Belén Rueda (54 años) ha pasado por boxes. En su última aparición en televisión, durante la gala de la nueva edición de Supervivientes en la que presentó su nueva película, lució un rostro ligeramente cambiado, sin una sola arruga y unos prominentes pómulos.
Aunque no se aprecia un cambio radical, se observa una mejoría en las facciones de su cara. Para determinar los tratamientos a los que se ha sometido la actriz, JALEOS ha recurrido al doctor Miguel de la Peña, director de Clínicas Diego de León. Este especialista ha asegurado que la madrileña apuesta por una rutina muy cuidada de mantenimiento de la piel, ya que, aunque ha pasado la barrera de los 50, ha logrado suavizar las líneas de expresión y las arrugas sin emplear tratamientos demasiado incisivos.
Cuando gesticulaba durante su visita al plató de Telecinco, la piel de Belén Rueda permanecía muy lisa. Su frente lucía intacta. Ni rastro de arrugas dinámicas, aquellas que aparecen cuando gesticulamos, ni estáticas, las que permanecen de forma permanente. Este efecto podría haberlo conseguido, siempre según la opinión experta, gracias al botox, pequeñas infiltraciones de la toxina botulínica para relajar los músculos del tercio superior del rostro.
"Este componente se utiliza para eliminar los signos de envejecimiento. Se lo habría aplicado tanto en la frente como en el entrecejo y las patas de gallo", señala el doctor. Un tratamiento que también se utiliza para prevenir la aparición de nuevas arrugas por su gran capacidad preventiva. Un tratamiento estético que le habría costado unos 450 euros.
La zona del área periocular, la zona que rodea el ojo, también la tiene más cuidada. Por esa razón, la actriz podría haber recurrido a aparatología para rejuvenecer la mirada de una forma más natural y sutil. Un efecto que lo habría conseguido con el tratamiento Thermage o radiofrecuencia de alta potencia para tersar la piel de la zona inferior del ojo, más conocida como la zona de la ojera. "Su energía penetra en el tejido subcutáneo y estimula el colágeno y la elastina. El resultado es una piel más lisa y estirada. De hecho a este tratamiento también se le conoce como el lifting sin cirugía". Le habría costado cerca de 1.000 euros.
Tampoco se observa flacidez incipiente en el tercio inferior del rostro. Por lo que podría haber recurrido a los hilos Silhouette Soft. "Son unos hilos tensores reabsorbibles que sirven para combatir la flacidez del tercio inferior del rostro. Cuando se reabsorben, su componente aporta hidratación y un efecto piel de seda. De ahí que su óvalo facial se aprecie tan bien definido y estilizado", explica el doctor De la Peña. Le habría costado unos 2.000 euros.
También se aprecia un cambio en sus pómulos en comparación con los que lucía el año pasado. Los tiene más marcados y con una apariencia hidratada y jugosa. Según este experto en cirugía estética, se podría haber realizado el efecto contouring, "un tratamiento que funciona con una marcación de pómulos a través de infiltraciones de ácido hialurónico para aportar volumen y perfilar.
"Justo en la zona inferior de las mejillas se suele combinar con Ellansé para tensar y regenerar el colágeno". Un tratamiento idóneo para recuperar el volumen que se va perdiendo progresivamente con el paso de los años. Le habría costado 900 euros.
Gracias al ácido hialurónico también ha conseguido suavizar el surco nasogeniano, las arrugas que se producen desde el final de la nariz y que descienden oblicuamente hasta ambos límites de la boca. Se le conoce como relleno de surco nasogeniano. Y le habría costado 250 euros.
Por último, este doctor ha señalado que podría haber recurrido a una mesoterapia facial con vitaminas para ganar luminosidad en el rostro. "Un cóctel personalizado de vitaminas microinyectadas en puntos estratégicos del rostro para potenciar las facciones más favorecedoras, hidratar y proyectar un efecto buena cara instantáneo". Por este último tratamiento habría desembolsado 250 euros.
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