Lorenzo Caprile (51 años) es sinónimo de moda, arte, creatividad y ahora también teatro musical. El veterano 'maestro de la costura' se encuentra "nervioso" ante el estreno de El médico, obra del americano Noah Gordon (91) llevada a las tablas bajo la batuta del onubense Iván Macías como compositor y director musical y José Luis Sixto, como director y director escénico. En el periplo de Londres a Persia en que el joven protagonista pone todo su empeño por conseguir sanar tiene lugar una serie de aventuras a las que Caprile ha dado forma estética con el magistral diseño de las prendas de toda la corte escénica.
JALEOS habla con el carismático virtuoso de la aguja que, además, ha encontrado oportuno abordar otros asuntos de interés como la segunda temporada de Maestros de la Costura, su entrada en los armarios reales o sus vestidos más icónicos.
Lorenzo, ¿cómo está?
Muy cansado.
Pero, ¿ilusionado? El médico de Noah Gordon es una historia profunda, habrá necesitado su asimilación, inspiración... ¿Ha habido tiempo de recrearse o ha sido un trabajo contrarreloj, como suele suceder en teatro?
Ha sido un trabajo contrarreloj pero también me he recreado y lo he disfrutado. El proyecto es maravilloso y he tenido la libertad por parte del director y los productores para recrearme.
¿Nervios ante el estreno?
Sí que tengo nervios por el estreno. Y eso que ya ha habido pases previos, pero sí que tengo un poco de nervios. El hecho de que esté aquí Noah Gordon, el autor, llegado desde Estados Unidos, es también un honor.
¿Alguna vez se había enfrentado a un reto teatral?
Sí, llevo ya muchos proyectos... En teatro debuté en 2006. Sí que es cierto que es la primera vez que me enfrento a una obra de teatro musical.
¿Se plantea el salto al cine?
De cine hice solo una película y me di cuenta de que el cine es imposible de compaginar con el trabajo de mi taller. De ahí que me decantase por el teatro en general, mucho ballet, alguna pequeña ópera... Y bueno si te organizas bien, puedes. Pero cine es imposible.
Por si fuera poco, La Térmica, el centro de cultura contemporánea de la Diputación de Málaga, inaugura el nuevo ciclo La moda del arte junto a Málaga de Moda y Turismo Costa del Sol con usted como primer invitado.
Este sábado, sí. Me estoy preparando una conferencia un poco, en fin, un tema que es un poco más que trillado, pero siempre es bonito dar una charla sobre las relaciones entre moda y arte, la inspiración... Y bueno, siempre es bonito que una institución tan prestigiosa como el Thyssen cuente conmigo.
Además, inmerso en las grabaciones de la segunda temporada de Maestros de la Costura.
Inmersos no. Acabamos de empezar la segunda temporada, pero ya estamos...
¿Puede contar algo de lo que vamos a ver?
En absoluto. Para nada. Solo te digo que va a ser estupendo, igual o mejor que la anterior, con una selección de concursantes -aprendices- maravillosa, personajes estupendos, pruebas preciosas...
¿Mucho talento?
Hay mucho talento, no solo en nuestra profesión sino talento entre los jóvenes, lo que ocurre es que... No me hagas meterme en jardines...
¿A qué se refiere?
Faltan apoyos. Faltan legislaciones pensadas por gente que trabaja en la industria y no por gente que está solo metida en política. En este oficio la figura del aprendiz existe pero empiezan a exigirte permisos, seguros, que me parece muy bien que se los protejas pero es que hace un agujero en tu empresa.
¿Se refiere a su propia empresa?
Mira, hay determinados oficios que solo se aprenden trabajando. La denostada formación profesional: 'el modista', 'el ebanista', la mayoría de profesiones terminadas en -ista se aprenden trabajando. Los políticos en general tienen que facilitar las cosas a estos chicos y chicas, no entrando en el mercado laboral sino usando otra fórmula. A un 'niñuco' que no sabe nada no voy a pagarle un sueldo estratosférico con una cotización estratosférica... Nosotros estamos educando a esas personas para que tengan un oficio determinado y eso es un golpe económico para la empresa. Donde se aprende es trabajando. Me parece fenomenal que tengan su base teórica pero luego tienen que aprender.
