Juana Acosta, a sus cuarenta y tres años recién cumplidos, vive feliz y disfruta de cómo le marchan las cosas en su trabajo. Acaba de llegar de París donde ha sido jurado de unos premios. En la ciudad del Sena solo ha estado unas horas pero para ella son suficientes para cumplir con sus compromisos. En Francia tiene desde hace años mucho trabajo gracias a su bilingüismo ya que estudió en el Liceo Francés de Cali. Ahora en España tiene pendiente terminar el rodaje de una serie e incorporarse a otra nueva de Netflix. Además tiene varios estrenos pendientes para los próximos meses.
En el plano personal, en cambio, acaba de romper con su pareja Óliver Sancho como ella misma desvela a JALEOS en exclusiva. Y es que como reza el dicho las segundas partes nunca fueron buenas. La pareja se reconcilió en marzo de este año después de superar una crisis pero finalmente su historia de amor no ha terminado con final feliz.
Está a tope de trabajo, ¿verdad?
Sí, en lo profesional estoy en un momento muy bueno. Estoy cerrando un año de mucho trabajo y muy importante porque he tenido la suerte de participar en dos películas con las que estoy muy ilusionada al igual que con los próximos estrenos. Una de ellas es El inconveniente, que rodé en Sevilla, con el director Bernabé Rico y tuve la suerte de compartir el rodaje con Kitty Manver a quien admiro mucho.
Después fui a rodar a Valencia, Las Palmas y La Gomera, Las consecuencias con una directora venezolana. La estrenaremos en la segunda parte del año 2020. Después me incorporé a la serie La Templanza para terminarla y empezaré otra serie para Netflix.
¿Qué trabajos destacarías de los realizados en cine y televisión?
Perfectos desconocidos, que fue un taquillazo. Es una de las películas más redondas de mi filmografía. Es el papel de una mujer alcohólica y luego Anna, que me dio el premio de la Academia, en Colombia y estuvo nominada a los Goya como Mejor Película
Iberoamericana. Era una mujer con un trastorno bipolar, uno de los personajes más
complicados a los que me he enfrentado.
¿Le marginaban antes de este trabajo?
No, en absoluto. Nunca lo he estado. Llevo la mitad de mi vida aquí. Nunca me he sentido marginada pero al principio te cuesta. Es difícil entrar en una industria porque al principio no tienes el acento. No conoces a los directores y a los actores .Era un gran reto para mí. Yo en la serie hacía el papel de una mujer española .Por ese personaje me dieron el premio de la Unión de Actores. A lo mejor fue una sensación mía. Por supuesto después de aquello hace años te lo tienes que seguir currando.
¿Le gustaría que su hija Lola siguiera sus pasos y los de su padre?
Me gustaría que eligiera lo que ella quiera. Ha empezado clases de interpretación para adolescentes pero le quedan cuatro años y medio para terminar en el colegio. No tiene prisas. Toca muy bien el piano y la gusta mucho cantar. Lo que está claro es que hasta que no termine el colegio no trabajará.
¿Cómo están realmente las cosas con Óliver Sancho?
Yo me separé hace casi dos años de Ernesto Alterio y mantuve una relación muy especial con Óliver pero eso ha terminado.
No es verdad entonces que esté con él ¿no?
No, ya no estoy con él.
¿Está soltera y sin compromiso?
No te voy a decir si estoy soltera o estoy comprometida. Cuando me separé me sentí invadida en mi vida personal. Nunca había sentido algo así y no me gustó.
¿Cómo es su relación con Ernesto Alteiro?
Tenemos una relación maravillosa. Una relación llenísima de amor. Le adoro
como actor, como persona y como padre. Después de quince años no tendría justificación que no tuviéramos una relación así. Les amo a todos y consideraré que son mi familia toda la vida.
¿Cómo va a pasar las Navidades?
Nos vamos mi hija y yo con mi familia a Colombia. Todo el tiempo libre que tengo lo intento pasar con ella. Necesito descansar un poco porque ha sido un año muy duro.