La exconcursante de Gran Hermano, Carlota Prado (26 años), se encuentra atravesando uno de los momentos más convulsos de su vida. Hace apenas dos semanas se filtraron unas delicadas imágenes en las que la joven rezaba como protagonista. Sola, llorando y rota de dolor en el confesionario de la casa de GH Revolution, Carlota visionaba la secuencia donde presuntamente era violada por uno de sus compañeros de edición, José María López (26). 

Pero entre tanta polémica, controversia y tinieblas, Prado ha encontrado su "luz" particular. La malagueña está enamorada y JALEOS ha descubierto todo sobre 'Rypdal' -nombre artístico de su pareja- el gran apoyo de Carlota Prado en estos duros momentos. Es rapero, autor y productor de sus propias canciones y vídeos. Entre sus temas, B.I.T.C.H, AYER TE VI, SQUAD, WIPPING o IGUAL QUE EL RESTO. A veces ha llegado a ejercer como modelo de fotografía, es amante de los tatuajes y aficionado al skateboard.

El pasado 24 de noviembre, en plena vorágine informativa por el caso Carlota, la ex gran hermana tomaba las riendas de sus redes sociales y publicaba una preciosa foto con su pareja. Junto a la imagen de los dos, sonrientes e ilusionados, unas emotivas palabras de agradecimiento y cómo no, de amor.  

"GRACIAS. Gracias por escucharme. Gracias por entenderme. Gracias por darle luz a esta oscuridad que va conmigo. Gracias por aparecer y preocuparte de corazón por mi y mi proceso. Gracias por intentar que me ría en mis peores momentos, así como ser el principal motivo de los buenos. Gracias por devolverle sonrisas a mi cara. Gracias por no tener en cuenta ni un segundo mi estado mental, ni juzgarme por mi pasado. Gracias por conseguir que en mis bajones escuche a algo más que la voz que me tortura. Gracias por ser tú, genuino e irreemplazable. Gracias, porque tú también has sobrevivido a tu guerra y ahora estás aquí. Gracias por existir. Te quiero", publicaba Carlota ante sus más de 28.000 seguidores de Instagram. 

La figura de Carlota Prado ha vuelto al filo de la actualidad informativa dos años después de su controvertida participación en la última edición del Gran Hermano estándar -donde concursaban personas anónimas-. En la madrugada del sábado 4 de noviembre y tras haber ingerido "dos chupitos", Carlota Prado perdió la conciencia y fue presuntamente violada José María, un hombre al que conoció intramuros de la casa de Guadalix de la Sierra.

Tras una noche de fiesta aparentemente normal para el resto, a la mañana siguiente, Gran Hermano anunciaba lo siguiente a través de un tuit: "La dirección de Gran Hermano ha decidido expulsar del programa a José María por lo que considera una conducta intolerable. Asimismo, ha considerado oportuno que Carlota deje la casa". Nunca más volvió a saberse sobre el presunto agresor.

En estos 24 meses de litigio judicial, la juez que ha investigado el caso ha dejado reflejado en el auto con que el concluyó la instrucción que Carlota estaba "sin apenas moverse, boca arriba, con los ojos cerrados desde que se metió en la cama", cuando José María López, otro de los participantes, realizó movimientos bajo el edredón "que aparentemente pudieran consistir en penetraciones". La magistrada señala al vídeo como prueba clave pero también valora que en su declaración, el joven agricultor de Roldán (Murcia) entró en contradicciones: "José María se encontraba en un estado de consciencia cuando ocurrieron los hechos".

Desde la publicación de las imágenes de Carlota en el confesionario donde los directores del programa la instaban a no comentar nada sobre lo sucedido, son multitud las marcas que a través de las redes sociales han ido comunicando a sus usuarios o consumidores que se desligan de Gran Hermano. Ya son más de 50 empresas las que han retirado su publicidad en señal de su rechazo absoluto a cualquier tipo de abuso o violencia sexual. Ahora la continuidad Gran Hermano, el programa que más beneficios económicos ha reportado a Mediaset España desde hace 20 años, pende de un hilo más que nunca. 

[Más información: Los compañeros de Carlota en la casa de 'GH' rompen su silencio sobre la presunta violación]