Cuando Abril y Jimena (1 año) llegaron a la vida de Kiko Hernández (42), la vida del colaborador de Sálvame dio un giro de 180 grados. Vendió sus dos chalets para comprar la casa perfecta para que sus hijas estuvieran seguras, hizo una gran reforma para conseguir la habitación infantil ideal y su día a día se transformó. Su faceta de padre le tiene totalmente obnubilado y estas Navidades serán especiales por muchos motivos, pero sobre todo porque todo apunta a que serán las últimas en las que solo sean tres a la mesa.
A principios del mes de febrero de 2017, Kiko ya disfrutaba de sus mellizas desde hace unas semanas y se mostraba feliz de la familia que acababa de formar. Con la nueva vida familiar recién estrenada, el colaborador presentó a sus pequeñas en la portada de Diez Minutos y enseñaba los rincones de su nueva casa adaptada a las necesidades de Abril y Jimena.
Justo un año después, en la misma revista anunció su deseo de volver a ser padre: "Si todo va bien en un año iniciaré los trámites para tener un niño, no quiero que se lleven mucho tiempo", explicaba. Un tiempo que se cumplirá en solo tres meses y que volverá a modificar su rutina. Una llegada que se espera, si sigue los cauces de habituales, para cerca de las próximas Navidades y por lo que se convertirían ya en familia numerosa.
Hernández indicó, además, que el proceso lo llevará a cabo de la misma manera que con sus mellizas, mediante una asociación de Estados Unidos y con la misma gestante. De ella cuenta que es "una persona maravillosa" y que aún mantienen el contacto.
Sin embargo, esta vez, según contó, quiere elegir el sexo del bebé. Ahora desea tener un niño que sea el compañero de juegos de sus pequeñas y asegura que puede cumplir esa ilusión: "En la gestación subrogada puedes elegir el sexo, se implanta un embrión masculino o femenino, como decidas".
Estas Navidades serán especiales por ser las primeras en las que Abril y Jimena disfruten de vacaciones escolares. Serán las reinas de la casa y las que reciban la mayor cantidad de regalos. Pero quizá el año que viene Papa Noél tenga que repartirse más y añadir los deseos correspondientes a un varón recién nacido.
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