Las hijas de Julio Iglesias y Miranda derrochan estilo y belleza en el Baile de Debutantes
Las gemelas Cristina y Victoria Iglesias deslumbraron en Le Bal de París en su puesta de largo ante la sociedad aristocrática y la nobleza este sábado por la noche.
1 diciembre, 2019 18:32Noticias relacionadas
Cristina y Victoria Iglesias (18 años) se han coronado este fin de semana en París. Como si de princesas de cuento se tratara, las hijas de Julio Iglesias (76) y Miranda Rijnsburger (54) han sido las auténticas protagonistas de la puesta de largo más glamourosa de cuantas existan en el planeta, Le bal, el Baile de Debutantes.
Las familias más acaudaladas del ámbito internacional y miembros de algunos de los clanes aristocráticos y nobles más importantes de Europa se han reunido en el lujoso Shangri-La Hotel, antigua residencia del príncipe Roland Bonaparte, con vistas a la Torre Eiffel.
Al comedor principal del palaciego lugar llegaron uno a uno las jóvenes promesas de la élite. La sala se encontraba decorada por gigantescos ramos y centros de mesa de rosas en color fucsia, blanco y pastel que combinaban a la perfección con los detalles en mármol blanco y oro que presentaba el ambiente. Fue en ese mismo lugar donde las gemelas deslumbraron a los presentes con su estilo y su elección de los vestidos.
Del brazo de un conde francés, con el que ya han hecho buenas migas gracias a su afición a los caballos, Cristina y Victoria desfilaron ante la jet set mundial vestidas con dos impresionantes diseños del libanés Elie Saab y portando joyas de la firma Harakh.
Ambos trajes mostraban un degradado similar pero sus patrones y detalles eran totalmente diferentes. En el diseño de Cristina predominaba el azul, pero su falda mostraba una especie de paleta de colores en tonos pastel. La parte superior era en cuello halter, dejando la espalda descubierta y una cintura marcada. En la parte inferior una falda de gran volumen era la gran protagonista.
Por su parte, Victoria Iglesias se decantaba por el color rosa con un traje muy vaporosa que combinaba el magenta con el rosa empolvado. Lo más especial de su vestido residía en el escote: en palabra de honor pero con unos grandes pliegues que terminaban enlazados en una estrecha cintura.
Existen imágenes que prueban que su madre estuvo allí y se emocionó al ver a sus hijas entrando por la puerta principal. Miranda también asistió con un estilismo muy elegante y remarcando el carácter prudente pero glamouroso que la define.
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