Cuando JALEOS entrevistó hace unas semanas a la periodista Karmele Marchante esta confesó que, entre sus pasiones, se encuentra la cocina. Es una mujer a la que le gusta deleitarse en el arte de los fogones; entiende lo culinario como esa parcela gastronómica que hay que respetar y dedicarle el tiempo necesario. Tanto, como a esas plantas que cuida y adora como la perfecta ama de casa inglesa, como bromeó con este periódico.
De entre todos los platos, hay uno en concreto que la retrotrae a su historia familiar: el arroz con verduras. Confiesa a este medio que estuvo mucho tiempo sin hacerlo, pero que un día su prima Totón, la más querida, se lo recordó y desde entonces le acompaña en cada celebración importante. A Karmele, de normal coqueta y elegante, cuando le toca cocinar se pone cómoda, como hace constar en la imagen que ha facilitado de ella durante el cocinado.
Estos son los sencillos pasos a seguir para degustar ese arroz perfecto que le sale a la que un día fuera colaboradora de Sálvame. Tomen papel y boli.
1. Ingredientes
2. Elaboración
La propia Marchante lo explica en primera persona:
PRIMER PASO
1- Dorar la cebolla, que habremos cortado muy fina en la sartén o paellera, dependiendo de las raciones, con un buen chorro de aceite de oliva, hasta que "sude", que es lo mismo que pochar.
2- Aparte, ya pongo el tomate pelado o rallado y le añado los dos ajitos cortados súper finos y los sofrío.
-Hay que tener en cuenta que el sofrito es un arte. Lo escribió Josep Plá y también mi querido maestro y amigo Manuel Vazquez Montalbán.
3- Cuando esto último empieza a dorarse, lo añado a la cebolla y también hecho el resto de ingredientes menos los trocitos de panceta (de cerdo) que son para el final.
4- A fuego lento dejo que todo se mezcle y se dore y vayan soltando sus sabores. El sofrito se remueve con una cuchara de madera por mucho que ahora digan que no son higiénicas. En las cocinas de mi familia siempre las han usado. Luego se lavan con lejía y... andando. Fuera manías.
SEGUNDO CASO
4- Mantengo caliente sin hervir el caldo de verduras.
5- Ya habré preparado un plato de arroz, una tacita de café por persona, a la que se corresponden dos de caldo.
6- No uso ni aconsejo tiempo, el ojo me basta; que el sofrito pide a gritos el arroz, lo echo y lo revuelvo unos instantes con la cuchara para que todo se impregne.
7- Echo el caldo y vigilo unos 20 minutos... pero si veo que se reseca antes de estar a punto, le añado caldo muy poco a poco.
8- Echo la sal, una cantidad normal.
9- Lo voy probando y cuando casi está echo los pedacitos de cerdo.
10- En su punto lo dejo reposar solo 5 minutos. No hay nada peor que un arroz pasado. En mi familia, si lo estaba no se comía.
Importante: El arroz NO HAY QUE REVOLVERLO JAMÁS
3. La historia
¿Cuál es la historia que se esconde tras este plato? Karmele lo explica: "Los arroces y los sofritos forman parte de mi vida. Cuando era pequeñita me construyeron una banqueta y una cuchara de madera mini y así "remenaba" (revolvía en tortosino) los sofritos o los guisos o lo que fuera...". Y continúa narrando su historia: "Como soy de Tortosa, la tierra del arroz -que lo traían directamente del Delta-, se cocinaban arroces con cualquier cosa y todos estaban maravillosos. Este en concreto, tras muchos años sin hacerlo, me lo refrescó en la memoria mi prima Totón, la más querida. A ella le sale de fábula. Y esta receta se la dedico a mi abuela Josefina Llatge Ginata, la mejor emprendedora de la familia, a ella debemos todos los negocios, y también fue una gran cocinera".
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