a Teresa en programas como La Tarde, donde coincidió con Chari Gómez Miranda, factotum importantísimo del programa. También pasó María Teresa por Estudio Directo y Diario de Sesiones. Pero fue Hermida quien le dio su gran oportunidad. Entró, recuerdan algunas de sus compañeras de entonces, como una cuña, con calzador, en busca de pluses, porque el sueldo base de televisión no era muy alto. Y no quería hacer pasillo.
Era la más madura de las chicas Hermida, y no la más guapa, pero se las ingenió para convertirse en imprescindible. Una mujer de izquierdas que encajaba perfectamente con la filosofía de la casa en aquel entonces. Bajo el mandato de Pilar Miró, defenestrada por Alfonso Guerra y Calviño por el asunto de los modelitos de Loewe, María Teresa lo mismo se disfrazaba de lo que hiciera menester para participar en un miniculebrón matutino que le ponía las peras al cuarto a Patricia Ballesteros, en la mesa camilla de Apueste por Una.
Aquella todoterreno que dominaba todos los géneros se acabó convirtiendo en un monstruo televisivo de la talla de su mentor. Entonces estaba tan delgada que Hermida, un tirillas, llegó a cogerla en brazos con la soltura con la que Conan el Bárbaro-Schwarzenegger elevaba a las macizas en sus posados.
Ya era una periodista de raza, pero gracias a Hermida aprendió mucho. Cuando Jesús pasa a informativos, la alumna se hace cargo del puesto del maestro, lo sustituye e incluso supera los índices de audiencia del hombre que le pasó el testigo. Fueron los tiempos de Esta es su casa y Pasa la vida.
En 1996, cuando comenzaba a sentirse maltratada por Televisión Española, Telecinco la ficha y revalida su éxito como líder indiscutible de las mañanas con Día a Día. A nadie la han mimado tanto en Mediaset ni se la ha tratado jamás con tanto respeto. A ella le cabe el mérito de haber inventado la mesa de debate mañanera con periodistas de política en los que se trataban temas serios antes de pasar a la información ligera catalogada como 'para las marujas', un término que a la Campos le horrorizaba.
Durante ocho temporadas su cuota de pantalla osciló entre el 25 y el 32%, un auténtico lujo. Como algunas delicadas orquídeas que solo sobreviven en determinados lugares y a una determinada temperatura, María Teresa vivió sus mejores momentos profesionales en la cadena de Fuencarral. Le tocó narrar en directo los atentados de las Torres Gemelas. Me sobrecogió su profesionalidad, su destreza, sus nervios de acero, vuelvo a repetir la palabra mágica, su oficio. Lo hizo sin apenas datos, sin despeinarse. Nadie lo habría hecho mejor que ella. No es de extrañar que un año llegara a figurar en una importante encuesta como uno de los tres periodistas con mayor credibilidad de toda España.
En julio de 2004 comete el mayor error de su vida. Se marcha a Antena 3 con un contrato que algunos cifraron en seis millones de euros por temporada. Le toca competir con Ana Rosa Quintana (62), su sustituta en Las Mañanas de Telecinco. Y pierde la batalla. Con la cabeza gacha y el rabo entre las piernas vuelve a Telecinco en el 2007. Atrás quedó la soberbia del "gilipollas" que llegó a pronunciar en Antena 3 dedicado a Vasile. Ahí le sobró soberbia, prepotencia y falta de previsión. Hay que decir que el italiano se tomó con muchísimo sentido del humor el ataque, hasta el punto de que dio orden de que se hiciera un sellito con la frase que se introducía como efecto en los montajes de las piezas de algunos programas de humor de Telecinco cada dos por tres.
Volvió María Teresa con la frente marchita y las mechas más plateadas que nunca, preocupada por el futuro de sus hijas, especialmente de Terelu. Se ha hablado mucho de venganzas, pero lo cierto es que la falta de respeto a la intimidad del famoso pim pam pum de Terelu Campos (52) con Pipi Estrada (64), presuntamente le sirvió, según relató el periodista deportivo para obtener un acuerdo extrajudicial con Telecinco por el que "le ofrecieron trabajo tanto a ella en el programa de Jorge Javier Vázquez como a su madre en ¡Qué tiempo tan senil!", contó a El Mundo, retitulando el programa de los fines de semana de Telecinco. No creo que fuera así exactamente. Si la contrataron es porque podía seguir dando juego. A fin de cuentas, 200.000 euros, que es lo que reclamaba presuntamente Terelu, no era una cantidad desorbitada.
