Miriam Sánchez (38 años) se sentó el pasado sábado en el Deluxe y desgranó la cara más desconocida y oscura de sus últimos años fuera del foco mediático. La excolaboradora de Mujeres y Hombres y Viceversa narró con todo lujo de detalles los episodios más dolorosos de sus ocho años atrás en los que estuvo inmersa en una depresión absoluta. No solo se sinceró, sino que además puso nombre y apellidos tanto a sus adicciones como a la persona que hizo de su vida "un infierno", según ella misma relató.
Cristo Vivancos. A Miriam no le tembló la voz al acusar directamente al bailarín de Los Vivancos de su etapa más difícil y tortuosa en el ámbito personal. El artista llevaba una forma de vida excesivamente metódica en lo que al control de su estado físico se refiere, y 'obligó' a Sánchez a seguir su esclavizado ritual cuando la ex actriz porno bajaba la guardia en cuanto a su peso. Esto llevó a Miriam a estar permanentemente en estado de alerta y bajo mucha presión: "Las críticas por mi gordura me han hecho mucho daño mentalmente. Mi exnovio me quería ver delgada y desarrollé la bulimia, cuando se iba de gira yo comía a lo bestia. Él me obligaba a hacer ayunos de tres días. Y es que él venía de un mundo muy riguroso".
Sin embargo, 48 horas después de las duras declaraciones de Miriam, Cristo hacía llegar un comunicado a la dirección de Sálvame para desmentir lo relatado por la colaboradora. En sus líneas asegura que "nunca ha pretendido ni obligado a nadie a imitar su estilo de vida" y en nombre de Los Vivancos asegura que todos ellos "defienden los derechos de las mujeres y están en contra de los cánones establecidos, porque todos tienen madre, hermanas, amigas que quieren y respetan". Además, señala que "le desea lo mejor" a Miriam porque "a pesar de que su historia no funcionó, sigue sintiendo cariño y respeto por ella".
Ese estricto estilo de vida del que hacen hincapié tanto la ex de Pipi Estrada (65) como Vivancos no es otro que el que exige el mundo de la danza. Una disciplina cargada de esfuerzo físico, más aún cuando se combinan en un mismo espectáculo todo tipo de artes escénicas como la música contemporánea, el flamenco y orientalismos como el kárate y las acrobacias. En toda esa mezcla de ejercicios se han basado siempre los shows de Los Vivancos, una herencia viva que los integrantes del grupo recibieron de su padre, el bailarín Pedro Vivancos García.
El nombre del ya fallecido artista nunca estuvo exento de polémica. Corrían los años 80, a sus espaldas cargaba miles de kilómetros y giras por los cinco continentes en las que fue tremendamente aplaudido, un éxito que no solo se atestiguó en los teatros sino también en su vida sentimental, pues las mujeres con las que mantuvo romances fueron incontables. Tantas que dejó 39 hijos.
Esa procreación extrema hizo que los titulares de la época hablaran de que podía pertenecer a una secta y dejaban al aire sus conductas extrañas en el núcleo de esa extensa familia. Sin embargo, sus propios hijos, tras fallecer su padre y en una entrevista a la revista Shangay quisieron aclarar todo lo contrario: "Hemos llegado a oír que nos estaban entrenando para ser ninjas, imagínate. Se trataba de los años 80. No era una secta, sino una familia atípica, muy bonita. Nuestro padre nos ha cuidado siempre".
Concretamente Cristo nació en Reus y estudió danza desde muy pequeño hasta graduarse en Quantico Independent School, centro inaugurado por su padre. Después perfeccionó su estilo en la prestigiosa escuela Nederlands Ballet Theatre y se graduó en especialidad de Danza Española y Flamenco en el Conservatorio Profesional de Danza y en Londres se tituló en la especialidad de ballet clásico. La música en su forma más instrumental también formó parte de su esencia, pues a la edad de 13 años ya tocaba el violonchelo a la perfección. Ha sido bailarín principal en los teatros más importantes del Globo y ha cosechado premios y grandes éxitos. Además, resulta curioso que en la actual es una estrella mediática en Italia tras quedar finalista en el prestigioso programa Amici de Maria de Filippi, pero su prioridad absoluta es la compañía Los Vivancos.
