"Más que una boda soñada va a ser una celebración del amor. No nos casamos por los papeles, me caso porque quiero celebrar con toda mi familia y con mis seres queridos que he encontrado al hombre de mi vida. Va a ser una fiesta, un bodorrio", aseguraba en el mes de mayo un extasiado Pelayo Díaz (31 años). Ese día con el que lleva soñando meses ha llegado: será este sábado. El afortunado con el que sellará su vida en un misterioso enclave de Madrid es un joven argentino llamado Andy McDougall (32) que aterrizó en su vida hace tan solo seis meses.
Pero el tiempo carece de importancia cuando los sentimientos son tan intensos y Andy arrasó su vida y la colmó. Pelayo está feliz por haber encontrado "al hombre de su vida", tal como él mismo lo define. Mejor, al segundo gran hombre de su vida. No hay más que ver imágenes del inminente matrimonio para darse cuenta de que lo suyo es amor, de que el manido flechazo existe y ellos son la viva imagen de ello. Desde que se conocieron, no se han separado. Una unión que, precisamente, han querido simbolizar con la invitación de boda, en la que aparecen enlazados por sus alianzas.
Los que conocen a Pelayo lo ven exultante por este arrobado amor. Una ilusión que recuerda, inevitablemente, a la que protagonizó junto al fallecido David Delfín. Mismo amor, diferente hombre. Casualidades, su historia con Delfín también fue un "flechazo bonito e intenso" que casi acaba en enlace. "Hasta que no estuve con él no supe que uno se podía levantar por la mañana y acostar por la noche siendo absolutamente feliz y querido. No te puedes imaginar hasta qué punto comparo a todos los chicos que se me acercan con él. Siempre pensé que íbamos a volver y que nos íbamos a hacer viejos juntos. Estuvo a punto de pedirme matrimonio", recordó Pelayo en 2017 para Interviú. Incluso, se llegó a pensar en anillos de Cartier. Sin lugar a dudas, el diseñador se convirtió en su primer gran amor. Con el que creció en todos los sentidos, el hombre que le abrió las puertas de casi todo. Y Andy McDougall el encargado de cerrarlas en forma de matrimonio.
"Yo te estaba buscando entre el barullo del backstage para comprobar que estabas satisfecho con el desfile pero tú me sorprendiste agarrándome a la vez que corríamos escalera arriba y haciéndome salir a saludar contigo. Demostrando una vez más la generosidad que te caracteriza. Dijiste que esa colección era de los dos, pero hoy me doy cuenta que era de todos. De todos los que te queremos, de todos a los que nos has hecho enamorarnos de tu mundo, de tu alegría, y de tu entender que hay belleza allá donde uno mire, solo hay que mirar bien. Ese día estaba Bimba, ese día estaba Dunia y también ese día me dijiste que no me rindiera. Hasta siempre David, nunca me voy a rendir", posteó Díaz en uno de sus tantos mensajes in memoriam en Instagram.
La pareja Pelayo Delfín comenzó como algo platónico y acabó en una relación de casi tres años. Ambos brillaron juntos en la moda, tocaron el cielo del éxito, pero un día todo se diluyó. "Fue David el que terminó nuestra relación y no volvimos de ese tiempo que nos dimos", aseguró el estilista a los pocos días del fallecimiento. Pese a la ruptura, los buenos sentimientos, que no el amor, quedaron intactos. Habían vivido algo muy grande como para acabar mal.
Tanto cariño prevaleció que "casi diariamente" la actual pareja de Pelayo se interesa por aquellos maravillosos años y por saber cómo era Delfín en la intimidad. Ha sido el mayor logro de Pelayo; conseguir que Andy admire al mítico diseñador tanto como él. "Andy me pregunta por ti en cada ocasión que puede y me acaricia y sonríe el ver lo mucho que nos quisimos. Y entonces vuelvo a entender que fuimos afortunados de estar en tu vida. De hacer un trozo de camino juntos", expresó Pelayo el día del aniversario de la muerte. El amor no pudo ser entre alfileres, pero sí se ha hecho realidad con su Relaciones Públicas particular. Eso sí, la moda también persigue a McDougall. Su función de RR.PP la compagina con su labor de director ejecutivo de una marca de ropa llamada Malibu Outfitters, de la que es propietario y fundador, junto a su madre y hermana, un claro punto en común con David Delfín.
Otra de las características que unen al inminente marido de Pelayo con el diseñador es la pasión por los viajes. "Te vas pero me dejas tantos recuerdos felices, tantas risas juntos, tantas miradas cómplices, tantos viajes, tantos momentos secretos", traía al presente el estilista hace unos meses.
El tiempo pasa y las vidas y los años también. En la actualidad Pelayo descuenta las horas para contraer matrimonio con Andy Mcdougal en un enlace que se promete de todo menos normal. Con él, Pelayo quiere hacer un canto al amor, a la libertad y a los sentimientos, pero, sobre todo, un guiño a su Delfín. Se desconoce si el sábado Díaz llevará algún tipo de amuleto o pertenencia del malogrado diseñador, pero de lo que no cabe resquicio de duda es que David estará a la hora del 'sí quiero'. Porque Delfín sigue aquí: "Sigues aquí. En cada cerámica bonita, en cada ola del mar, en cada reflejo del sol, en cada mueble de colores, en cada lana, en cada sonrisa, en cada diastema, en cada cremallera de arandela. En cada gesto amable, en cada triunfo, en cada oportunidad. Nunca nos dejaste ni nunca lo harás".
[Más información: Un año sin David Delfín: así ha vivido su círculo estos 12 meses sin el diseñador]