Santiago Abascal (42 años) lleva trabajando en la política desde finales de la década de los 90, cuando entró en la Adminstración Pública de la mano del PP. Una carrera que ha quedado plasmada en imágenes. El problema es que en la era de lo tecnológico todo vuelve, y estas fotografías pueden mostrar misterios que parecían escondidos. En el caso del líder de Vox, una comparación con el pasado desvela un secreto estético: su pelo.
Al igual que el político ha ido aumentando en importancia y en número de votos, su pelo también lo ha hecho. En una instantánea de hace poco más de 10 años, durante una sesión en el Parlamento Vasco cuando aún estaba en las filas del Partido Popular en 2008, se puede observar cómo el cabello más cercano a la frente era escaso, con algunas clareas que quedaban a la vista cuando el político era fotografiado desde arriba.
Una situación que nada tiene que ver con la actual. Ya desde su época bajo el mando de Esperanza Aguirre (67) en 2013 su pelo luce denso. Y ahora, conforme se acercan las elecciones, este cabello aparece cada vez más y más poblado, como si el líder de Vox se prepara el 28 de abril.
La polémica no ha tardado en inundar las redes sociales, y muchos usuarios se han aventurado a barajar que el político se puede haber sometido a un injerto capilar. Un tratamiento estético en el que se trasplanta cabello de una zona poblada a la zona que se quiere poblar.
Este retoque está de moda entre los famosos españoles, como el político Ignacio Aguado (35), el presentador Joaquín Prat (43) o el propio Albert Rivera (39). La comparación con el líder de Ciudadanos ha adquirido especial importancia en las redes sociales, y algunos usuarios han bromeado insinuando que los dos políticos deben compartir el mismo peluquero.
Asimismo, son muchos los que se han preguntado dónde se puede haber realizado el injerto. ¿La razón? El líder de Vox es conocido por ensalzar lo patrio por encima de lo extranjeros, y Turquía es el país donde más injertos capilares se realizan por su bajo precio.
Otros políticos que cambiaron su aspecto
Santiago Abascal no es el primer político español que se ha decidido ha someterse a un cambio de look. Ignacio Aguado, portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, es uno de los mejores ejemplos de que los injertos capilares son efectivos.
En verano de 2017 el joven político desapareció de la escena pública, y a su vuelta muchos especularon que en este tiempo se había sometido a un retoque estético. ¿La razón? Cuando reapareció en septiembre se podía observar que lucía un pelo mucho más corto, un cambio que podría deberse a un microinjerto capilar en la que se requiere que el paciente se rape el pelo.
Conforme pasaban los meses, lo que al principio solo eran unos pequeños puntos oscuros en el cuero cabelludo crecieron poco a poco hasta ocultar las clareas y conformar una base frondosa. Ya en las fotografías del portavoz de Ciudadanos en febrero de 2018 este cambio era más que visible e incluso podía presumir de tener un ligero tupé.
El cambio de imagen de Albert Rivera fue otra de las transformaciones más comentadas. A finales de 2017 se pudo apreciar que el peinado del político era diferente, y donde antes había clareas se podía ver un cabello espeso.
Fueron muchos los que aseguraron en ese entonces que la nueva imagen del político se debía a un injerto capilar. Pero desde el partido aseguraron que tras este look se escondía otro secreto: "Albert no se ha hecho ningún implante, lo que sí hace es tomar pastillas que fortalecen el pelo".
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