José Bono Rodríguez (35 años), hijo del exministro de Defensa José Bono Martínez, y su futuro esposo, Aitor Gómez (24), ya están inmersos en los preparativos para su gran boda este verano. Según ha podido saber JALEOS, el jinete y el diseñador han aprovechado este martes para acudir al local de Scalpers en Madrid para encargar los trajes que lucirán cuando contraigan matrimonio.
Este martes al mediodía, José Bono y Aitor Gómez han acudido a la tienda para ver las diferentes telas que posee la firma y que Borja Marín, el sastre, les confeccione un traje a medida para su boda. El futuro matrimonio se ha sentado junto a uno de los empleados de la marca en uno de los sofás que adornan el local, y les ha enseñado diversas muestras de las materias con las que trabaja la firma.
En la marca sevillana se realizan estas piezas a medida desde 800 euros (el precio final se marca según las telas y el corte del mismo) y tiene una duración de seis semanas, con al menos tres pruebas de por medio. Se necesita tanto tiempo porque se mide, se corta, se monta y se cose a mano. Todo es artesanal siguiendo la forma más clásica para conseguir un resultado excelente.
El hecho de que los dos hayan acudido a la misma vez a la tienda de Scalpers para elegir el traje que lucirán durante su gran día demuestra que vestirán de la misma firma y que entre ellos no habrá secretos ni el típico misterio de 'cómo irá vestido mi pareja'.
Esta marca española se fundó en Sevilla como un pequeña taller de corbatas y en la actualidad ha crecido hasta convertirse en una empresa de referencia en la moda masculina. Recientemente, durante la gala de los premios Goya 2020 esta compañía vistió a personajes de la talla de Fernando Andina (43), Alfonso Bassave (40) o Ignacio Ayllón, pareja de Teresa Andrés Gonzalvo, entre otros.
Tras terminar en esta tienda, José Bono Rodríguez se dirigió hasta otro local especializado en moda masculina: Tenkey Madrid, situada en el barrio de Chueca. Aquí no ha mirado trajes, ya que esta firma no está especializada en sastrería. Esta tienda destaca más por los complementos que puedan elegir para el gran día, como gemelos, corbatas o cinturones.
Boda en junio
Tras cuatro años de relación, José Bono Rodríguez y Aitor Gómez han decidido pasar por el altar este mes de junio en una íntima ceremonia que celebrarán en Toledo, ciudad a la que le tienen un especial cariño. La boda tendrá lugar en el Ayuntamiento y la oficiará Milagros Tolón, alcaldesa del PSOE.
Tras la ceremonia civil, los felices novios y los invitados tienen planeado celebrar una espectacular fiesta en el Palacio de Galiana, situado a orillas del Tajo. Este palacete ofrece a Bono y a Gómez una gran privacidad para poder celebrar su gran día alejados de miradas indiscretas, sin dejar de lado un marco de ensueño.
Se trata de una antigua almunia (palacio de recreo) que fue construida en el siglo XI por el rey Al Mamun y que hace años se reformó para convertirlo en un espacio que pueda alojar multitud de eventos. Los novios pueden elegir los amplios jardines de la propiedad, que se engalanan para acoger a los invitados con mesas distribuidas en torno a los setos; o los salones interiores de arquitectura mudejar que ofrecen rincones de en los que refugiarse del calor sofocante que suele protagonizar los veranos manchegos.
José Bono Jr es el tercer hijo del matrimonio formado por José Bono y Ana Rodríguez. Cuando no está viajando para acudir a diferentes competiciones de hípica, divide su tiempo entre Toledo, donde trabaja como jinete profesional en el centro hípico familiar La Alemanara, y Madrid, donde vive desde 2009.
Aitor Gómez, por su parte, estudió Periodismo y un máster en Administración y Dirección de Empresas, y en la actualidad trabaja en su propia firma de joyas online: Bonai, palabra que aúna su nombre con el apellido de José.
El futuro yerno de José Bono Martínez se embarcó en esta aventura hace poco más de un año para crear piezas de bisutería con "calidad en los materiales, diseños originales y actuales; todo ello conjugado con elegancia y sofisticación".
"Cuando comenzó Bonai, el primer packaging que existió fue una bolsita de algodón/rafia que protegía las pequeñas joyitas del exterior. Por aquel entonces, Bonai ya tenía su logo, pero no teníamos un sello con el que dejar la impronta de nuestra marca. Así, un día compré una cajita de sellos con cada una de las letras del abecedario. De vez en cuando, tocaban horas de estar estampando una a una las letras que conformaban Bonai. Muchas veces se quedaron los brazos dormidos...", escribió Aitor Gómez en una publicación de sus redes sociales.
"Posteriormente, mantuvimos la bolsita con la que empezamos, pero con un toque algo más sofisticado. Un sello, que se encargó mi madre de regalarme. Un detalle especial que seguiría marcando el ritmo de la marca. Las tiradas de estampado se acortaron bastante en el tiempo, aunque seguía siendo una tarea que requería bastante paciencia", aseguró.
"Y ahora nos encontramos aquí. Nuestra evolución a golpe de fotografía. Un nuevo packaging con el que queremos que os sintáis identificadas. Sencillez, originalidad, sofisticación y elegancia. Bonai tiene nuevo packaging. Nuevos retos. Nueva etapa. ¡Seguimos el camino y agradecidos de poder recorrerlo junto a vosotras! Mil gracias por vuestra confianza", concluyó.
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