Laly Bazán, la tía de Jesulín de Ubrique (46 años), está totalmente rota y devastada tras la temprana e inesperada muerte de su único hijo, Pedro, a los 55 años. Perdía la vida tras unas complicaciones durante una intervención quirúrgica y dejaba a la familia en shock y a una madre sin consuelo y sin el único pilar que sostenía su casa. Ese hombre de su vida con el que había formado un tándem perfecto. Según ha podido conocer JALEOS por parte del entorno de la familia, "Pedro y su madre estaban fuertemente unidos y él lo había dejado todo para acompañarla en el día a día".
Él, sin pareja y sin hijos, optó por vivir con su madre y acompañarla. Todo un acto de amor. Renunció a otra vida para dejarse arrullar por su madre. "Ella siempre lo animó a vivir, a que conociera mundo en la medida de lo posible", se aclara. Se hacían compañía y nunca se dejaban solos, hasta el día de esa complicación en quirófano que todo lo cambió para Laly. La hermana de Carmen Bazán llevaba bastante tiempo alejada de los medios de comunicación, no cogía el teléfono con tanta frecuencia como antes -la familia la llamó al orden por su indiscreción-, había optado por la paz familiar, como se hace constar a este medio.
Laly vivía una etapa plena y feliz con los miembros del clan Ubrique. Se había integrado de nuevo tras un tiempo desfilando por los platós. Sin sobresaltos. Pero desde el pasado fin de semana, todo se fundió a negro para ella: fallecía su único hijo, al que le había dedicado la vida entera. No existe consuelo para ella, solo sabe llorar: "No para de llorar, la casa se le cae encima y no encuentra consuelo en nada. Todo le recuerda a él. Se había acostumbrado a su papel de madre las 24 horas. Solo habla de la soledad que le ha dejado".
"Pedro era especial", desliza con respeto y cariño quien bien lo conoció. El primo de Jesulín de Ubrique llevaba un tiempo aquejado de maltrecha salud. Nadie pudo imaginarse el desenlace de hace unos días. Todo se precipitó. En estos días son varios los medios de comunicación que se han puesto en contacto con Laly para darle el pésame, pero la respuesta siempre es la misma, cuando descuelga, que no suele ser lo habitual: pide respeto, tiempo y clemencia. El dolor es inmenso. En los últimos meses "Laly no se había separado de su lado, con el miedo añadido ante la pandemia del coronavirus". Ahora, el mayor empeño de su hermana Carmen es que "no esté sola y desea que se vaya a vivir con ella un tiempo". No obstante, de momento, Laly sigue en su casa. Así lo desea y lo ha dejado claro.
Pedro fue incinerado este pasado domingo en el tanatorio de Villamartín de Cádiz. Hasta allí se desplazaban algunos miembros de la familia. Entre ellos, Jesulín y su esposa María José Campanario (41), en la que ha sido la primera aparición pública de esta después de varios meses de confinamiento. Todos se han volcado de lleno con Laly Bazán. Para Jesús Janeiro y sus hermanos la muerte de Pedro ha sido un mazazo cruel, ya que todos habían crecido juntos y unidos. Forjaron una camaradería y hermandad que perduró en el tiempo.
En concreto, el torero está totalmente roto tras la trágica noticia y en estas horas tan complicadas su mujer está siendo un importante bastón emocional para él. Este periódico ha podido conocer que la comunicación con Laly "es muy fluida y las rencillas quedaron en el pasado". Además del matrimonio, en el tanatorio hicieron acto de presencia otros miembros del clan, como Humberto, Carmen y Víctor. Lo cierto es que hubo dos notables ausencias en este duro trance para Laly; la de su hermana Carmen, que todavía se encuentra confinada en casa por precaución ante el Covid-19; y la de Beatriz Trapote (39), la mujer de Victor, quien se encontraba ese día en el médico junto a su hijo.
En los últimos años, la figura de Laly Bazán ha tenido una gran presencia en los medios de comunicación y se había convertido en uno de los miembros más controvertidos y lenguaraces de la familia. Si bien es cierto que de un tiempo a esta parte no suele atender a los medios y vive un perfil mediático bajo, hubo una época en que se convirtió en la portavoz de la familia. Un gesto que, aunque no fue bien recibido en algunos momentos donde, incluso, se la llamó al orden, el clan ha querido devolverle el cariño acudiendo al velatorio para arroparla y estando muy pendiente de ella. No pasa un día sin que suene su teléfono para preguntarle cómo está.
[Más información: Muere el hijo de Laly Bazán, tía de Jesulín de Ubrique, a los 55 años]