No corren buenos tiempos para Kiko Matamoros (62 años) desde que el pasado miércoles él mismo diese a conocer públicamente que padece varios tumores en la vejiga, de los que tendrá que operarse durante el próximo mes de agosto. Un pronóstico que, según él, no se presenta nada optimista, y que intentará asumir con su mejor actitud.
Las reacciones por parte del entorno del colaborador de Telecinco no se han hecho esperar en los últimos días. Incluso por parte de algunas personas con las que este ha tenido conflictos en los últimos años. A pesar de que en su gran mayoría le han brindado muestras de cariño y apoyo, su hermano, Coto Matamoros (62), tiene una visión muy diferente de toda esta historia. JALEOS ha hablado largo y tendido con él para conocer de primera mano todas sus impresiones sobre el estado de salud actual de su hermano.
"En su día anulé todos los sentimientos que podía tener hacia él, por lo que me importa entre cero y nada lo que le suceda. Me parece un espectáculo despreciable comerciar con la desgracia y con toda su vida. Mi concepto sobre él no va a variar por una enfermedad", asegura. Además, cuenta que su hermano "tiene enfermedades más graves, como la dismorfofobia, de ahí que tenga más de cuarenta operaciones por su obsesión de dar una imagen perfecta".
"Él mismo es su peor enemigo. Las enfermedades se las genera uno mismo y él tiene muchos pensamientos y sentimientos negativos, por lo que repercute en la salud... Es una persona cargada de problemas y eso le debería hacer pensar qué es lo que ha hecho con su vida. Y lo que yo no voy a hacer es compadecerme de una persona cuya única preocupación es arreglarse la cara".
Coto Matamoros ve la vida muy diferente desde que se alejó del mundo de la televisión. El aprendizaje y las nuevas culturas que absorbe durante su estancia en la República Dominicana le han hecho entender la muerte y las enfermedades como algo positivo y digno de 'celebración'. Y en este caso no iba a ser menos: "La muerte y las enfermedades son parte de la vida y son algo maravilloso. Hay que saber afrontarlo y asimilarlo, y Kiko no sabe".
Con la conciencia muy tranquila, el autor de Libro de reclamaciones, dice no sentir nada, ni malo ni bueno, hacia su hermano, al que califica de forma jocosa como "mounstruo": "Yo lo único que he hecho ha sido comprarle regalos a sus hijos, pagarle el alquiler de la casa e ir a la cárcel para que no fuese él" narra con convencimiento.
Para Coto, el ser familia de "sangre" no implica una unión obligada. Mismamente, ha puesto el ejemplo de su hija o el de su madre, que es la persona que más ha querido y respetado, por encima de sí mismo, pero no por el hecho de ser su madre, sino por ser "una persona maravillosa": "Si mi madre estuviese viva y se enterase de cómo es ahora la vida de mi hermano, se moriría de un ataque al corazón", concluye.
Ajeno a toda polémica que sucede en España, el gemelo del colaborador continúa con su vida en la República Dominicana, donde se encuentra tranquilo y volcado en sus inquietudes profesionales. De hecho, el próximo mes de octubre se mudará a México para avanzar en nuevos proyectos relacionados con el mundo espiritual.
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