Irene Rosales se ha quedado a las puertas de la gran final de Gran Hermano DÚO. La mujer de Kiko Rivera (35) perdía su batalla contra Alejandro Albalá (25) y dejaba a su marido solo en esta recta final. Feliz con su paso por el programa, Irene se ha mostrado como una mujer fuerte y sincera, pues no ha tenido problema en hablar abiertamente de sus problemas con Hacienda y de las adicciones de su pareja.
Aunque su matrimonio haya podido quedar muy expuesto, la nuera de Isabel Pantoja (62) ve GH DÚO como un paso más en su relación con el Dj. Sin querer disfrutar de la noche madrileña, Irene se marchó a su hotel a dormir después de ser expulsada, una práctica poco habitual, pues los concursantes siempre suelen salir hasta altas horas de la madrugada.
Una necesidad de descansar que se sumaba a la emoción por el reencuentro con sus dos hijas, Ana y Carlota. Las pequeñas han estado varios meses alejados de sus padres, algo que ha pasado factura emocional en Rosales. Sin querer hacer declaraciones a los reporteros que la esperaban, Irene llegó a la estación del AVE de Madrid para regresar a Sevilla. Un viaje que, de seguro, se le hizo largo dada las ganas que tenía de estar con sus pequeñas.
Kiko Rivera, destrozado en la casa
Pese a que uno de los mayores deseos de Irene era volver a estar junto a sus hijas, lo cierto es que su despedida de Guadalix de la Sierra fue un tanto triste, ya que allí dejaba a su otra mitad del concurso: su marido. Después de que la audiencia la eligiera a ella sobre Albalá, el Dj se rompió en directo antes de despedirse. "Te dije que no llamaras a la mala suerte", le reprochó entre lágrimas. Y es que, el hijo de Pantoja siente un hueco muy doloroso, una soledad grande. Kiko se acuerda de ella continuamente y la tiene siempre presente. De hecho, llega a manifestar sentir cierto agobio por no estar a su lado. "Es una sensación que no me gusta, de agobio. Necesito a mi mujer, mucho", reflexionaba el Dj en voz alta.
Y es que, Kiko aún no ha asimilado que Irene ya no concursa en GH DÚO. "A veces no me creo que ya no está aquí, formaba parte de esto", le ha comentado en las últimas horas a Alejandro Albalá en el jardín. "Es la sensación de que, aunque esté aquí contigo, miro para allá y estaba ahí", añade más adelante. Albalá se ha mostrado muy comprensivo con él, ya que siente lo mismo con respecto a Sofía, según le ha reconocido a Kiko.
Parece que le resulta inevitable a Kiko pensar en Irene y en lo que está haciendo fuera de la casa y no duda en manifestarlo abiertamente: "Mi mujer está en casa con las niñas, con los hermanos, con el compadre, la comadre y han pedido de comer pizza y pescaíto frito". El reencuentro entre el matrimonio se producirá el miércoles o jueves, en la doble final del reality. En ese momento, no cabe duda de que Kiko e Irene podrán recuperar el tiempo perdido con la familia y, de paso, culminar esa pasión que han retenido en la casa durante tres meses.
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