"Flaca, al verte me he vuelto de pronto hombre de una sola mujer... ¡Estoy acabado!". Esa es solo una de las tan frases que utilizó Julio Iglesias (74 años) para encandilar a Pilar Eyre (66) a mediados de los 80. La periodista trabajaba para Interviú y se citó con el cantante en su hotel para una entrevista que a medida que pasaba el tiempo se convirtió en un continuo ligoteo entre dos personas que se atraían mutuamente.
Eyre, cuenta en su espacio de LECTURAS, que llegó al hotel del cantante, quien le esperaba en la zona del campo con un bañador y rodeado de mujeres con "bikinis minúsculos". Iglesias le invitó a un café mientras él fumaba sin parar y le hacía grandes confesiones como que "solo se mueve por el ansia de éxito" y que "no le gusta el futuro porque en el futuro está la muerte".
Pero lo más rotundo fue cuando hablaron de Preysler: "¿Isabel? ¡La madre de mis hijos! ¡Nada más, lo juro!", exclamó. A lo que siguió otra contestación contundente sobre sus hijos: "Quiero más a mi padre que a mis hijos porque mi padre se va a ir primero". Y a partir de ese momento comenzaron las indirectas, los piropos y el acercamiento físico entre el cantante y la periodista.
"Si no duermo abrazado a un cuerpo de mujer tengo pesadillas", dijo él al mismo tiempo que se inclinaba hacia Eyre buscando su comprensión y su mirada. Llegó el momento de irse a cenar; Iglesias se puso elegante, ella iba "vestida de sencilla reportera". Pero eso no importaba porque Julio parecía estar rendido a sus pies: "A la entrada del restaurante, le compró una flor a una gitana y me la puso él mismo detrás de la oreja mientras canturreaba: 'Por el amor de una mujer..".
Durante la cena continuaron los piropos y al terminar él le dijo: "¿Vienes al hotel? Quiero que escuches mi disco". Entre canciones y cigarrillos, Julio se atusaba el pelo para estar guapo frente a ella. De repente Pilar sintió frío y él no dudó en quitarse la camiseta y abrigarla con ella: "Se quedó desnudo. Estaba delgado y fibroso...Nos abrazamos un instante. Olía bien, no a colonia sino a tabaco, a alcohol, a sudor limpio". Y entonces llegó el momento más intenso: "Me dijo con voz enronquecida: 'Flaca'... Me apretó rudamente, pecho contra pecho".
La confesión de Pilar Eyre parecía tener un final escrito, pero no fue así: "No pasó nada más, pero vive Dios que me hubiera gustado". Sin duda, la periodista vivió uno de sus encuentros con famosos más pasionales y es que aunque Pilar no esté entre las 3.000 mujeres con las que presume Julio que se ha acostado, vivió con él una historia para el recuerdo.
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