La cantante Massiel (71 años) no está pasando por su mejor momento personal. A veces el optimismo no puede con la realidad. Desde que le anunciaran hace un tiempo que padece una degeneración macular que, de momento, le ha privado de la visión de un ojo, su día a día se ha visto seriamente modificado. Por más que la intérprete intente restarle importancia a la enfermedad hablando de la misma con sentido del humor y despreocupación, JALEOS ha podido conocer por una persona cercana a Massiel que de vez en cuando su fortaleza se resquebraja con bastante frecuencia.
Ella, de siempre tan decidida y arrolladora, está viendo cómo su progresiva ceguera merma su seguridad y arrojo. "Massiel es una mujer todoterreno, pero le acusan los miedos y las inseguridades en su día a día". Según el testimonio con el que ha hablado este periódico, la ganadora de Eurovisión se obligaría "a salir de casa" y lo que antes hacía de manera mecánica "ahora le costaría más". Planta cara a la derrota arreglándose y echándose a las calles: "Se niega a que la enfermedad le gane la batalla y, por eso, no se pierde un sarao".
Eso sí, hay momentos en que la cantante del La, la, la se dejaría arrastrar por la tristeza, pero ahí está su entorno para levantarle el ánimo cuando este vuela bajo: "Hay días en que está muy baja y que le preocupa su futuro a corto plazo". Cuando los días negros se ciernen sobre ella, su entorno le sacude las penas: "Ella sabe que es una privilegiada, pero verse sin visión le frustra". Este medio ha podido conocer que, pese a todo, Massiel no ha renunciado a una de sus mayores pasiones: la lectura. La enfermedad no iba a ganarle terreno en eso. De hecho, lejos de arredrarse ante la falta de visión, la cantante "lee diariamente con una lupa gigante", tal como se desliza a este medio. Desde un principio quiso conocer todos los pormenores de su enfermedad para plantarle cara. Así se lo confesó a Bertín Osborne (63) hace unas semanas: "Tengo degeneración macular. En un ojo veo periférico y en el otro veo de aquella manera con la mácula. Me estoy quedando ciega. Solo pido que me quede como estoy porque al médico le da miedo operarme la catarata. Me he sentido muy mal porque no lo aceptaba y era un hándicap tremendo".
Sus problemas de visión comenzaron cuando estaba representando Follies en el Teatro Español de Madrid. "Tenía que ir con una bombilla", narró hace un tiempo cuando reveló lo que le ocurría. Y es que su enfermedad "es una bomba de relojería y no se sabe nunca cómo puede evolucionar". En este tiempo, su acidez y naturalidad a la hora de afrontar este revés ha sido envidiable: "Soy la tuerta más famosa de España después de la Princesa de Éboli. Con el ojo izquierdo solo tengo visión periférica. Si me tapo el ojo derecho, la cara no te la veo, pero podría ir con un bastoncito".
Massiel, su escasa vida social y su retiro profesional
Alejada de la pequeña pantalla, de un tiempo a esta parte Massiel dedica su tiempo a menesteres menos ociosos y más caseros. De puertas para adentro. Como el de disfrutar de su familia. Su único hijo, Aitor, fruto de su relación con el periodista Carlos Zayas, se casó y tuvo descendencia, aunque la actriz no habla nunca ese tema. "Ya sabes cómo le molesta a mi hijo que le nombre en público", le confesó un día a Jesús Mariñas (76).
Volcada también en el cuidado de su madre -fallecida en 2011-, un año antes la compañía discográfica Hispavox lanzaba un recopilatorio de sus mejores canciones. Un retorno musical que le llegó sin más, pero que seguro le proporcionó algún beneficio económico. Desde entonces, hace ahora lo que más le gusta: "Lo que me da la gana, que para eso me lo he ganado". Palabra de Massiel.
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