Hace unos días saltaba la noticia: Kiko Rivera (34 años) tendría que abandonar el concurso Gran Hermano DÚO para verse las caras con Dulce Delapiedra (51) el 25 de febrero en un juicio orquestado por su propia madre, Isabel Pantoja (62). Se decía entonces que ambos deberían acudir como testigos, si bien la presencia de la tonadillera no era obligatoria. El mes de febrero avanza y JALEOS ha descubierto qué hay de cierto en esa información. ¿Tendrá Kiko que ausentarse de Guadalix? "No está en la obligación de salir si presenta un justificante de trabajo", aclara a este medio una de las personas más cercanas al Dj.
De hecho, esta fuente de total solvencia, apostilla: "En realidad, poco se sabe de ese juicio. Nos enteramos más por la televisión". Así las cosas, y según la información que llega a este medio, "se va a pedir la suspensión del mismo alegando razones profesionales". Eso sí, se aclara, no es porque sea Kiko Rivera el que lo pide: cualquier concursante puede acogerse a ese extremo en un momento dado. Otra fuente lo explica así: "El entorno de Kiko entiende que no es algo de causa mayor y que puede esperar".
En otras palabras, el cantante no está por la labor de abandonar el concurso por ese motivo. Es más, "entró sin ser consciente de él". En esa línea, se desliza a JALEOS el único motivo por el que el hermano de Isa Pantoja (23) saldría de la casa de Guadalix sin dudarlo un segundo. Así lo dejó patente, "como en una especie de cláusula", antes de encerrarse en el reality con su mujer Irene Rosales (28): "Lo único que le preocupa en estos momentos, y que dejó claro antes de entrar, es la salud de su abuela. Si pasara algo, le avisarían de inmediato".
Si bien toda la familia, empezando por la Pantoja, se encuentra "angustiada" con la maltrecha salud de doña Ana, como se la conoce en la prensa, Kiko lo está viviendo "con una pesadumbre" especial. Para él, su abuela es alguien muy especial, como bien dejó claro en GH DÚO cuando le reprochó a su hermana la nula relación que mantiene con ella: "Mi abuela tiene 87 años y está malita y mi hermana no le decía ni una sola palabra". Esa es la única preocupación en estos momentos para Kiko: "Se fue a Guadalix con temor, pero se mentalizó de que es trabajo y hay que hacerlo". Lo cierto es que toda la familia vive volcada con doña Ana: "Isabel Pantoja apenas sale de Cantora, teme cualquier sobresalto".
La ruina de Kiko
Este pasado jueves, en la gala de GH DÚO, Kiko e Irene, de manera improvisada, volvieron a sincerarse. Después de la dura confesión del cantante acerca de su pasada adicción a las drogas, ahora ha abierto su corazón sobre la difícil situación económica a la que abocó a su familia. En realidad, fue la propia Irene quien abrió la veda durante una de las conversaciones con sus compañeros: "Esto para nosotros ha sido como un ángel caído del cielo. Cuando se inventaron un Gran Hermano por parejas yo no me lo pensé porque lo estábamos pasando bastante mal económicamente desde el problema de Kiko".
Aprovechando estas declaraciones, el presentador Jorge Javier Vázquez (48) quiso ahondar en esta cuestión reuniendo al matrimonio en el confesionario: "Él podía haber tenido un buen colchón de haber tenido la cabeza amueblada. Hemos pasado por una mala época y ya está. Muy dura", rompía el silencio Irene ante la mirada de Kiko. Agarrando la mano de su esposa, Rivera se sinceró: "Siéndote sincero, he malgastado muchísimo dinero, entre otras cosas por el problema que tenía, pero también por muchísimas otras cosas más. Me quedé más tieso que una mojama, y esa fisura ha seguido aunque siguiera trabajando, porque lo que ganaba era para pagar las deudas. Muchas veces no hemos podido ni pagar el alquiler de la casa y ha sido cuando mi madre me ha pagado el alquiler".
Pero sus confesiones no terminarían ahí, ya que además hablaría del peor momento que vivieron a causa del derroche de esa época de adicción a las drogas: "Hemos llevado la situación con la cabeza alta, pero muy mal. Ha sido todo por mi culpa, por ser un bala perdida". "El momento en el que más sufrí por el dinero que derroché fue el día en que mi madre estaba donde estaba (la cárcel) y hacía falta un dinero. Yo lo tenía, pero me lo gasté. Ese día fue uno de los peores días de mi vida, el decir 'ahora que alguien de mi sangre necesita eso y yo lo he tenido y me lo he gastado en otra gente, en mi mismo y en cosas malas'. Ese fue mi peor día", zanjó su desgarrador relato.
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