"La audiencia ha decidido que la ganadora de Gran Hermano VIP sea... ¡¡Miriam Saavedra (24 años)!!", ha anunciado de manera solemne un brillante Jorge Javier Vázquez (48) segundos antes de que el plató se viniera abajo entre vivas atronadores y confeti a cascoporro. Era la gran final del concurso más exitoso de la televisión y la ocasión no era para escatimar en gastos. Lo cierto es que para la inmensa mayoría de los espectadores el pescado llevaba vendido varias semanas, cuando no meses: Miriam iba a ser la ganadora. Moral y merecida.
Nadie como ella se ha entregado tanto; nadie se ha abierto en canal de esa forma, nadie... ¡Jolín, nadie ha llorado lágrimas negras como ella! La tía se ha quedado seca. A veces, hasta he llegado a temer que se le escapara el alma por la boca o por los ojos. Vete a saber. Lo de Saavedra es de otro planeta; ella es la desmesura elevada al infinito, un monumento andante al disparate. Y, claro, eso, como diría Ángel Garó (53), solo encuentra consuelo en el parné, se paga con dinero, en esta ocasión con un maletín de 100.000 euros que Miriam, extasiada y desnortada, ha agarrado cual bote salvavidas después de rebozarse por el suelo que ni el mejor drama lorquiano.
Sin embargo, volveremos más tarde a Miriam. Me quiero detener en Suso Álvarez, ese chaval que nació bendecido por la suerte. Forma parte de esos privilegiados de la vida que un buen día cayó en el sitio adecuado y el momento idóneo. Si no es así, juro que no me lo explico. En este caso, ha estado bien acunado por los jefes de Mediaset. A nadie se le ha escapado en las redes el momento en que, ya en plató junto a Miriam y minutos antes del veredicto final, le ha susurrado al presentador que le diera un beso a María, la directora del programa: "Ay, mi Marieta". Ay, ay, que se nos ve demasiado el favoritismo. Créanme que esta justificación me vale de mucho, porque creía que el que tenía un problema era yo al considerar que el concurso de Suso había sido un fiasco de los grandes, la mayor estafa de la historia.
Y es que, no se puede hacer peor en menos tiempo. Ha sido un niñato que se enfurruñaba por memeces de patio de colegio, un tipo que se enfermaba cuando no era el protagonista absoluto y un chaval que ha dicho auténticas barbaridades machistas. En definitiva, un ser que, de no estar cuidado por la productora, habría sido expulsado disciplinariamente hace mucho tiempo. No es un buen ejemplo en ningún sentido y debería recapacitar. Antes decía que Jorge Javier había estado brillante este jueves porque ha sido el único que le ha dicho las cosas claras y le ha hecho ver que con esa actitud machista no se puede ir por la vida. Lo único en lo que discrepo con Vázquez es que ha relacionado el comportamiento de Suso con la falta de estudios y cultura: mira, Jorge, no, perdona que te diga, pero no tiene nada que ver el tocino con la velocidad. Suso piensa como un machista venido a moderno y lo primero que debe hacer es reconocerlo...y trabajar su problema.
Más allá de eso, su vuelta a la realidad no ha podido ser más desafortunada y atropellada. Le han puesto en vídeo la bronca que la semana pasada tuvieron Aurah Ruiz (28) y su madre. El caso es que el tío ha humillado de la peor de las formas a la ex de Jesé Rodríguez (25), anteponiendo a su madre por encima de todo: "Lo siento mucho, pero admiro mucho a mi madre". Tras ese momento de tierra trágame, Aurah ha sacado la artillería pesada: los vídeos de Suso en los que despotrica contra ella y la reduce a un trozo de carne al que llevarse a la cama.
¿Que qué tiene que decir Suso, el gran prohombre, de todo esto? Muy sencillo: echar balones fuera y pedir perdón con la boca pequeña: "Estuve desafortunado las primeras semanas del concurso, te pido perdón, pero admiro a mi madre". Renglón aparte se merece el momento en que, a la vuelta de un vídeo, Suso aparece envuelto en lágrimas y casi convulsionando. "Suso, has visto a tu hermana a lo lejos, ¿verdad?", le azuza Jorge Javier. El concursante, por toda respuesta, asiente y se va corriendo a abrazarse a ella mientras el presentador explica que la familiar de Suso ha tenido problemas de salud en el último tiempo.
En concreto, un coma producido por una complicación de su diabetes. El caso es que el joven se ha dejado llevar por la emoción del momento, un hecho que en las redes se ha tomado como una sucia estrategia para arañar votos en el último momento. Fíjate, a mí Suso no me cae bien, pero yo no diría tanto. He visto verdad en él. Donde sí vi estrategia por su parte fue mientras hablaba de lo que haría con los 100.000 euros del premio, asegurando que cumpliría la promesa que les hizo a su madre y hermana de irse a vivir juntos a una casa nueva. Llamadme retorcido pero ahí he visto doblez. Resumiendo, Suso, que ni dar pena te ha servido para ganar GH VIP. El día que no subestimes al público, te harás con su cariño. Bueno, ya es tarde.
Miriam, la reina inca y desquiciada que enamoró a todos
Como decía antes, muchos ya sabían que Miriam era la ganadora. Por eso cuando he visto los porcentajes -6'6 / 25'3 / 68'1- tenía claro que la peruana era el 68. No podía haber otra opción; Miriam se ha currado como una jabata el concurso. Es única en su especie. Para los anales de la historia de España quedará ese momento en que la reina inca recibe en la casa de Guadalix a su madre por sorpresa y, después de fundirse en un sentido abrazo -huelga decir, envuelto en lágrimas negras-, en cero coma pasa a bailar su canción de El Gusano. Esa madre, se conoce más tímida, siendo animada por su hija para seguirle el paso... eso es GRANDE, arte, oro molido. Hete aquí un trocito de Miriam en forma de frase. Aquello parecía la telenovela Kassandra:
Mamita bella
Mi negrita
Te admiro tanto...
Me la han traído, Supremo (se refiere al Súper)
Me han traído a parte de mi cuerpo, somos dos en una misma persona.
Por cosas así ha sido la GANADORA de esta histórica edición, no cabe duda. Por cierto, ha habido una importante baja en la gran final: Mónica Hoyos (41). La expareja de Carlos Lozano (55) y enemiga pública de Miriam ha dado plantón al programa. Se conoce que, reventada por que Saavedra fuera la ganadora, se ha quedado en casa. En esas, Jorge Javier le ha lanzado una bella pulla: "Mónica, allá donde estés te recordaremos siempre". Hija, qué mal perder. Eso sí, Miriam no ha desaprovechado el momento para asestarle el golpe final: "Es de profesionales no faltar al trabajo". Ah, para los que os lo preguntéis: Koala salió como tercer finalista. Su doble cara y su falsedad para con Miriam le han jugado una mala pasada en favor de Suso. Eah, querido, ya puedes cuidar de tus animales en casa.
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