A Dinio García (46 años) no le tiembla el pulso a la hora de denunciar las injusticias. Lo hace con el mismo ahínco con el que agradece las cosas buenas que le pasan. Igual que se encarga de remarcar que está eternamente agradecido a una clínica por haberle curado una infertilidad galopante, también pone el foco en las ilegalidades que se practican a la hora de los injertos capilares.
A él le pasó hace unos meses cuando, todo ilusionado y ante una calvicie con la que no estaba de acuerdo, se puso en las manos equivocadas. En su caso, se fue a Turquía, sede de estos implantes: "Hay clínicas en Turquía que son como almacenes, te quitan pelo del pecho, y hasta de los sobacos. Una barbaridad". Confiesa que lo pasó fatal y que, una vez más, Dorsia lo salvó y ayudó. De hecho, ya puestos, no siente reparo a la hora de abordar sus retoques estéticos. "No quiero verme viejo y me inyecto bótox", asegura a JALEOS.
Se le nota ya bastante pelo, ¿cómo fue el proceso?
Los primeros días el injerto fueron muy bien, pero después, en la parte de atrás, me salieron unas heridas que parecía que me había mordido un caballo. Me asusté y fui urgentemente a la clínica, hablé con la directora y al momento me hicieron un tratamiento. Gracias a Dios ahora estoy bien. Lo pasé muy muy mal.
¿En qué consistió el tratamiento?
El tratamiento fue un medicamento, además de unos masajes especiales que me mandaron. Mucha gente quiere ir a lo barato y al final lo barato sale caro.
Esto fue en Turquía, ¿no?
Hay clínicas en Turquía que son como almacenes. Tras la reacción alérgica que me dio, hablé con una clínica, que es la única seria que hay en Turquía, y me iban a hacer lo mismo que en Dorsia, pero me decanté por la de aquí.
A esa clínica le debe mucho.
En esa clínica me pongo botox y de todo, no lo niego. Cuando pasen más años haré lo que haya que hacer, pero yo no quiero verme arrugas ni que se me note el paso del tiempo. Quiero verme joven en el espejo. Por eso hago gimnasio, llevo sin beber más de dos años y estoy tranquilo.
En España también hay buenos médicos.
En España hay que hacerse las cosas, no siempre hay que salir fuera. Pero, sobre todo, la tecnología está muy avanzada. Es cierto que en Turquía se inventó lo de los injertos; los turcos inventaron la técnica, la maquinaria, pero eso no quiere decir que los médicos de aquí no estén mejor preparados. Allí llevan de todo en un avión y te tiran para atrás con cinta como si fueses ganado. Es una bestialidad.
Eso sí, usted aconseja los injertos.
No está tan caro el injerto, yo sé que es un lujo, pero no te pueden quitar pelo del pecho y hasta de los sobacos. No puede ser. Allí, ¿a quién denuncias? No puedes denunciar a nadie, es muy grande esa ciudad.
Sus problemas de fertilidad para ser padre
En la primera parte de su entrevista a este periódico, el cubano habló de los serios problemas que tuvo para poder darle un hermano a su hijo debido a la teratosospermia que le diagnosticaron. "Me di cuenta cuando quise ser padre. Por ese motivo me llevé 14 años intentándolo hasta que un día me hice una prueba. El urólogo Dr. Wafik -al que le debo tanto que me emociono- me dio sus mejores consejos. Yo recomiendo que tabaco y alcohol, nada. Todo el que quiera ser padre que trate de evitar el exceso. Yo fui el golfo más golfo de todos los golfos y eso me pasó mucha factura. Hay mucha gente que desconoce todo eso", aseguró este pasado jueves.
En la actualidad, Dinio es un hombre alejado de todo exceso. Hace unos meses hablaba con JALEOS de sus nuevos y limpios negocios. Por ejemplo, su proyecto de viagras: "Es una empresa de unos amigos, de familia. Yo solo colaboro. Se nos ocurrió porque en la vida existen problemas de erección. Esas pastillas son muy buenas y siempre que me preguntan 'Dinio, ¿cómo te funciona?', digo que muy bien. Yo no las tomo porque voy sobrao, es así. Pero tengo que decir que aun así, cuando las tomas vas más a gusto y seguro. Tienen mucho éxito, todo el mundo me pregunta dónde se pueden comprar, porque todos los hombres terminan cayendo al final".
Además, en aquella entrevista, Dinio abordaba su vida de padre y su distanciamiento de la noche y sus excesos: "La última copa que yo me bebí fue el 31 de diciembre para brindar con mi amigo Pepe. Y el último Marlboro, el mes que viene, día 18, va a hacer dos años. Ni drogarme ni nada. Dije hasta aquí, y hasta aquí. Tomé la decisión cuando vi crecer a mi hijo. Tiene 14 años; por él y por mi mujer, que es súper sana. Esa vida no podía llevarla con 46 años que tengo, aunque parece que tengo 20. Estoy como un chaval". Dinio ha madurado y hace tiempo que decidió vivir de día...y dormir de noche.
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