María Teresa Campos (77 años) parece que está a punto de 'quitarse de encima' su casoplón de Molino de la Hoz, en Las Rozas, después de más de dos años a la venta. Esta impresionante mansión fue adquirida por la veterana presentadora de Telecinco hace algunos años como "patrimonio familiar", como ella misma lo ha definido en más de una ocasión. "Yo no he sabido invertir en nada y eché todo el dinero aquí", ha asegurado en alguna entrevista.
Se trata de dos casas fusionadas, con una parcela de cerca de 2.000 metros cuadrados de vivienda y 6.000 de jardín. Y es que, Teresa compartía techo e instalaciones con su hija Carmen Borrego (51), su yerno y su nieta. Sin embargo, con los años la benjamina del clan se mudó y María Teresa se quedó sola en semejante mausoleo, tan solo acompañada, al principio, por el servicio y, más tarde, por su pareja Edmundo Arrocet (68). "Es una casa demasiado grande para dos", ha opinado la malagueña en este tiempo. Ante este panorama, optó por ponerse en manos de algunas agencias inmobiliarias. Entre ellas, Engel & Völkers -una de las más reconocidas entre los vips- para que le gestionaran la venta por 4,5 millones de euros.
El listado de rincones de lujo de la mansión es interminable: un patio inglés, biblioteca con claraboya acristalada, gimnasio, sala de cine, cámara acorazada y un largo etcétera. En cerca de dos años, esta venta no ha sido nada fácil, pero, después de alguna rebaja en el precio de salida -pese a la férrea reticencia de Campos-, JALEOS ha descubierto que Teresa Campos, por fin, ve la luz al final del túnel. De entrada, un detalle revelador: su casa ya no aparece a la venta al menos en la página web de la citada inmobiliaria. Un hecho que daría contorno a la frase que aseveró Teresa en su última entrevista en Lecturas: "Espero tener muy buenas noticias dentro de nada para venderla". Sin duda, una feliz noticia para Teresa, puede que la única en los últimos meses entre baches de salud e insatisfacciones laborales.
Así las cosas, este medio se ha puesto en contacto con el entorno de las Campos. La fuente no se prodiga en excesivas explicaciones cuando se expone el tema, pero acierta a asegurar que "hay alguien interesado". A la luz de la cautela de esta persona, cabe esperar que la familia no eche campanas al vuelo de forma precipitada y que la negociación se esté gestando pausadamente. Sea como fuere, se trata de algo muy positivo para la comunicadora, quien, por fin, podrá irse a vivir más cerca de sus hijas, como ha manifestado en más de una ocasión: "Estar en una zona equidistante de mis hijas".
Mejor suerte tuvo con el ático de Aravaca
Este estaba justo enfrente de la casa de su hija Terelu y lo publicitó en el reality Las Campos. Por él se embolsó 1.300.000 euros después también de un largo tiempo de espera hasta conseguir el comprador más interesado. Le costó tanto encontrarlo que tuvo que rebajar el precio inicial, que era 200.000 euros superior. La vivienda era un dúplex con ascensor de 730 metros cuadrados. Tenía cuatro habitaciones, de las cuales tres eran tipo suite con vestidor, y en el cuarto principal había nada menos que dos vestidores, un baño e incluso un salón privado. La cocina era inmensa y el gran salón común de la vivienda tenía 180 metros cuadrados y una terraza de 150 metros con piscina y barbacoa. Desde luego, toda una adquisición de lujo para su nuevo dueño.
Una celebración en medio de la tristeza
María Teresa no está atravesando su mejor momento. A su desesperante regreso a la pequeña pantalla que cada día resuena más incierto, se ha unido la recaída en el cáncer de su hija Terelu Campos (52). Unas aciagas noticias de las que hizo repaso hace unos días en una revista del corazón, recordando el episodio de su enfermedad. Entre otras cosas, dejó patente que la edad y el ictus que padeció no le han repercutido a nivel profesional. "Puedo seguir trabajando exactamente igual", aclaró. "Me pones a mí sentadita en un plató, incluso andando, ¡has visto que ando!", ya que lo importante es que "funciona lo que tiene que funcionar": la cabeza.
Una situación que no tiene que ser fácil para una mujer que ha sido y es un referente en el panorama de la televisión de nuestro país, y que ha visto cómo sus expectativas profesionales se han reducido rápidamente en poco menos de un año. "Como han pasado muchas cosas últimamente, a mí no me dio el ictus por casualidad, ni porque tuviera yo predisposición a estar enferma. No. A mí el ictus me dio por puñadas que me han clavado y no voy a decir nada más". De momento, mientras llega la calma a su vida laboral y profesional, está a punto de mudarse junto a su pareja a ese punto "equidistante" entre sus hijas.
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