Belén Esteban (45 años) no se calló nada en el último Sábado Deluxe. El tema se centró en la subasta de la casa de su exrepresentante Toño Sanchís (45) y la deuda que contrajo con Hacienda debido a la 'traición' de su exmánager.
A Belén no le salían las cuentas a principios del año 2015 y encargó a la asesoría Furquet una auditoría para conocer el estado real de su situación fiscal ya que Hacienda le reclamaba el pago de 700.000 euros y supuestamente ya había dado ese dinero para que se pagara. Fue lo que le hizo darse cuenta de que algo pasaba y poner en jaque a su exrepresentante. Este sábado a colaboradora de Sálvame se sentaba en el sillón de las noches de Telecinco para relatar aspectos de todo este largo y duro proceso ante la que fuera su mayor persona de confianza, y que se ha tenido que callar hasta que sus abogados le han dejado hablar.
Con Sanchís García en el banquillo y juzgado por estafa y apropiación indebida, este tenía que negociar. Según Belén Esteban, Toño le llegó a ofrecer dos pactos antes de llegar al embargo de la casa. Sanchís, en su primer pacto le ofrecía: "200.000 euros a toca teja", ha explicado la de Paracuellos, "50.000 cada año durante cuatro años... con lo cual, le tenía que perdonar 225.000 euros", puntualizaba con ironía.
Además, del olvidarse de 225.000 euros sin motivo justificado alguno, Belén -como ha explicado ella misma en el Deluxe- debía firmar un documento en el que se especificaba que si no le daba los 50.000 euros anuales no le podía denunciar.
Este curioso pacto, según aclaraba la entrevistada, se debía a que Toño pensaba que Belén solamente necesitaba dinero ipso facto, pero ella no ha parado de trabajar y no requiere de ese dinero tal y como él pensaba.
Existía un segundo pacto, catalogado como el más irrisorio por la de San Blas, pero no lo llegó a contar por falta de tiempo, ya que la entrevista se desvió por varios temas que también dieron mucho de sí.
Lo que sí dejó claro antes de irse del plató es que tras finalizar el juicio civil, ahora actuará por la vía penal contra Sanchís y su esposa, Lorena.
La puja por la casa de Toño
Belén desveló que ella también pujó por la casa de Villanueva del Pardillo, pero que se trataba de una estrategia pensada por parte de sus asesores y abogados para que consiguiera la mayor cantidad de dinero posible para que Sanchís pudiera saldar su deuda con ella.
Cuando comenzó la subasta de la casa de Toño, nadie pujó. Días después hubo una puja de 40.000 euros, pero nada más. No fue hasta el último día de la subasta, el pasado 18 de febrero, cuando las pujas empezaron a alzarse con rapidez. Y es que la colaboradora confiesa ahora que ella pujó los primeros 25.000 euros para que la parte de su exmánager moviera ficha. Una persona superó esa cantidad, y volvió a pujar otros 25.000 euros, y ya más pujadores alzaron la cifra. "Nos pusimos de tope unos 375.000 euros", explicó. Finalmente la subasta alcanzó los 330.000, a los que hay que sumar la deuda hipotecaria que arrastra, lo que lo deja en más de 600.000 euros.
Su duro momento al vender la casa de San Blas
De hecho, el instante más emotivo de la entrevista llegaba cuando Belén dio las gracias a su familia por haberla ayudado tanto y se hizo extensible a sus suegros, ya que le ofrecieron dinero para poder hacer frente a la deuda de 700.000 euros que había contraído con Hacienda debido a la mala gestión de Toño Sanchís.
Esteban explicaba que ha luchado por un dinero que le ha faltado y ojalá hubiera podido demostrar todo lo que le ha faltado. Entiende que: "Tiene que ser duro perder tu casa, pero he actuado como ha dicho la Justicia. Tuve que pagar a Hacienda 700.000 y para eso vendí un piso al que le tenía cariño porque lo compré con mi padre", al que tanto cariño siempre ha demostrado.
Para hacer frente a la deuda con la Agencia Tributaria, la colaboradora tuvo que vender su casa de San Blas, que no solo le recordaba a su padre sino que esa casa estaba pensada para que en un futuro fuera de su hija Andrea (19), como alegaba su amiga y compañera María Patiño.
Además, la prometida de Miguel Marcos (31), quiso hacer hincapié en lo que supuso pedir ese préstamo: "Era un interés altísimo, un 7%, que ya está pagado. Gracias a Dios tengo un trabajo bueno, pero llevo toda la vida trabajando para verme así", se lamentaba Belén a la par que daba las gracias a la entidad bancaria con la que trabajó en ese momento.
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