¿A hacer qué, por ejemplo?
Todo. Forrando 'botoncitos', pasando hilos, hilos flojos, marcando hilvanes, preparando las telas para que el cortador las pueda cortar, haciendo los recados... Ese tipo de cosas claro que tienen que tener un 'sueldín', pero bueno, tú me entiendes por dónde voy, a base de 'hiperproteger' a los jóvenes, pues los jóvenes no acceden al mercado laboral...
Anónimo o conocido: ¿Hay algún vestido del que esté especialmente orgulloso?
En eso no soy nada mitómano. Siempre pienso que el mejor vestido es el que está por llegar. El que estamos probando ahora, o el de mañana. Te acuerdas de las cosas que salen mal. Eso sí es cierto.
Hace apenas una semana se cumplieron 21 años desde que la infanta Cristina llevase ese vestido maravilloso de novia, firmado por usted. Cada año será especial recordarlo, ¿verdad?
Sí, es bonito recordar, fue un momento precioso en mi vida profesional, pero vamos, como tantas otras fechas, pues en una carrera de 26 años si me pongo a buscar... Todos los días hay un motivo de celebración. Y en el caso de doña Cristina (53), siempre le estaré agradecido. Podría haber elegido cualquier firma española o extranjera. Todas estaban a sus pies en aquel momento y me eligió a mí, que estaba prácticamente empezando.
Otro vestido que vive en la memoria colectiva es con el que Letizia acudió a la boda de Federico y Mary de Dinamarca. Su presentación oficial en la sociedad europea.
Sí, el rojo. Bueno, pues a nivel mediático, un bombazo. Pero desde el punto de vista de negocio y del día a día del taller no. La gente me pregunta si gracias al programa he triplicado mi facturación en la empresa. No. Te conoce la gente, es muy bonito que te saluden, que te pidan un autógrafo, que llames a un restaurante y haya mesa milagrosamente... Siempre es una caricia, pero desde un punto de vista de negocio, no.
El próximo viernes son los premios Princesa de Asturias... ¿Nos confirma que usted no la va a vestir?
A doña Letizia (46) hace mucho que he dejado de vestirla. Hace un montón, estamos en 2018 y yo creo que la última vez fue en 2009... No fueron tantas veces, fueron los primeros años de su matrimonio. Ella ha seguido reutilizando esas prendas, lo cual me parece fenomenal...
¿Hubo un freno por alguna de las partes? ¿Cuál es el punto en que usted "deja de vestirla"?
No sé dónde está el punto. Como con tantas clientas, después te ponen en barbecho, el día menos pensado vuelven a aparecer... Como decía Mozart, la donna è mobile qual piuma al vento. Si tuviera que comerme la cabeza de por qué algunas clientas van y vienen... De todo lo que se probó, se sintió más a gusto con Felipe Varela y ahora viste de otros compañeros. Pues sinceramente, no lo sé. Tendrá sus gustos, sus preferencias...
¿Un maestro de la costura se retira alguna vez?
Por supuesto. Mira el señor Givenchy. Es el ejemplo perfecto. Mira Valentino (86), en un momento dado, se ha cortado la coleta.
Moda, teatro, televisión... ¿Qué le falta por hacer?
Un montón de cosas. A corto plazo me gustaría ampliar el taller porque llevamos aquí desde el año 96. 22 años, aunque lo hemos reformado pero a todas luces es muy pequeño. Y si tuviera que ponerme más fantasioso me gustaría escribir un libro. Pero no sobre consejos de estilo sino sobre algo más serio o más sesudo. Me encantaría organizar una exposición sobre todos los talleres que hubo en España en los años 50 y 60. La sombra de Balenciaga, que a veces es alargada, tanto que se ha oscurecido... Una exposición sobre la catalana Carmen Mir, sobre Pedro Rodríguez, el gran amigo de Balenciaga que decidió quedarse en España mientras que Balenciaga se fue a París. Esas exposiciones sí que me gustaría coordinarlas u organizarlas.
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