Y el programa ¡Qué tiempo tan feliz! se merece un respeto. Durante mucho tiempo cumplió su cometido, y los que eran niños cuando los "chiripitifláuticos" le estarán eternamente agradecidos por haberles dejado ver de nuevo, por ejemplo, a la famosa Valentina, tina, tina, y sobre todo a Bigote Arrocet (68), el chileno que se hacía el mexicano en el Un, dos, tres. Con el humorista y cantante vive una apasionada historia de amor que la ha convertido en la envidia de todas sus seguidoras talluditas. El día que anunciaba en Telecinco que no está dispuesta a jubilarse, María Teresa habló también de la portada de Lecturas. A preguntas de Carlota Corredera (44) dijo que iba a dar los nombres de todos los que le han clavado las puñaladas traperas que le han provocado el ictus. Eso no ha estado bonito. Si el estrés o los comentarios ofensivos, o las críticas te hacen daño, no te metas en semejantes berenjenales. También era un excelente profesional mi adorado Carlos Lozano (55) y dejó Sálvame porque no resistía la presión.
Es el precio que hay que pagar por haberse codeado con Jaime de Marichalar (55), seguir estando en la pomada y haber disfrutado de una casa con un dormitorio que envidiaría la mismísima reina Letizia, con vestidor gigantesco y una terraza en forma de ele y vistas velazaqueñas que tiran de espaldas. Eso sin hablar de la piscina con vaso de cristal para que te puedan hacer fotos tus amigos desde el gimnasio. Caben en ella una familia de tiburones de considerable tamaño. La casa tiene su punto para los hijos de quienes la compren. Se pueden hacer unas fiestas tremendas, a la americana, posee infinidad de dormitorios y cuenta la leyenda que hasta pasadizos secretos. Todo muy Falcon Crest pero sin Chao Li.
He hablado con Moncho Ferrer, una de las personas que más sabe de televisión y música de nuestro país, y ha contestado con una frase de Valerio Lazarov a mi pregunta sobre si debes de seguir en la brecha o retirarte: "La tele no te quema, la tele te olvida", y ha añadido: "María Teresa no debe retirarse. Tiene mucho que dar, muchos valores que compartir, una vitalidad y unas ganas de hacer desbordantes. La tele le sienta bien y la audiencia la sigue queriendo. Y además ha hecho muchísimo por el mundo de la música que cada vez tiene más dificultades para encontrar un hueco en la televisión. ¿Por qué va a dejarlo?" Moncho, que fue tal vez el mejor amigo de Carmen Sevilla (87), sabe que a la actriz sus apariciones televisivas, en plena madurez, le aportaron muchísimo.
En eso está de acuerdo Julina, una nonagenaria pacense de Quintana a quien he visto siguiendo Sálvame hoy en un restaurante con el resto de su familia. Y he decidido preguntarle su opinión. ¿Debe o no retirarse María Teresa Campos? Y esto es lo que me ha comentado la buena señora: "Se debe de ir. Está muy vieja, me gusta más Toñi Moreno. Ha trabajado mucho, y el trabajo todo lo vuelve estropajo o espantajo. ¿Qué necesidad tiene de ir arrastrando los pies? Carmen Sevilla era mucho más salada". El testimonio puede parecer duro, pero Julina ha sido público de toda la vida de Teresa.
Yo le diría a Julina, pero ya se ha cansado de hablar y pasa de mí, que Tizziano pintaba sus mejores cuadros cuando era un anciano, y que Borges escribió grandes páginas en su ancianidad siendo ciego. ¿No hubiera sido mejor que María Teresa aprovechara sus conocimientos, que son muchos más que los de Rosa María Mate? Al fin y al cabo, la presentadora solo fue un busto parlante y María Teresa ha trabajado mucho más que ella. Algo bueno de Pedro Sánchez es que está acabando con la discriminación por razones de edad. Y ello lo demuestran algunos de los nombramientos que se han hecho en TVE. La frase "hay que dejar paso a las nuevas generaciones" puede sonar muy bien, pero la gente tiene que cotizar y comer, y dar de comer a sus hijos, becarios a veces hasta los treinta, y ahorrar para mantener algún día a los nietos. Pero el caso de Teresa no es el de los padres de mileuristas a los que me refiero.
Teresa, guapa, a lo mejor ha llegado la hora de hacer la digestión. Y de hambre no te vas a morir. De todas formas no creo que te dejen que te retires. El reality Las Campos es uno de los productos más cuidados de Telecinco. Me divierte mucho más que el de las Kardashian. ¡Y vais a arrasar! Tenemos Teresa para rato.
[Más información: Teresa Campos: "Me dio el ictus por las puñaladas que me han clavado"]