La guerra por la herencia de Miguel Boyer ha finalizado. En realidad lo hizo antes del verano aunque la noticia no se ha conocido hasta ahora. Cuatro años después de que el economista falleciera, su familia ha cerrado este capítulo y en un periodo de 60 meses que es lo que el propio exministro de Economía estipuló. "Está todo solucionado. No tengo constancia de que exista ninguna demanda, ninguna reclamación. Nada. La herencia está absolutamente cerrada", comenta a JALEOS Purificación Pujol, de Montero Aramburu Abogados, el bufete que representa a Christian Boyer.
El hermano del difunto ha sido el encargado de hacer cumplir la última voluntad de Boyer, además de ser el contador-partidor, la persona que repartiría sus bienes. "El notario ha firmado todo, se ha hecho el reparto, el contador-albacea ya se ha olvidado del tema, porque ha pasado un mal rato el pobre...", asegura la letrada.
Isabel Preysler (67) ha jugado un papel importante, un comportamiento que alaba la abogada: "Isabel se ha portado fantásticamente bien, ha hecho todo lo que ha podido para facilitar todo. Vamos, de 10". En cambio, la respuesta es más comedida cuando se refiere a la otra parte, los hijos del difunto: "Habrá hecho lo que ha creído conveniente, sus abogados lo sabrán".
El conflicto afectaba a las dos partes, y ambos aseguraban que la culpa era del otro. Isabel Preysler, por su parte, aseguraba que los hijos del difunto eran los causantes del retraso: "En el otro lado ponen muchas pegas por eso aún no se ha producido el reparto. De parte de Ana y la mía no hemos puesto ninguna", comentaba a principios de año a este medio.
La socialité puntualizaba que por su parte habían puesto todas las facilidades: "Hemos hecho todo lo que nos ha pedido el notario, los abogados y lo que ha pedido la albacea. Pero si por el otro lado no han querido cumplir pues no se ha hecho".
Las mismas acusaciones se hacían por parte de los hijos del desaparecido Miguel Boyer: Laura y Miguel Boyer Arnedo. Este último aseguraba a este periódico: "Aunque yo le he insistido mucho, no nos ha cedido absolutamente nada. Ni un libro de la famosa biblioteca de mi padre, ni una obra de arte de las que había heredado de su familia, ni un mísero reloj que nos sirva de recuerdo o siquiera unas zapatillas viejas".
A esta disputa se suma que dos años antes de su muerte Boyer cambió sus últimas voluntades, según publicó Ok Diario. Una modificación que se produjo cuando se encontraba delicado de salud tras sufrir un ictus que le dejó severas secuelas físicas y mentales. En este último testamento se habrían mejorado las condiciones de reparto de bienes a favor su última esposa, Isabel Preylser.
El patrimonio de Miguel Boyer a su muerte se había reducido considerablemente. La propia viuda aseguraba que el dinero que poseía se había gastado en sus cuidados tras sufrir el ictus. Un gasto tan elevado que parte del tratamiento había sido sufragado por la propia Preysler.
Así, lo que habría quedado de su patrimonio es la extensa biblioteca, en torno a 6.000 volúmenes, cuadros que había heredado de su familia, y tres automóviles que irían a parar al mayor de los hijos. Unas informaciones que, sin embargo, nunca han sido confirmadas.
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