Este pasado domingo Pedro Sánchez (47 años) no pasó su mejor noche después de que los resultados electorales se impusieran. El partido que preside, PSOE, no obtuvo los resultados esperados, pese a lograr 120 escaños. Era su noche más triste y desangelada. La celebración se entendía moderada y agridulce; el más votado, pero a la baja y sin mayoría absoluta. Fueron unas horas de sensaciones encontradas en la sede de Ferraz, de nervios de un Pedro Sánchez que se jugaba mucho, pues suya fue la decisión de volver a llamar a los españoles a las urnas, esperando quizás superar el resultado del pasado mes de abril. Nada más lejos de la realidad.
En los rostros de los socialistas congregados en Ferraz se apreciaba cierta contención en su victoria. La algarabía se vivía a medio gas. Solamente una persona parecía no casar con el ambiente que se respiraba: la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez (44). Tuvo una noche complicada y, entre sus aplausos y sonrisas algo forzadas, ejercía de bastón emocional para un Sánchez un tanto alicaído. Siempre al lado de su marido, y como ya ocurrió en las anteriores elecciones, Begoña -de rojo corporativo como es habitual en ella- no dejó de aplaudir y sonreír en ningún momento de la noche. Frente a la contención de Sánchez y de todos los socialistas, Gómez vivió su noche más exultante y desatada.
De hecho, tal era su alborozo en forma de aplauso que su marido, a la hora de arrancar con el discurso, tuvo que pedir moderación para que se le pudiera escuchar. Esta actitud, que no coincidía con la sensación de los españoles, sorprendió a propios y extraños. A los que allí se concentraron, a los españoles desde sus hogares y a Twitter. Muchos han sido los que han destacado estos aplausos desaforados de la mujer del líder socialista desde el asombro y, sobre todo, desde la incomprensión.
"¿Por qué aplaude tanto cuando el PSOE no ha obtenido la victoria que esparaba?", "¿No se da cuenta Begoña Gómez de que no es momento de aplaudir tanto?", han sido algunas de las reacciones que se han respirado en la red. Lo cierto es que el frenesí de Begoña contrastaba de plano con el comportamiento de otras esposas de los líderes políticos. Queda claro que Begoña ha hecho acopio este domingo de ese refrán tan manido que reza que al mal tiempo, buena cara.
Su otra polémica: en abril 'estrenó' rostro
En las pasadas elecciones del mes de abril el nombre de Begoña Gómez también eclipsó de algún modo a la figura de su marido. En aquella ocasión -en la que también mostró, con más razón electoral, una exultante actitud- se habló de su nuevo rostro. Más terso y luminoso, una diferencia mucho más evidente si se comparaba su rostro de entonces con el de años atrás. Pero, ¿qué se había hecho? Según se publicó entonces, Begoña optó por un cóctel de vitaminas y por inyecciones de ácido hialurónico. Así, también eliminó las arrugas y las líneas de expresión más marcadas.
Sin embargo, ese no ha sido el único revuelo que ha suscitado Begoña desde que es 'primera dama'. El pasado 21 de julio, el grupo musical The Killers tocaba en el FIB de Benicássim, el festival alternativo por excelencia. Entonces, Pedro Sánchez y su mujer, grandes seguidores de la banda, quisieron asistir al concierto de sus ídolos y se desplazaron hasta la localidad de Castellón en el Falcon. El motivo de su escapada, deslizó el gabinete del presidente, fue una reunión informal con el president de la Generalitat, algo que algunos partidos de la oposición catalogaron de "excusa".
Por otro lado, su fichaje como directora de Africa Center, un centro del Instituto de Empresa, también fue objeto de las críticas. Es experta en captación de fondos para ONGs y concienciada con el mundo africano, lo que la convertía en una buena candidata, pero los medios recordaron la negativa de Sánchez al "enchufismo" -ya que su fichaje se dio a conocer tras el ascenso de su marido- así como la confusión con su currículum, que algunos catalogaron de "falso".
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