Seis de los 39 hijos de Pedro Vivancos son a día de hoy los integrantes del grupo: Josua, Elías, Judah, Israel, Aarón y Cristo -todos con nombre de referencia religiosa-. Al igual que su padre, estos hermanos también han tenido suerte en el amor y han estado vinculados a mujeres famosas, desde Ana Obregón (64) a Arancha de Benito (50), pasando, por supuesto, por Miriam Sánchez.
"El maestro yoda", como llaman a su padre, inculcó tan a fondo el arte escénico y físico en sus vidas que desde que dieron sus primeros pasos hasta la actualidad hacen de su día a día un entrenamiento y sacrificio constante, sin descanso. Esa obsesión repercutió de forma directa en la entonces novia de Cristo Vivanco -según ella misma relata. Miriam y él fueron pareja desde 2013 durante cinco años, un periodo en el que la televisiva se apartó notablemente del medio audiovisual a petición de su novio.
Al principio se dejaban ver por puntuales eventos con prensa y paseaban su amor por las calles sin ocultarse. Pero el bailarín no era partidario de que Miriam formara parte de alguno de los contenidos televisivos más polémicos, y poco a poco la que un día fue Lucía Lapiedra disminuyó su presencia en la pequeña pantalla hasta desaparecer por completo. También de los bolos. Lo que en ese momento parecía una muestra de amor y de mantener su historia de forma discreta se sabe hoy que respondía a una 'exigencia' de Cristo como lo fue su continuo control sobre el peso y la forma física de Sánchez, hasta el punto de que la exactriz enfermó de trastornos alimentarios -de nuevo, según ella cuenta.
Tras su tóxica relación, Miriam se rebeló. Puso en marcha todo lo que Cristo odiaba. "Me rapé la cabeza, me tatué y empecé a comer". Engordó 14 kilos, se refugió en la comida, en las drogas y el alcohol y se tatuó de arriba abajo, pues el bailarín no soportaba la tinta en su piel y le hacía taparse con ropa todas las zonas tatuadas.
No obstante, al decir adiós a Vivanco, la situación de Miriam no mejoró porque cayó en depresión debido en gran parte a su inseguridad y por la falta de ganas de enfrentarse al día a día. Sin embargo, este verano Miriam Sánchez se ha propuesto resurgir de sus cenizas. Ha pasado por quirófano, ha disminuido sus complejos y ha dado la cara en la televisión, ese medio que la catapultó a lo más alto. De hecho, en las últimas semanas asegura que "recibió una llamada, pero no se vio preparada". Muchos son los que piden su vuelta, y que deje así atrás la oscuridad que la ha envuelto estos últimos años para volver a ver la luz de los focos de los platós como hacía antaño.
Nuevas parejas
Una vez sus caminos tomaron rumbos diferentes, Miriam y Cristo han podido rehacer sus vidas. Tras su historia de amor, la exactriz ha encontrado a un hombre anónimo que está junto a ella, tal y como reveló Pipi Estrada a JALEOS hace unas semanas: "Ahora sale con otro chico, Fernando. No es mal chico, pero creo que es muy distinta la relación a la que tenía con Cristo Vivancos. No es conocido, es un chico que Miriam conoció cuando salió una noche, en un garito de Chueca. Es camarero, lo conoció y se hicieron pareja".
Por su parte, el bailarín posa sin esconderse con una esbelta modelo en sus redes sociales. Se trata de Anabel Santana, una maniquí asidua a las pasarelas de la Semana de la Moda madrileña y con un amplio currículum profesional. Ya han recorrido medio mundo juntos y ella ha visitado los orígenes de su novio.
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