La muerte de Pau Donés ha traído consigo lo que suele ser un clásico tras el fallecimiento de artistas de alto reconocimiento internacional. Además de dejar el corazón roto no solo de su familia, sus amigos y de sus millones de fans, el adiós del cantante ha resucitado canciones elevadas a la categoría de himno que permanecían adormecidas en los anales de la música desde hace décadas.
Tan solo una semana después de que se conociera la noticia de su muerte, Eso que tú me das, el primer sencillo del álbum Tragas o escupes, el último disco de Jarabe de Palo, se ha posicionado como la canción más vendida del mes en Spotify. Y como se apuntaba anteriormente, temas como Bonito, Depende o La flaca, se han colado entre las 100 canciones más escuchadas de la semana según consta en la citada aplicación de música en streaming.
Como detalle, además, la Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes ha querido brindar un pequeño homenaje al artista. Se ha creado una lista de música en Spotify llena de canciones que los alumnos del instituto han seleccionado para aprender español. Todo este éxito masivo post-mortem se traduce en cifras económicas cuyos beneficiarios son dos: su hermano Marc y su hija, Sara.
El legado de Pau Donés
A la temprana edad de 15 años, Pau montó su primer grupo de música J. & Co. Band donde su hermano Marc, su gran amigo, su socio, su todo, era el batería. Años después, su proyecto común se hacía realidad. Pau Donés terminaba su licenciatura en Economía y Publicidad y tras los conocimientos adquiridos fundaba su propia discográfica, la sociedad Tronco Records, "la República Independiente de Jarabe de Palo", según consta en su sitio web. Su objetivo no era otro que el de "mantener la independencia creativa y gestionar todo lo referente a la actividad artística de la banda. Es decir, discos, booking, management y publicidad".
El accionista y el administrador único de esta sociedad era Pau Donés cuyas cuentas estaban muy saneadas a pesar de parón que el músico tuvo que hacer por motivos de salud. La sociedad cuenta con un patrimonio aproximado de seis millones de euros, cantidad que en gran parte tiene que ver con sus propiedades en Montanuy -Huesca-, el pueblo de su padre, Amado (83), y donde pasó todos los veranos de su infancia. Y también en Barcelona, Formentera y en el Valle de Arán -este último inmueble está a la venta por 2,3 millones de euros-.
Pero en marzo de este año todo cambió. A Pau le llegaban noticias no demasiado esperanzadoras por parte de sus oncólogos y quiso dejar su herencia bien organizada. Por ello, Donés cambió la configuración de la citada sociedad y nombró a su hermano Marc administrador solidario. Es decir, Marc velará por los bienes de sus herederos directos. En este caso, su única descendencia es su hija Sara, todavía menor de edad. Antes de la llegada de la pandemia, justo esa primera semana de marzo, Pau Donés suscribió una ampliación de capital de 300.000 euros, según desvela Vanitatis.
El creador de Grita falleció el pasado martes 9 de junio en su piso de la Ciudad Condal a causa del cáncer de colon que sufría desde agosto del año 2005. Desde el balcón que da al céntrico y exclusivo Paseo de Gracia de Barcelona, Pau Donés compartió a lo largo de su vida varias publicaciones en redes sociales. En los últimos tiempos, además, cantando para así amenizar los difíciles días a sus seguidores durante estos meses de confinamiento.
Unas canciones cuyos derechos en estos momentos pertenecen a su hermano, su gran compañero de vida, su socio, Marc y que bien gestionará para el futuro de su sobrina, Sara, la única hija de Pau, y la que él consideraba el amor de su vida.
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