Antonio Montero (56 años) era uno de los pocos tertulianos de Sálvame que todavía permanecía regio y sin cruzar la delgada línea que delimita el ser profesional de la televisión de ser personaje del corazón. Poco o nada se sabía de su vida personal, más allá de que estaba casado con la también periodista Marisa Martín-Blázquez (56). Hasta la fecha, era él, por su labor como paparazzo, quien se encargaba de inmortalizar el día a día de los famosos, desvelar sus vacaciones más exóticas y destripar sus más íntimos secretos. Pero este miércoles todo cambió.
En un golpe de sinceridad pactada con el programa en el que trabaja desde hace ya varios años, Antonio Montero decidía someterse a una sesión de coach con la psicóloga Cristina Soria (45) y desvelaba que se encontraba atravesando un delicado momento personal.
Este verano se encontró un bulto en la pierna que resultó ser un tumor maligno, que debió ser extirpado y por el que recibió radioterapia. Los resultados definitivos del resto de pruebas médicas los recibirá este viernes 28 de febrero. El diagnóstico, según él mismo, es clave para saber su futuro, pues dependiendo de lo que observe su oncólogo deberá recibir un tratamiento más o menos agresivo.
Pero, ¿quién es Antonio Montero, el último periodista en convertirse en personaje del corazón? Antonio Montero nació un 24 de junio en Madrid y estudió en instituto Ramiro de Maeztu, el mismo al que diez años asistirían como alumnos la reina Letizia (47) y el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (47). Con 18 años se matriculó en Ciencias de la Información en la rama de Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y después enfocó su carrera hacia el periodismo gráfico.
En 1986, empezó a dar sus primeros pasos profesionales como paparazzo en la agencia Korpa. Tres años después, el 8 de septiembre de 1989, contrajo matrimonio con Marisa Martín-Blázquez, quien fuera su compañera de clase en la universidad y a continuación su compañera de vida y también de trabajo. Con ella fundó la agencia de prensa Teleobjetivo, una empresa que tiene en su palmarés el logro de haber publicado más de 1.500 reportajes exclusivos vinculados a las revistas del corazón.
"Antonio y Marisa siempre han formado un gran equipo. Nunca han tenido reparos en coger un vuelo y plantarse en la otra punta del mundo para conseguir un buen reportaje fotográfico de famosos de la época dorada. Ellos hicieron el seguimiento del noviazgo de la infanta Elena y Marichalar y lo dieron después de casi un año persiguiéndolos... Después hicieron la luna de miel de ellos en Australia. Siempre han funcionado bien juntos", desvela a JALEOS una fuente amiga que prefiere mantenerse en el anonimato.
Fruto de su matrimonio, nacieron dos hijos: Nicolás, el primogénito y Marieta, la pequeña. Él ha enfocado su vida laboral hacia la arquitectura y ella se encuentra estudiando una carrera universitaria biosanitaria.
En agosto de 2015, se conoció la noticia de que la sólida pareja formada por Antonio y Marisa decidían poner punto final a su matrimonio. Tras 26 años como marido y mujer y 30 en total juntos, los periodistas decían tomar caminos sentimentales paralelos pero determinaban continuar viviendo bajo el mismo techo.
"Siguen viviendo juntos, eso es muy raro pero ellos se entienden bien así. Antonio Montero viaja mucho porque ahora tiene proyectos fuera de España. Ha montado una productora que hace documentales sobre caza, naturaleza... Ellos viven en una casa enorme en Torredolones. Es como un parque temático, pero de animales", apunta a este medio esta fuente próxima a los periodistas.
Azote de muchos y políticamente incorrecto
Antonio Montero tiene una gran experiencia en el mundo de la televisión y los medios. En el programa Sálvame han sabido darle su lugar porque, en ocasiones, ha resultado ser el revulsivo perfecto para invitados e incluso compañeros. La última de sus víctimas ha sido Lydia Lozano (59), a quien durante más de dos semanas ha cuestionado no solo su profesionalidad sino incluso su título de periodista. Como miembros titulares del neorreality vespertino de Telecinco, en estos días, él le brindaba unas disculpas al oído y ella rompía a llorar.
Sin intención de controversia, hace unos meses, de cara a las elecciones del pasado 10 de noviembre, el fotógrafo se convertía en tendencia en las redes sociales al desvelar que él iba a votar a Vox. El tertuliano espetó que su papeleta iría para el partido de Santiago Abascal (43) y que no tenía que callarlo. Mientras que algunos de sus compañeros preferían mantener su voto en secreto, Montero volvía a exhibir su sinceridad desvelando su afinidad a los ideales del partido de extrema derecha.
Su confesión más dura
En su última colaboración en el programa de Telecinco, Montero desvelaba que el pasado mes de septiembre fue intervenido tras encontrarse un bulto en el muslo. "Tenía un bulto grande en el músculo sartorio. Es un músculo que atraviesa la pierna desde la rodilla hasta la cadera. En ningún momento tuve miedo. Era yo quien calmaba a mis médicos. Si la tengo que palmar, la palmo. Mi muerte no me preocupa porque Dios me va a perdonar", afirmaba.
Profundamente creyente, Antonio no titubea a la hora de hablar de su fe en Dios y hace suya las siguientes frases: "Mi fe es total, muchas veces he pensado 'si tengo que palmar, palmaría contento'. Mi vida ha sido la pera. Estoy preparado cada minuto de mi vida para palmarla". Cuando comunicó la noticia del tumor a su director, Alberto Díaz, le pidió que rezase por él sabiendo que su jefe también tiene sus mismas creencias. Ha admitido públicamente acudir asiduamente a misa, reza todos los días y suele orar por las personas que mueren.
Montero contagia de su positividad a los suyos y ha destacado que ellos también lo han vivido "bastante bien. No ha habido drama. Marisa sí, un poco preocupada. Seguramente es la que más. Pero mi familia es muy positiva: mis padres, mis hermanos... Todos son muy positivos". Pese a todo, la relación entre Antonio Montero y Marisa Martín-Blázquez es tremendamente especial. Él ha llegado a declarar que "si se anunciara mañana el fin del mundo, me abrazaría a ella".
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