Tres han sido los meses que Ana María Aldón (42 años) ha estado en Honduras, tiempo que ha aprovechado para evadirse de muchos de los problemas con los que lidiaba en su día a día, tal y como ella misma ha confesado frente a las cámaras del reality. Pese a que la esposa de José Ortega Cano (66) partió hacia su gran experiencia televisiva cargada de positividad y alegría, era plenamente consciente de que en España quedaba pendiente por resolver un litigio legal que arrastra desde hace más de un año con Emilio Salinas (44), la persona que diseñó los vestidos que lució en su boda.
El modisto reclama a la segunda finalista de Supervivientes 2020 un total de 9.600 euros en concepto de pago, cantidad que esta no está dispuesta a abonar y por la que muy pronto podría pasar por lo tribunales.
"Teníamos el juicio a finales de marzo, pero se acabó suspendiendo por el confinamiento", ha declarado Emilio Salinas a JALEOS, que añade que tras su estancia en los Cayos Cochinos la superviviente no ha mostrado hacia él ningún tipo de acercamiento. "No he vuelto a sabe nada, todo está en manos de mis abogados y a la espera de que nos vuelvan a dar una nueva fecha", añade el diseñador.
La vista estaba programada para el 26 de marzo pero debido a la pandemia provocada por el Covid-19 no se realizó. De no haberse suspendido, Ana María Aldón hubiera tenido que interrumpir su concurso y viajar a España para dar declaración ante el juez, traslado que la organización de Supervivientes tenía previsto.
Un trato que acabó en desacuerdo
Los hechos se remontan a principios de octubre de 2018 cuando ve la luz la exclusiva de la boda de José Ortega Cano y Ana María Aldón en la revista ¡HOLA!. Según Salinas, la esposa del torero, que era una de las trabajadoras de su taller, faltó al acuerdo verbal que fijaron previamente a la celebración del enlace al atribuirse en la citada publicación la autoría de los modelos que lució en su gran día. Hecho que generó un gran descontento en el creador toledano dado que, supuestamente, no era ese el plan acordado por ambos.
El modisto afirma de manera tajante que el pacto consistía en que los vestidos no le supondrían ningún coste a la gaditana a cambio de que en el reportaje quedase constancia de que el diseño de los mismos habían sido obra suya, cuestión con la que quedó desconforme al ver el reportaje. La queja de Emilio Salinas no se hizo esperar a través de las redes sociales, mientras que Ana María alegaba que ella misma también estuvo muy pendiente de cada uno de los pasos a seguir tanto en el diseño como en su confección, y que la compra de parte de los materiales habían corrido de su bolsillo. Un desacuerdo que acabó con la relación personal y profesional que ambos mantenían hasta entonces y que tiene todos los visos de que acabará resolviéndose en los juzgados.
[Más infomación: El diseñador Emilio Salinas reclama a Ana María Aldón el dinero de sus vestidos de novia]
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