Este miércoles Jorge Javier Vázquez (48 años) ha decidido romper su silencio por todo lo alto después de que el pasado sábado ingresara de urgencia en un hospital de Madrid a causa de un aneurisma. Atrás se quedaron los días de hermetismo por parte de su entorno y las explicaciones en su nombre; el catalán ha tomado las riendas de la información no solo a través de su blog de Lecturas, o enviando un comunicado oficial, también ha querido realizar una llamada telefónica a Sálvame para agradecer, pero, sobre todo, tranquilizar a sus compañeros y al público.
De hecho, nada más darle paso la presentadora Paz Padilla (49), el ensordecedor aplauso que se ha vivido en el plató ha emocionado sobremanera al presentador estrella de Mediaset. Todavía desde el hospital, donde se encuentra en planta y en observación, el comunicador, haciendo ímprobos esfuerzos a causa de la emoción, ha explicado lo que le ocurrió y cómo lo ha vivido. Estos son algunos de los titulares que se han destacado de su conversación telefónica:
"Muchísimas gracias por todo el cariño que estoy recibiendo. No puedo ver mucho la tele porque me emociono"
"Ha sido un episodio del que podría haber salido realmente mal. Yo me enteré ayer de la verdadera gravedad del asunto"
"No ha habido opacidad ni he querido tapar nada de lo que ha pasado. Solo pensaba que era un dolor de cabeza. El lunes me hicieron una resonancia como a las 9 de la mañana y vieron algo que achacaron al desmayo. Me dijeron que había sangre y que ya los médicos me explicarían más cosas. Ese mismo día vinieron dos médicos a la habitación y me dijeron que para asegurarse de todo, me harían un cateterismo. Estaba contento porque pensaba que descartarían y me iría para casa"
"Todavía hay peligro. Es muy importante el postoperatorio. A ver qué pasa. Me han recomendado un mes de absoluto reposo"
"Ha sido todo muy grave y la consecuencia podía haber sido muy grave también"
"Desde que me desperté en la UCI estoy perfectamente"
"Bajé a quirófano muy tranquilo y dije 'venga adelante, esto es lo que hay'. He tenido y tengo una vida afortunada, no tengo queja, si ha llegado el momento, qué le vamos a hacer, creo que me ha ido muy bien en la vida"
"No tengo pensamientos de 'a partir de ahora, voy a cambiar....' No. Voy a seguir mi vida normal, tengo 48 años. Quiero vivir la vida sin miedo, no quiero vivir con miedo"
"Me decía Adrián (uno de sus directores): 'Fíjate cómo es Belén que no sabe nada [se emociona y para de hablar] y me ha dicho: 'Sé que vas a ver a Jorge, toma esta estampa'. Sin saber nada, la verdad que la tía es una bruja. Que sepas, Belén, que tengo la estampa en la mesilla"
"A todo el mundo que me dice que soy un currante y que frene, le echo una bronca... Soy muy feliz trabajando, tengo una vida personal maravillosa...Voy a hacer todo lo que me digan los médicos, pero cuando pasa esto ya está, no vas a ser un enfermo toda la vida. Vivir implica esto"
"No he sentido en ningún momento miedo. No puedes vivir toda la vida pensando que te va a pasar algo porque, si no, no viviríamos. No soy un inconsciente. Voy a hacer lo que me digan a rajatabla. Pero en cuanto me digan 'vía libre', vivir como vivo es como me gusta. No me gustaría verme con una mantita y un caldo. Ni verme como Carmen Borrego (risas)"
"Hay veces que en un fin de semana he vivido ocho vidas"
Como bien le ha hecho ver su amiga Mila Ximénez (66), el comunicador no pierde el sentido del humor en ningún momento. Confiesa, con la voz un poco tomada, que lo que más le costó fue comunicárselo a su madre, a la que tan solo consiguió esconderle la verdad el día del ingreso. Es más, aunque confiesa que no es nada creyente sí que rezó un Padre nuestro antes de entrar en el quirófano y que, avatares del destino, el mismo día que lo operaron fue cuando, años atrás, otra intervención quirúrgica se llevó la vida de su padre. Para terminar, ha querido subrayar la importancia de seguir las instrucciones de los médicos, pero siempre con la idea de que lo mejor está por venir y la vida, pese a ir en serio, continúa.
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