Definitivamente, Kiko Hernández (42 años) no está despidiendo su mejor año. Los problemas, parece, que se empeñan en perseguirlo y, después de haber tenido que cambiar de teléfono móvil y de lidiar con perfiles acosadores en los últimos tiempos, ahora ha hecho frente a uno de los episodios que más preocupa al colaborador de Sálvame. Fue el pasado miércoles cuando su abogado lo llamó en directo para informarle de que habían robado en una de sus casas cámaras y cintas con grabaciones de audio y vídeo. Un desvalije que, según ha podido conocer JALEOS, lo tiene "bastante alicaído" y le ha hecho pasar "una de sus peores semanas en Sálvame".
De hecho, esta desesperante situación que comunicó en directo lo llevó a comentar, entre bambalinas, la posibilidad de reforzar y solicitar más "seguridad personal", sobre todo en estos días de desasosiego e incertidumbre. Si hay alguien a quien obsesiona la privacidad e intimidad de su familia, a los que protege con especial recelo, ese es Kiko. De ahí su inquietud por que ese material robado pueda utilizarse en su perjuicio y el de su entorno: "Está muy preocupado por el contenido de esas cintas y lo que se pueda hacer con ellas, aunque tiene claro que, de hacerse, se estaría cometiendo un delito". En concreto, "le aterra que se vendan o comercialice con su intimidad, esa parcela tan suya".
Y es que, se trataría de cintas "de contenido profesional y personal, de su trabajo y recuerdos domésticos. Tiene claro que han ido a hacerle daño en el tema emocional". Por tanto, una intromisión a la intimidad que Hernández "está intentando poner freno" con todas las vías de que dispone y, por eso, ha acudido a la comisaría de Alcobendas. La Policía Judicial ya ha acudido hasta una de las casas del colaborador y ha tomado las huellas necesarias para la investigación. En esa casa, convertida en batalla campal, ha puesto seguridad. Según ha conocido este periódico por parte del entorno profesional de Kiko, "lo primero que hizo cuando lo llamó su abogado para anunciarle la fatal noticia fue llamar rápidamente a su casa, para ver si las niñas estaban bien". Tras saber que "estaban fuera de peligro", su ansiedad disminuyó un ápice, pero no cabe duda de que vendrán días "muy difíciles" para el tertuliano más aguerrido y desconocido de la televisión: "Los que lo conocen saben que hasta que no esté resuelto todo el entramado, no descansará tranquilo". Para ello, de momento ha "blindado su vida" aún más.
La versión de Kiko: ¿ajuste de cuentas?
Este pasado jueves Kiko rompió su silencio en Sálvame por primera vez. Con la cara ligeramente desencajada y conteniéndose, el colaborador ha asegurado: "No me he atrevido a ir todavía a la casa. Iré este viernes y me moriré de pena. No puedo contar muchas cosas, pero me ha dicho la policía que es todo muy raro. Se han llevado solo cosas sentimentales y han dejado objetos de valor como televisiones y altavoces". Eso sí, no se arredra ante la amenaza: "Asquerosos, no me dais ningún miedo, no me vais a amargar las navidades. Que os lo gastéis en medicinas".
Según relató, los ladrones "se han llevado un cuadro enorme de Lydia y mío y unas cajas de una mudanza que estaba haciendo. En vez de llevarse cosas de valor, se llevaron fotos de mis vacaciones de 2017". En su relato, Hernández apuntó que habían reventado la alarma y que por eso nadie escuchó el asalto: "Hicieron un gran esfuerzo, tuvieron que ser más de dos o tres personas porque arrancaron parte de una fachada". Sea como fuere, se ha deslizado que podría ser un ajuste de cuentas y que las pruebas de ADN de los asaltantes que cogió la policía ya se están analizando.
Kiko, entre el misterio y el escándalo
El misterio de por qué lleva 16 años sorteando su vida íntima con fantástico tino, cuando ya de todos sus compañeros de Sálvame se ha pasado revista -y más de una vez-, es un auténtico misterio. Hay quien habla de cláusulas específicas por su parte para que su intimidad no se exponga. Si se analiza el pasado de este colaborador, parece imposible no subrayar su pasado por Gran Hermano en 2002 y cómo, de un concursante anónimo e inexperto en el mundo del cuore, ha llegado a ser una pieza imprescindible del engranaje de lo rosa. Como también ocurre con Gema López (47), el desconocimiento de su parcela personal despierta un interés supino por conocer cómo es ese Kiko cuando las luces se apagan.
Hijo de padres separados, ese agente inmobiliario que un día quiso entrar en GH 3 hizo historia al protagonizar la primera hora sin cámaras. Lo hizo junto a Patricia Ledesma, con quien empezó una relación tan solo diez días después del inicio del concurso. La cosa no funcionó y cortaron. La joven es la única novia oficial que se conoce del tertuliano. Si se estudian sus palabras en Sálvame, se puede colegir que alguna ilusión existe en su vida, pero, ¿por qué tanto misterio? Tan solo él, de vez en cuando, descubre su lado más tierno a golpe de exclusiva en una revista, pero siempre marcando el paso de lo que cuenta y poniendo el freno. El colaborador supo convertirse en un producto televisivo necesario en la cadena que le acogió desde el principio; constituyó en él aquello de los últimos serán los primeros y edificó la carrera que ahora le levanta como personaje esencial en Sálvame. Hernández celebra el que podría ser su mejor cumpleaños, en mitad de un gran momento personal y profesional.
Para él, los hijos con sagrados, como su Abril y Jimena, las cuales este año han ido al colegio por primera vez. Bilingüe, privado, innovador, internacional y de alta seguridad. El colegio de las pequeñas Hernández Ruiz posee todo tipo de lujos, instalaciones pioneras y servicios de calidad para que tengan a su disposición la mejor y más avanzada educación. Sin embargo, lo que no es diferente a otros centros son las vacaciones navideñas. Fue hace un tiempo cuando anunció, tan colmado de amor como está, su decisión de volver a ser padre: "Si todo va bien en un año iniciaré los trámites para tener un niño, no quiero que se lleven mucho tiempo", explicaba. Un tiempo que se cumplirá en solo tres meses y que volverá a modificar su rutina.
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