Ana María Aldón (42 años) está radiante. La segunda finalista de Supervivientes continúa adaptándose a la normalidad después de haber pasado tres meses convertida en toda una náufraga. La gaditana regresó a España con casi 10 kilos menos, un moreno envidiable y un radical corte de pelo, cambios con los que parece estar muy feliz y con más energía que nunca. Pese a que la vuelta a la rutina va viento en popa, la diseñadora ha confesado que su aventura por los Cayos Cochinos le ha acarreado alguna que otra secuela. Efectos secundarios producidos por el desgaste físico y mental vivido en la isla que no se suelen irse de la noche a la mañana.
Durante un directo de Instagram que ha realizado, Ana María ha revelado a sus seguidores uno de los problemas con los que está conviviendo a raíz de su paso por el concurso. Hecho que viene a confirmar lo dura que puede llegar a ser la experiencia que ofrece el popular reality. "Una cosa que aún no he superado es el hambre. Voy al supermercado y lo miro todo con ansia", ha confesado la de Sanlúcar de Barrameda mientras enseñaba a elaborar la receta de unos pepitos rellenos de crema. Un postre que ha mencionado como objeto de deseo en varias ocasiones durante su concurso.
Ha pasado más de un mes desde que Ana María y el resto de finalistas de Supervivientes 2020 regresaron a España, tiempo que han aprovechado para recuperar el tiempo perdido con los suyos y situarse en la realidad que se han encontrado a la vuelta. Pero no todo queda en retomar hábitos, ya que varios concursantes de ediciones anteriores confesaron en su día que tras llegada sufrieron traumas psicológicos, problemas digestivos o desarrollo de enfermedades. Afecciones que tuvieron que atender para ser resueltas.
"Parece mentira que no valoremos las cosas. No las sabemos aprovechar, somos tontos", añadía la esposa del diestro cuando le preguntaban cómo se ha sentido al volver a realizar las tareas cotidianas que dejó apartadas cuando se marchó. Una vida sencilla con la que asegura estar muy feliz y cuyos pilares son sus hijos y su marido.
Mujer discreta
Ana María Aldón ha tenido durante los últimos meses una vida muy diferente a la que acostumbraba. De ser una mujer discreta a la sombra de José Ortega Cano (66), ha pasado a ser personaje de interés público por sí sola, hecho que según muchas voces iba a significar un antes y un después el ella. Pero no, la diseñadora dice que prefiere continuar su vida tal y cómo se estaba desarrollando antes de su paso por el concurso, opción que le vuelve a situar de nuevo junto al torero. Si bien es cierto que Aldón ha demostrado saber moverse en televisión, la diseñadora no quiere alejarse de los suyos para desarrollarse profesionalmente en los medios. Un 'No' rotundo que, de momento, mantiene en firme.
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