Todo lo que no se vio de la boda de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo, en vídeo
- JALEOS se ha 'colado' en el enlace aristócrata más importante del año. Todas las imágenes de los novios desde su camino al altar hasta el valls nupcial.
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Fernando Fitz-James Stuart (28 años) y Sofía Palazuelo (27) son ya oficialmente desde este domingo los duques de Huéscar y futuros duques de Alba. La cita este 6 de octubre en el Palacio de Liria congregó a unos 700 invitados entre los que destacaron personalidades de la nobleza, artistas, personajes ilustres patrios y hasta contó con la presencia de la reina Sofía (79) en representación de la Casa Real.
Esos siete centenares de privilegiados disfrutaron del enlace aristócrata en primera persona, pero JALEOS ha tenido acceso a las imágenes del interior:
Los nervios ante el altar
Sobre las 13 horas la novia hacía su entrada en los jardines de palacio. En su camino hacia al altar sonreía a los invitados y al mismo tiempo miraba al fondo donde le espera su futuro marido. Al llegar ante el cura, ambos contrayentes querían que todo estuviera perfecto. Por eso, una invitada no dudó en colocar la larga cola de la novia, y Fernando se procuró de que los asientos no le molestaran en una cita tan especial. Varios gestos hicieron notar el nerviosismo y emoción de los novios.
El paseíllo convertidos en marido y mujer
Llegó el gran momento. Tras su 'sí, quiero' salieron convertidos en matrimonio y en el camino de vuelta por la estrecha alfombra azul se percibía la felicidad de los recién casados. Muy sonrientes y del brazo, los novios dejaron atrás el altar seguidos por sus correspondientes progenitores -el padre del novio, Carlos Fitz-James Stuart, acompañaba del brazo a la madre de la novia, Sofía Barroso- y tras ellos sus padrinos, Matilde Solís y Fernando, el hermano de Sofía Palazuelo.
El baile nupcial: el valls más esperado
Se creó un gran corrillo alrededor de los recién casados. Los primeros acordes del valls empezaron a sonar y Fernando y Sofía se tomaron las manos y comenzaron a mover sus pies al ritmo del genuino baile. Ambos son conocidos por su discreción y timidez, y este instante en el que tenían pendientes más de 1.400 ojos dejó en evidencia su ligera dosis de pudor. Pero todos quedaron encandilados con la tierna imagen.
[Más información: Los trajes de boda de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo, al detalle]