Alexia Rivas (27 años) lleva casi dos semanas sin acudir a su puesto de trabajo, el programa Socialité de Telecinco, tras recibir una baja laboral psicológica por parte de su médico. El motivo que la llevó de urgencia hasta el Hospital Montepríncipe de Madrid fue un fuerte ataque de ansiedad que la joven periodista sufrió, según ella, tras verse expuesta durante más de una semana en un escándalo amoroso y mediático sin precedentes en la televisión.
Para intentar que los programas producidos por su propia empresa frenasen todo el contenido relativo a su relación con el periodista polítivo Alfonso Merlos (41), la reportera envió una carta dirigida a Óscar Cornejo (48), productor y responsable máximo de La Fábrica de la Tele, donde le acusa directamente de "vejaciones", "acoso laboral" y "violencia psicológica". En la misiva, a la que ha tenido acceso Informalia y que este miércoles ha visto la luz, también se pueden términos como "hostigamiento", "persecución", "fustigamiento" o "asedio".
Carta de Alexia Rivas a su jefe
"Me dirijo a usted en relación con el contrato de trabajo por obra o servicio suscrito entre La Fábrica de la Tele S.L. y quien suscribe. El pasado 22 de abril, sin yo ser consciente y de forma por tanto absolutamente involuntaria, aparecí en imagen durante la emisión del programa Estado de Alarma, en concreto durante una entrevista realizada por don Javier Negre a don Alfonso Merlos", comienza diciendo Alexia Rivas.
Y continúa: "Tal incidente, hay que recordarlo pese a resultar obvio, pertenece al ámbito de mi vida privada y absolutamente nada tiene que ver con mi trabajo o actividad profesional. También es usted perfectamente conocedor de mi condición profesional de periodista, con una intachable trayectoria profesional, y de que jamás he aireado o compartido, ni desde luego, hecho pública mi vida privada, ni ningún aspecto o faceta relacionado con la misma".
Además, se apunta que "desde la emisión de las referidas imágenes, una serie de medios han iniciado una campaña de vejaciones, desprestigio y acoso reputacional de dimensiones e intensidad difícilmente superables, mediante una abrumadora cantidad de comunicaciones y/o publicaciones, que vienen efectuando con el único y perverso objetivo de desprestigiar mi reputación, tanto en el ámbito personal como profesional. Esta actuación, realizada por diferentes medios, sorprendentemente se ha producido principalmente en diversos programas producidos por La Fábrica de la Tele, entre ellos Sálvame, Socialité, Deluxe, que han dedicado a ello horas y horas de emisión".
Y prosigue: (Ustedes han) "vertido de manera indiscriminada comentarios sobre mi persona, inequívocamente injuriosos o vejatorios, con un contenido claramente ofensivo y difamatorio, y que resultan innecesarias para expresar la opinión o valoración de que se trate, atacando directamente mi honor, mi integridad moral, mi imagen y mi reputación, personal y profesional, con información que no es veraz, ni objetiva, ni contrastada. Esas afirmaciones, además, se producen en una campaña de descrédito orquestada con el ánimo de hacer daño, menospreciar y desmerecer mi persona, mermar mi prestigio y consideración, y difamarme, prueba de lo cual es que se mantiene cada día y desde la fecha de emisión insistiendo una y otra vez sobre el mismo asunto. Pero es que además, muchas de esas afirmaciones son absolutamente falsas y rayan claramente lo delictivo, excediendo con creces del lícito derecho de crítica y el derecho de libertad de expresión. Si todo lo anterior no fuera suficiente, resulta que han desvelado en diferentes programas conversaciones grabadas sin mi autorización y aún con la advertencia expresa de la prohibición de difundir las mismas".
Términos como "hostigamiento", "fustigamiento", "asedio", "humillación", "persecución", "bullying" o "mobbing" se pueden leer a lo largo del documento donde también señala a los citados espacios televisivos como responsables de una "sistemática y prolongada presión psicológica". Según Alexia Rivas, con estos ataques se "constituye un caso gravísimo de violencia psicológica, manifestada a través de reiterados comportamientos, palabras y actitudes antes descritas, que lesionan mi dignidad e integridad psíquica y que degrada mis condiciones de trabajo".
Las consecuencias que la joven describe es que todo lo anterior le ha provocado "un cuadro de ansiedad grave, taquicardia, estrés, palpitaciones, nerviosismo e insomnio. Me han concedido la baja medica por el fuerte estado de ansiedad que me impide realizar mi actividad. Acompaño parte médico emitido".
Alexia requirió algo que finalmente le concedieron: el cese de publicación de noticias e imágenes "que atentan contra mi dignidad como trabajadora, contra mi honor, personal y profesional, contra mi integridad moral, y contra mi imagen, y que, además, constituyen acoso laboral, poniendo fin inmediato a la campaña de presión psicológica que vienen ejerciendo sobre mi persona".
La leonesa advirtió con algo que ha llevado a cabo: acciones judiciales. Tal y como adelantó JALEOS en exclusiva, fue este lunes 11 de mayo cuando Alexia Rivas presentó junto a sus abogados, diferentes demandas para resarcir los derechos que según ella se han visto vulnerados. La carta de Alexia a su jefe concluye con lo siguiente: "Tenga puntual conocimiento de que voy a iniciar también las acciones que procedan en el ámbito civil contra esa sociedad y sus representantes, exigiendo la reparación de mi derecho al honor, a mi integridad moral, y a mi imagen, exigiendo por demás la oportuna indemnización por daños y perjuicios".
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