"Estoy preparado para irme", decía esta semana. Dicho y hecho: no ha podido ser para Antonio Tejado (32 años). Pese a que muchos consideraban que no iba a ser el expulsado de la semana en su duelo con Carolina Sobe, los votos han hablado claro: de nada le ha servido al sobrino de María del Monte (56) el apoyo de sus seguidores y el hecho de que se lo haya tildado como "el alma" del concurso. No cabe duda de que este jueves se ha vivido uno de los duelos más intensos, ya que tanto Tejado como Sobe han sido dos concursantes épicos en Guadalix. Cada uno con sus tramas y su personalidad, han sabido hacerse un hueco en el reality e ir sorteando la expulsión semana tras semana. Pese a esto, el público lo ha tenido claro: han mandado a casa a Tejado y le han dado una segunda oportunidad a Carolina.
Así, todo hace indicar que la audiencia de Gran Hermano DÚO no ha perdonado los últimos comportamientos que han marcado el día a día de Tejado en el concurso. Sus actitudes machistas, sus desplantes y vacíos a María Jesús Ruiz (35) y sus controvertidas opiniones le han pasado una definitiva y irreversible factura. Sus últimas semanas no han sido nada fáciles; y es que, desde que inició un feeling especial con María Jesús nada ha vuelto a ser lo mismo para él.
Lo que en un principio fueron besos, arrumacos y miradas cargadas de sobreentendidos degeneró en una animadversión sin precedentes. Ya no se podían ni ver los que antes eran amantes y la tensión ha sido tal que incluso, en su acérrima y recíproca inquina, se han recriminado cosas tan graves como el maltrato físico. Extremos, en definitiva, que han victimizado a María Jesús, la cual en los últimos días se ha visto en la casa más sola que nunca después de que casi todos los concursantes -salvo Juan Miguel- se posicionaran a favor de Tejado. "Se ponen de su lado porque le tienen miedo", aseguraba recientemente la exmodelo. Lo colocaba como el "macho pirulo" de la edición, como el hombre que manejaba a todos en la casa, pero el público, soberano, ha terminado expulsándolo.
Por otro lado, lo cierto es que la actitud de Carolina Sobe en la casa de Guadalix ha sido mucho menos ruidosa, ya que ha evitado en todo momento involucrarse en grandes tramas y ni siquiera su enemistad con María Jesús ha mermado el cariño que el público siente por ella. Puede que su curva de la vida del pasado martes, en la que reconoció que estuvo a punto de suicidarse y que hubo épocas en su periplo por la televisión en que no tenía ni para comer, hayan dado un vuelco en los votos a su favor.
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