Lourdes Montes (36 años), la mujer de Francisco Rivera (46), vuelve al trabajo como jurado de Aguja Flamenca junto a la modelo y empresaria Raquel Revuelta (52). Con la elegancia y el saber estar que suele transmitir en sus intervenciones, la empresaria de moda se abre en cuerpo y alma para valorar este confinamiento, los pros y los contras.
Su sensibilidad le hace defender el mundo del toro por la cantidad de familias dedicadas a este ámbito que están pasándolo mal: "Es cuestión de humanidad", comenta determinante.
¿Cómo ha sido la vuelta al trabajo en el programa?
La verdad es que hemos vuelto con muchas ganas y muchas sorpresas. Con este tiempo para pensar el programa ha ido mejorando y se han ido iniciando nuevos retos y creo que va a gustar mucho. Va a sorprender, ha habido grandes cambios.
¿Ha sido complicado con las medidas de distanciamiento?
El primer día fue muy complicado, sobre todo muy extraño, todos con las mascarillas, sin poder tocarnos, este programa tiene muchas emociones y normalmente eso se expresa con la cercanía. Todo es cuestión de cogerle el tranquillo, lo importante es la salud, hay que adaptarse, es cuestión de práctica.
¿Cómo ha llevado el confinamiento con la familia?
Bien, yo intento sacar el lado positivo, estoy todo el día con mis niños que es un regalo, Fran que viaja muchísimo ha podido estar en casa una semana seguida que es un logro... Dentro de la tragedia que se está viviendo hay que intentar tomárselo de la mejor manera posible y disfrutar de las pocas cosas positivas que tenemos.
¿Qué supone esto para la moda flamenca?
Nosotros afortunadamente gracias a Simof hemos empezado a vender este año mucho antes de lo que lo hemos hecho otros años. A partir del 31 de enero la gente empezó a venir a la tienda a comprar y hubo mucho movimiento, cosa que ha sido muy importante porque a partir de marzo hemos tenido que cerrar. No ha sido tan catastrófico pero bueno para la industria flamenca es un chasco, nunca se hubiera pensado, no ha ocurrido nunca. Quiero pensar que el año que viene volveremos a tener feria, Rocío y que todas las colecciones que se han quedado colgadas se puedan lucir.
¿Qué saca de positivo del confinamiento?
De positivo lo que decía, poder estar con mi familia y sobre todo no tener prisas. Hay un momento que estamos todo el día corriendo y eso se lo trasmitimos a los niños. Me doy cuenta de que no paro a lo largo del día y eso es culpa nuestra. Yo aquí le he dado manga ancha y no ha habido tantos horarios, ellos están a su aire, juegan, no tienen que madrugar, no hay tantas normas y eso para los niños es una maravilla. Fran vio todo esto y me insistió en que nos fuéramos a Ronda y fue un acierto, con aire libre y en el campo todo se lleva de otra manera. Lo negativo evidentemente la economía, el país, tenemos que hacer muchos esfuerzos para salir a flote porque hay gente que lo está pasando realmente mal, eso me agobia y me entristece.
¿Ha podido reabrir la tienda?
No, ahora a partir de que pasemos a la siguiente fase toca entregar todo lo que no habíamos vendido, por cuestiones de seguridad y que ahora mismo no deben de estar por ahí rodando los trajes. El año que viene haremos adaptaciones a las clientas, vamos a entregar todo y vamos a abrir. No es momento de vender trajes de flamenca, estamos en una pandemia que está dejando a muchas familias destrozadas, hay que ser muy consecuentes con esto, vamos a cumplir con todos los encargos pero no es el momento de pensar en ese tipo de compras.
El mundo del toro ha entrado en polémica, Fran y Cayetano incluidos.
Creo que no hay ninguna polémica, esto es muy fácil. Hay gente que son profesionales, honrados, que han hecho su trabajo durante mucho tiempo y a los que ahora mismo nadie les está echando ningún tipo de mano ni de ayuda y que no tienen para comer, no tienen cómo mantener a su familia. Me parece una discriminación tremenda que por cuestiones políticas, unos sí y otros no. No hay polémica es cuestión de humanidad y sobre todo de ser un poquito buenas personas.
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