En 2016 la periodista Karmele Marchante abandonó abruptamente el programa Sálvame para no volver. Llevaba tiempo sufriendo un auténtico "maltrato" y estalló. Pegó un "portazo" definitivo y desde ese momento nada más se supo de ella en el grupo Mediaset. El público de esta cadena le perdió la pista y así continúa siendo, coherente con la decisión que tomó. Pero, eso sí, eso no quiere decir que Karmele se haya retirado de los medios de comunicación y que esté 'olvidada'. Nada que ver.
Cuatro años después de que tomase la mejor decisión de su vida, JALEOS se ha puesto en contacto con ella para conocer a qué se dedica y descubre que no para quieta. Su agenda está llena; tanto que le cuesta hacer un hueco para este periódico, pero lo consigue. No se deja nada en el tintero y cuenta algún que otro relato inédito como el acoso que sufrió por parte de un subdirector de revista o esa infancia tan dura marcada por el fallecimiento de dos hermanos y unos padres que se "olvidaron un poco de mí".
Pese a todo, Karmele es feminista hasta la médula -hace 25 años creó su propio club feminista-, está involucrada en toda causa de discriminación y es alguien que no conoce estar parado. Está reeditando su libro Puta no se nace, escribe otro del que no suelta prenda, colabora en televisiones y radios catalanas y cuenta, orgullosa, cómo se ha repuesto del sangrado económico que le hizo su segundo marido, que la dejó sin un céntimo.
¿A qué se dedica en la actualidad?
Estoy haciendo tantas cosas que prácticamente no me da la vida. Estoy reeditando el libro que saqué hace un año, Puta no se nace, sobre la prostituación y la Trata de mujeres y niñas. Lo estoy reeditando, al mismo tiempo que estoy con otro libro que saldrá, pero del que no puedo decir ni mu porque me matan. Después, estoy colaborando en prensa y radios catalanas y en un programa de TV3.
Es usted feminista acérrima
Estoy en el feminismo full time en varias cosas a la vez. No hay cosa de la que más me guste hablar.
Tanto que fundó su propio club feminista...
El club de las 25 es una cosa de la que yo estoy muy satisfecha, orgullosa y contenta. No hay ningún tipo de falsedad ni prepotencia, porque lo fundé yo hace 25 años. Ahora vamos a celebrar el 25 aniversario con una fiesta fantástica. Yo fundé ese grupo de mujeres. Es un grupo feminista compuesto de profesionales de todo tipo, interesadas en estar con las mujeres y con el feminismo en el tejido civil de la sociedad. Y luego, una vez al año damos el premio 'mujer del año' y 'hombre del año'. A mujeres y hombres que se caracterizan por haber hecho cosas por las mujeres.
Además, escribe un blog personal
Escribo con la asiduidad que puedo porque la verdad es que estoy muy ocupada. Los temas siempre son los mismos: feminismo y política. No hay más. Una vez escribí una cosa sobre Plácido Domingo (79) y por poco me quema medio país...
¿Cree que no se la entendió bien?
No, no lo leyeron bien, que es distinto. Yo solo explicaba una anécdota que a mí me ocurrió con Plácido Domingo en el Liceu de Barcelona. A mí se me insinuó de una forma que posteriormente, pues yo lo he contado. Y nada más, y luego me querían quemar en una hoguera.
¿Piensa que se debe denunciar en el momento?
Mira, en el momento no se puede hacer. Y te voy a decir una cosa que no he dicho nunca. El otro día fui a ver la película Escándalo que precisamente el caso es clavado de lo que le va a pasar a Plácido Domingo. Mira, cuando yo trabajaba en la revista Tiempo a mí me acosó el subdirector. Es la primera vez que lo digo, ¿eh? Me acosó de acosar. En aquel momento era director Pepe Oneto. Como yo no accedí a ese acoso, a mí me echaron de Tiempo. No me renovaron el contrato. Y en aquel momento era totalmente imposible que yo fuera al despacho de Pepe y le contara el acoso.
Era muy duro, ¿no?
