Hace cinco años, Patxi Andión se despedía de una de las mujeres que más revuelo generó en su vida, una de las mayores bellezas españolas con la que protagonizó un fugaz y tormentoso matrimonio. Amparo Muñoz, actriz y Miss Universo en 1974, fallecía a los 56 años en su Málaga natal. La intérprete y el cantautor vasco se conocieron rodando La Otra alcoba de Eloy de la Iglesia. Ambos se sintieron atraídos desde que interpretaron la primera escena de amor. Se enamoraron y se marcharon a vivir juntos. A pesar de la confesada condición de ateo del cataoutor, tras tres meses de relación, se casaron el 16 de mayo de 1976 al aire libre, con más de 5.000 asistentes, en la navarresa ermita de Andión.
Amparo, que fue nombrada Miss Universo dos años antes de su enlace, y Patxi procedían de mundos totalmente distintos. El músico nació en Madrid, aunque al poco tiempo fue a vivir a Euskadi, la tierra de sus padres. Su familia sufrió el franquismo, él mismo padeció la censura y se exilió a Francia. Cursó los primeros años de la carrera Obras Públicas pero la abandonó. Lo mismo le sucedió con Periodismo hasta que optó por Sociología, la licenciatura con la que se doctoró.
Por su parte, Amparo venía de una humilde familia de Vélez-Málaga. Fue la primogénita de seis hijos del matrimonio formado por un profesor de Carpintería Metálica y una ama de casa. Hasta los 7 años, fue criada por sus padrinos con el fin de descargar de trabajo a su madre. No obtuvo estudios universitarios. Cursó taquigrafía, mecanografía y fue auxiliar administrativa en el diario Sur. Hasta que su belleza se convirtió en su pasaporte hacia la fama.
Cuando tenía 19 años, el director del rotativo la llamó a su despacho para hacerle una oferta de lo más sorprendente: le proponía que se presentara a la elección de Miss Costa del Sol, concurso de belleza del que era promotor. Pese a la oposición de sus padres, aceptó y se proclamó ganadora del certamen. A partir de ahí, su carrera empezó a tomar vuelo.
Una ruptura tormentosa
La Miss y el cataoutor tuvieron unos primeros meses de casados convulsos marcados por la profunda depresión que padeció la modelo. Apenas un mes después del enlace, Amparo se quedaba embarazada. Un embarazo de alto riesgo que, a pesar de las precauciones que tomó, hizo que perdiera el bebé a los cuatro meses de gestación. La intérprete no encontró el consuelo necesario en los brazos de Patxi y las discusiones fueron la tónica de la relación. "Siempre me decía que yo no era una buena actriz y que lo único que buscaban los directores de mí era mi físico, que saliera en pelotas", relataba la actriz en sus memorias.
Su decisión de volver a trabajar en el cine, a lo que se oponía Patxi, agravó la crisis en el matrimonio y, un año y medio después de haber pasado por el altar, la pareja decidía separarse, aunque no se divorciarían hasta 1983. "De Patxi solo tengo malos recuerdos. Lo pisoteó todo: mis ilusiones, mis inquietudes, mis anhelos, mi amor. Me anuló", comentaba Amparo Muñoz en sus memorias.
En aquella época, la artista reconoció que consumía heroína, sustancia que le ayudaba a sobrellevar la profunda soledad que vivía y la crisis económica a la que tuvo que hacer frente. Tuvo en sus manos la popularidad, el prestigio y el dinero suficiente para llevar un elevado nivel de vida. Y lo tiró todo por la borda, a causa de su insuperable adicción a las drogas.
Matrimonios fracasados
Amparo Muñoz tuvo otros dos matrimonios frustrados y una larga lista de noviazgos. La ex Miss salió el director y productor Elías Querejeta. La ayudó a conseguir los papeles más ambiciosos de su trayectoria cinematográfica como el de Mamá cumple 100 años, de Carlos Saura, o Dedicatoria, de Jaime Chávarri. También mantuvo un romance con el actor mexicano Tomi Farkas. Aunque con el que realmente llegó a perder la cabeza y descender al abismo con Flavio Labarca, un empresario chileno al que había conocido en una fiesta en México.
En un viaje a Venecia, Labarca le propuso probar heroína mezclada con cocaína. Amparo lo hizo por curiosidad, pero no tardó en habituarse. Con Flavio se llegó a casar aunque la estabilidad conyugal sólo duro unos meses hasta 1984. Tras la separación, sus padres decidieron llevársela a Málaga para que se desenganchara de las drogas, pero volvió a recaer a su vuelta al trabajo.
Con Víctor, su tercer pareja, la maniquí logró dejar la heroína pero la cambió por la cocaína, a la que él también era adicto. Se separaron en el 93 y a partir de ahí, la vida de Amparo se recondució. La actriz se desenganchó del todo de las drogas y se convirtió al budismo.
Por su parte, Patxi acabó encontrando la estabilidad con Gloria Monis, exnovia de Palomo Linares con la que se casó años más tarde, a principios de los 80. La pareja ha estado unida hasta el trágico accidente que ha terminado con la vida del músico.
El cautautor dedicaba sus días a la música y la docencia. Trabajaba como profesor universitario y estaba inmerso en su último trabajo musical La hora del lobicán, el álbum de este mismo año en el que el cantautor conmemoraba medio siglo de carrera musical, con una época de mayor popularidad durante los setenta y los ochenta.
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