Isabel Pantoja (63 años) se encuentra en uno de sus mejores momentos. Tanto es así que ha cruzado sin miedo los muros de su adorada Cantora para disfrutar de unos días familiares en su segunda casa, el ático que tiene en propiedad en la calle Miguel de Cervantes de Fuengirola, residencia a la que acude con bastante frecuencia.
Una escapada que no ha hecho sola. Su hijo Kiko Rivera (35), Irene Rosales (28) y las pequeñas Ana (3) y Carlota (1) no se han querido perder estas discretas vacaciones, tal y como ya hicieron en junio de 2018. En esta ocasión, JALEOS ha podido hablar, de forma presencial, con el encargado de un establecimiento muy próximo a su vivienda, donde la tonadillera compró algunos productos para sus nietas.
"Llegó el lunes y ha estado hasta el viernes. Ha venido con Kiko, la mujer y las niñas. Ah, y también con unos amigos de la pareja". Esta persona, que conoce bien a Isabel, cuenta a este medio que la exsuperviviente ha visitado en dos ocasiones dicho establecimiento, y asegura que pese a que luce una sonrisa mucho mayor a la de anteriores años, se ha mostrado bastante altiva en el trato, ya no con él sino en lo que al resto de clientes respecta: "Ha tenido una actitud un tanto prepotente, y se ha saltado la cola que había para comprar porque quería ser la primera", asegura.
Lo cierto es que, aunque, como mínimo, ha estado allí hasta el pasado viernes, es muy probable que el fin de semana también lo haya pasado allí, ya que existen más testigos que la han visto pasear por las calles de Fuengirola. Incluso ha habido algunas personas que se han acercado a ella para pedirle una fotografía, recibiendo un rechazo por parte de la artista, asegurando que no se iba a fotografiar con nadie "porque quería estar tranquila".
En el mes de junio del año pasado, Isabel paseó por las calles de la localidad y se hizo fotografías junto a algunos de sus seguidores más fieles, niños incluidos. Este año, a pesar de que ha dado el paso de volver a la televisión y de exponerse a la opinión del público, ha optado por pasar desapercibida, ya que ni en sus redes sociales ni en publicaciones etiquetadas hay rastro alguno de ella ni su familia.
Su presencia en tierras malagueñas podría ser uno de los motivos por los que Isabel no ha asistido este año a la fiesta del traslado de la virgen del Rocío (Huelva), su querido 'Rocío Chico'. La cantante es muy devota de la Virgen y durante muchos años jamás renunciaba a su Rocío, incluso se atrevió a cantarla en su momento. Tal y como han asegurado algunos, este año podría tener lugar su aparición, de hecho son varios los medios de comunicación que se han desplazado hasta allí con la intención de filmar su llegada.
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