No podía decirle que fulano me estaba diciendo que si no me acostaba con él, nada. Ahora es más fácil pero también es difícil. Tampoco es que eso sucediera en el siglo XVII. Hay que situar las posiciones de poder de los hombres, de los hombres que realmente mandan y que tienen los resortes como para dejar a la víctima como si fuera lo peor del mundo, y él lo mejor y la señora miente. Pues no. No mentimos.
¿Cómo fue la infancia de Karmele?
Yo nací en Tortosa, provincia de Tarragona, en una familia muy adinerada. Mi padre era militar y súper fascista. Tan fascista que fue golpista. Hubo una desgracia en mi familia, mi hermanito mayor se murió, y a continuación nací yo. Entonces, a mi madre ya la habían desheredado por casarse con un castellano y militar y se fueron a vivir a Toledo y a mí me dejaron en Tortosa con mis abuelos.
¿Y qué recuerdos tiene?
Como era una familia de dinero y catalana, pues en las comidas y cenas solo hablaban de herencias y de dinero, que por eso yo lo odio. Yo era una niña multimimada y, al final, mi padre pidió traslado a Barcelona y fue cuando me arrancaron literalmente de los brazos de mi abuela y me llevaron a estudiar allí.
¿De qué forma llega a la comunicación?
La comunicación surge también de una manera trágica para mí, porque, por si no fuera poco que se murió mi hermano, a mi hermanita la atropelló un coche en Barcelona y se murió. Mis padres se refugiaron en la fe y se olvidaron un poco de mí. Tuve esa suerte, porque vivir con un padre autoritario como era el mío... era terrible. Al olvidarse de mí, y como las monjas decían que escribía bien, le dijeron a mis padres que tenía que estudiar periodismo en Pamplona.
¿Y qué pasó?
Fueron a pillarme. En ese momento, vi bien salir de casa por las circunstancias, pero a los dos años me echaron de la universidad. Porque me metí en todos los jardines que te puedas imaginar. No me pudieron captar y me echaron.
Al mundo de la televisión, ¿cómo llegó?
En Barcelona comencé a trabajar en la agencia Efe haciendo reportajes. En un momento determinado, llego al grupo Zeta y a la radio. Hice mucha contracultura en ese época. En ese tiempo me divorcio porque mi primer marido pertenecía a una secta. Entonces llegó un momento en que me aburría mucho. Como había ejercido de reportera, me mandaron a Madrid. Estuve en Interviú, pero me llamaron para Informe Semanal. Ahí empiezo en televisión, luego en TVE, Antena 3, Telecinco. He estado en todas partes.
En ese tramo, cae en el corazón
Llego de casualidad porque estaba trabajando en la mesa política de María Teresa Campos (78) en Telecinco y de repente me llaman y me dicen que empieza un programa en Valencia: Tómbola. Se monta el follón con lo de Chabeli Iglesias (48) y ese programa sube como la espuma. Me hicieron un contrato fabuloso, y, claro, yo tenía que pagar una hipoteca... Ahí comenzó el que considero el gran error de mi vida: el mundo del corazón.
Con 'Sálvame' termina todo...
Logro dejarlo cuando pego un portazo en Sálvame y me marcho. En 2016 pego un portazo impresionante y no me despido de nadie. Me llamaron después, me ofrecieron muchas ofertas, pero no quise. Yo sufrí mucho en ese programa. Fue un cúmulo de maltratos.
Se habló de su vida personal
Yo tenía una cámara pegada al cogote, ¡no podía ni ir a Mercadona! Luego las cosas que tenía que soportar de auténtico maltrato. Ese programa maltrata a la gente. No tendría que existir, no quiero hablar de él porque me da asco.
Descubrió que hay vida más allá
Totalmente. Yo no quiero saber nada de Mediaset, lo primero que hice cuando salí de allí fue desintonizar esa cadena. Y, además, estoy muy bien. Fue salir de allí y otra vez era yo.
¿Es cierto que ha estado arruinada?
Mi segundo marido se arrimó a mí por dinero, así de claro. Entonces, yo le di un poder tipo Carmen Maura (74), para que administrara mis bienes y lo que hizo fue quedárselos todos. Me dejó en la absoluta ruina, pero yo ya he salido. Yo ya me he salido.
Para terminar, ¿está abierta al amor?
No estoy abierta al amor: yo tengo una pareja. Eso es todo.
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