En diciembre de 2017, casi sin darse cuenta, Sálvame iniciaba una nueva era con el anuncio de divorcio de Gustavo González (53 años), y su flamante ilusión junto a María Lapiedra (34). Algo cambiaba internamente en el funcionamiento del programa: se comenzaba a hablar más claramente sobre la vida privada de los colaboradores que hasta el momento habían sido celosos de ese coto íntimo: precisamente, aquellos que venían del extinto programa de Antena 3, ¿Dónde estás, corazón?
Ya había sentado ciertas bases Chelo García Cortés (67) desnudando su alma y sincerándose sobre el amor hacia su mujer, pero el 'huracán Gustavo' marcó un antes y un después. Tras él, llegó el divorcio de Gema López (48), aunque con una notable diferencia: esta se negó a abordar cualquier cuestión de su esfera privada, y así de férrea sigue mostrándose a día de hoy. Con su silencio, cerró filas.
No obstante, algo se quebró en y con Gustavo, cuando comenzó a airear sus desavenencias en el terreno personal, e incluso traspasó esa delgada línea entre ser colaborador y personaje. Ahora, el programa ha vuelto a dar otro giro de tuerca entre sus colaboradores y le ha tocado el turno a Antonio Montero. De la sombra a las luces.
El periodista y paparazzi siempre se ha caracterizado por su hermetismo en cualquier aspecto de su vida -incluso, no ha disimulado una cierta molestia cuando se le ha interpelado en algún momento sobre cualquier alusión a su faceta personal-, pero este miércoles alguien le abría la puerta: su exmujer, la periodista y colaboradora de AR, Marisa Martín-Blázquez. En una entrevista concedida a Semana, Marisa ha hablado de su exmarido, con el que, pese al divorcio, comparte techo y buena sintonía: "Seguimos siendo una familia. Ten en cuenta que llevamos juntos más de treinta años y después de ese tiempo hay cariño, amor y confianza".
Pese a que aseguraba Martín-Blázquez en la citada publicación que se llevan "de maravilla" y que la publicación de su ruptura se trató de algo "puntual" y fue tratado con respeto en 2015, estas palabras han servido de munición para que el espacio vespertino de Telecinco ahonde en la separación y coloque a Antonio Montero en el centro de la diana.
Visiblemente incómodo, el periodista recogía en Sálvame las declaraciones de la que fue su mujer y es su compañera de casa y mejor amiga: "Es algo que no he buscado, que no disfruto de ser famoso. No quiero esto, no porque tenga algún secreto. Esa parte de mi vida la quiero mantener al margen porque es una libertad que tengo". Pero ya había entrado en el juego del programa este pasado miércoles con esas inocentes palabras. De hecho, en ese momento se descolgaba del plantel de colaboradores 'protegidos' por La Fábrica de la Tele.
Como ocurrió con Gustavo, Sálvame puede tener la última palabra con respecto al tratamiento de la ruptura entre Antonio y Marisa. A diferencia de Gema López, él ya ha hablado; poco, pero lo ha hecho. El interés no hace más que crecer y el programa ya investiga cuál fue el motivo de esa ruptura tan silenciosa. Exactamente los mismos pasos que se siguieron con su amigo González. ¿Veremos a Antonio Montero sentándose en un Deluxe o viendo zarandearse su vida privada? Solo el tiempo tendrá la última palabra.
Tras 25 años como marido y mujer, y cerca de 30 años de relación, la pareja de periodistas especializados en crónica social comenzó a hacer vidas por separado en 2015. Así lo anunció el propio Antonio a través de su red social: "Marisa y yo estamos separados desde hace meses. De momento convivimos juntos y nos llevamos bien. Dejad de molestarla, escribía el conocido paparazzi, para más tarde explicar los motivos que le habían empujado a dar a conocer esta noticia: "El mensaje iba para los que me siguen, hackean mi teléfono, me roban las fotos y los mensajes para intimidar a mi mujer desde hace siete meses". ¿Volverán a sufrir esas consecuencias?
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