Álex Lequio (26 años) ha vuelto a casa. Ana Obregón (63) y su hijo pisaban suelo español el pasado jueves 27 de septiembre al aterrizar en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Las enormes sonrisas de su rostro evidenciaban la gran felicidad que sentían ambos por volver a casa tras seis meses en Estados Unidos tratando el cáncer del joven.

Es la mejor de las noticias posibles, y así lo cuenta y lo atestigua con fotografías la revista ¡Qué me dices!. Madre e hijo tomaban tierra patria hace solo cuatro días con la alegría en su cara y en sus gestos. Ambos vestidos con vaqueros, una prenda cómoda para ocho horas de viaje, llegaron cargados de bolsas y de ilusión. Él vestía de azul y portaba su inseparable gorra, un look que junto a su felicidad innegable irradiaba salud. Al igual que Ana, que se mostró con la jovialidad que le caracteriza y vestía una camiseta con las siglas de la ciudad de Nueva York.

Del avión hasta la terminal se desplazaron en una furgoneta blanca, de la que salió primero la actriz y tras ella su hijo. Álex no paraba de reír, de hacer bromas a los presentes y de hacer fotografías al entorno e incluso selfies. Todo síntomas de la felicidad absoluta que tenía por volver a casa.

Y no es para menos. Tras medio año en Estados Unidos donde ha tenido que someterse a duras rutinas hospitalarias y lejos de sus seres queridos, por fin se encuentra en su hogar y podrá ver a quienes tanto le han apoyado desde la distancia.

Este nuevo movimiento de madre e hijo ha sorprendido a todos, ya que la semana pasada una información del periodista Jesús Mariñas aseguraba que Alessandro Lequio (58), su padre, le había expuesto que "todo seguía igual" y que "pasaría las Navidades en Nueva York". Sin embargo, la vuelta a España de madre e hijo no contradice lo dicho pues podría tratarse simplemente de una visita a sus familiares con el consentimiento de sus médicos del Memorial Sloan Kettering Cancer Center.

Hace solo dos semanas, Álex anunciaba en sus redes sociales su nueva etapa en el tratamiento de su enfermedad. Compartió una foto con su madre y en esa misma publicación contó que iba a comenzar "una nueva y quisquillosa etapa del tratamiento" y que para ello tenía que trasladarse a un nuevo centro en Nueva Jersey.

Sin duda, su regreso a España son buenas noticias, porque, aunque deba volver a Estados Unidos para continuar con su lucha, el hecho de poder ver a sus familiares y amigos le va a llenar de energía para afrontar con aún más fortaleza la etapa final del tratamiento.

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