59 son los días que faltan para que la familia de Mario Biondo halle, de una vez por todas, las respuestas a las incógnitas que rondan su cabeza desde el 30 de mayo de 2013. Hasta el momento, este lunes ha sido una jornada clave en la investigación y la lucha que la citada familia siciliana lleva desde hace algo más de cinco años. Una pugna sustentada fundamentalmente en demostrar que el cámara de televisión fue asesinado y no se suicidó, como dictaminó la justicia española.
Este lunes 5 de noviembre, el cuerpo de Mario Biondo era exhumado y trasladado hasta el Instituto Anatómico Policlínico de Palermo para ser sometido a una tercera autopsia. Efectivamente, hasta ese momento, el que fuera marido de Raquel Sánchez Silva (45) se encontraba enterrado en el Cementerio Sant'Orsola de Palermo. Sin embargo, después de la autopsia la decisión de sus parientes ha sido que el cadáver de Biondo sea trasladado hasta el panteón familiar que se encuentra en el cementerio de Montelepre, localidad cercana a Palermo.
Mario Biondo y la tercera autopsia
A primera hora del lunes 5 de noviembre, el cuerpo de Mario Biondo era exhumado del cementerio de Sant'Orsola de Palermo y trasladado hasta el Instituto Anatómico Policlínico de Palmero donde le efectuaron la tercera autopsia en cinco años. Allí le realizaron exámenes médicos que incluían rayos X y un TAC, fijado esta última prueba para las 20:00 horas de la tarde del lunes. Los peritos nombrados por la fiscalía -Vittorio Fineschi, médico forense, Marcelo Chiarotti, toxicólogo, Chantal Milani, antropóloga y Aniello Maiese, médico forense- algo menos de dos meses -60 días- para entregar los resultados definitivos de la tercera autopsia que desvele de qué forma murió el gráfico de Supervivientes el pasado 30 de mayo del año 2013. Los peritos volaron de Palermo a Roma con todas las pruebas el mismo lunes por la noche.
Un paso adelante que alienta en cierto sentido a los Biondo, inmersos en una afrenta en la que no han importado frontera, idiomas e influencias. En palabras de Santina D'Alessandro, madre de Mario, a este periódico el pasado mes de mayo: "Deseo dejar un mensaje a los asesinos de mi hijo y los cómplices: Si esperaban a una pobre madre siciliana que se resignara fácilmente ante este crimen infame, se equivocan: No tengo miedo, ya me han hecho el peor mal ¡Nunca me rendiré, para detenerme, también tendrán que matarme!"
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