Cristina Pedroche (31 años) se ha convertido en cera este jueves y, con ello, ha cumplido un sueño que siempre tuvo desde bien pequeña: verse algún día como figura en ese museo que siempre visitaba en familia y que tanto miedo le daba. Por fin lo ha convertido en realidad y, como es propio en ella, con sorpresa incluida: la otra Cristina, la eterna, se ha esculpido con una copia del vestido que lució la humana en las pasadas Campanadas. Esa hada del bosque cubierta de flores, un modelo inspirado en un diseño de Yves Saint Laurentde 1999. "Estar en este museo es lo puto más", ha reconocido, un tanto nerviosa.
JALEOS ha estado presente en el momento del descubrimiento oficial de la estatua y Pedroche se ha quedado noqueada por minutos, envuelta en flashes:"Se parece, ¿no? A que se parece, ¿verdad?". Todo esto mientras miraba arrobada y feliz a su otro yo. Pero antes de este momento, han acontecido otras escenas previas que este periódico puede narrar. En una minúscula sala del Museo de Cera de Madrid -en comparación con los medios de comunicación allí congregados- la expectación era máxima. Se había citado a la prensa a las 11 de la mañana, pero los minutos pasaban y la paciencia se acababa entre los fotógrafos.
"Como a y media no haya salido, nos vamos", decía uno; "Le damos diez minutos, que tenemos otras cosas que hacer", pretextaba otro. Finalmente, minutos antes de la 'hora tope' aparecía, con un traje negro de dos piezas, Cristina Pedroche. Sonriente y solícita posa para los fotógrafos. Tras unos cuantos traqueteos -"más tarde os atiendo más y hacemos todo lo gráfico"-, Gonzalo Presa, director de Comunicación del museo, ha simulado, para grata sorpresa de los allí desplazados, una suerte de Campanadas.
Al término de estas, que han sonado con gran realismo -con sus cuartos y todo- se destaparía la figura de Pedroche. Dicho y hecho. Misterio resuelto. "La sonrisa está bien, ¿no?", "Qué maravilla", son algunas de las expresiones de Pedroche nada más verse. "Posa junto a la figura", "acércate más a ella", le pedían los paparazzis. "Yo me veo muy guapa. Tiene buen culo. Estar en este museo es lo puto más. No hay ninguna presentadora que tenga esto. Estoy muy agradecida, vendré todos los días a verla", ha asegurado sin apearse de su sonrisa.
La presentadora estará en la misma sala que presiden rostros tan conocidos como Justin Bieber (25), Sara Baras (48) o Selena Gómez (27), entre otros. El director de comunicación se ha mostrado en todo momento muy agradecido por que Pedroche haya aceptado este regalo homenaje, a la vez que ha confesado que hace muchos años, allá por el 2009, cuando conoció a Cristina ya le profetizó que algún día estaría en su museo. Antes de atender a los medios de comunicación, Cristina ha querido dirigir las cámaras hacia un detalle muy importante de su doble y que, a simple vista, pasaba inadvertido. "Por favor, tienen que verse los zapatos. Son muy importantes y costó mucho hacerlos. Son de vidrio reciclado". Una vez dejado patente esto, rubricada su firma en el manuscrito de 1972, y solucionado el escollo del escaso espacio -"no os peguéis mucho para no agobiarla"- Pedroche responde a las preguntas.
¿Cuándo la llamaron para proponerle esta figura?
Fue como en junio y no me lo esperaba. O sea, que muy bien, que hago muchas cosas, pero tampoco soy Rafa Nadal (33). Me dijeron que habían hecho una especie de encuesta para ver a qué gente les gustaría tener en el Museo de Cera y en esa encuesta gané yo. Pensaron que me gustaría, que me haría ilusión. Y cuando me llamaron les dije que por supuesto, que contaran conmigo.
¿Las pruebas cuándo fueron?
Hicimos las pruebas del molde antes de verano y hoy ya está aquí el resultado. El sueño hecho realidad.
¿Cómo fue?
Es un poco incómodo ponerte la masilla y, encima, como la figura está sonriendo... Tenías que sonreír durante varios minutos. Pensaba que me iba a salir una sonrisa un poco falsa, pero al final ha salido bien.
¿Ha visto el resultado hoy?
Sí, todo hoy. Fui el viernes pasado y les faltaba muchísimo, no tenían ni el color de la piel, ni el traje, ni los zapatos. Y a la cara le faltaba muchísimo. No me parecía mucho, pero ahora, viendo el trabajo final, sí. Elsa, que es la escultora, ha hecho un trabajo maravilloso. Está muy logrado todo.
¿Cuál es el detalle que echa en falta o que no le termina de gustar?
Es que todavía no me habéis dado ni tiempo para analizarla. De altura creo que está bien. Me gusta que también el vestido haya estado tan igual. De perfil me veo muy bien. Fui muy pesada con el hecho de que no me quitaran ni un solo pendiente, tengo muchos y quería que los hicieran.
¿Decidió usted el vestido?
Sí, me preguntaron que qué quería ponerme. Querían que yo viniera con ese mismo vestido aquí, pero ese vestido está ahora mismo en la exposición del Cuerpo Inventado y es ahí donde tiene que estar.
¿Venía mucho de pequeña al museo?
Sí, venía muchas veces. Y me asustaba mucho, ya sabéis que soy asustadiza, y es que hay algunos que dan miedo. Mis ojos son como muy reales.
Hable de las Navidades...
Las Navidades me las paso trabajando y no las disfruto más allá. Con mucho trabajo... ¡y con el vestido!, que este año está dando algún que otro problemilla. Porque me he metido en una cosa muy gorda y tiene mucho trabajo. Aunque va deprisa, no va todo lo deprisa que me gustaría. Es muy sofisticado, muy elegante y muy fino, pero es muy Pedroche. Cuando lo veáis, vais a flipar. Este año triunfo o me hundo. Lo mismo puede ser mi último año.
¿Por qué?
Porque es un concepto muy top, muy rompedor. Nunca nadie había dado las Campanadas con mis anteriores vestidos, pero este año es que... ¡ni de locos! Pero, ¡tampoco quiero hablar más!
¿Le va a acompañar su marido, como otras veces?
Siempre, siempre. Él corre la San Silvestre Vallecana y viene conmigo luego.
[Más información: El enfado de Cristina Pedroche ante la pregunta de si enseñará "mucho cuerpo" en las Campanadas]