Pocas figuras del espectáculo fueron tan famosas como ella a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Una mujer que levantó pasiones y revolucionó a toda una generación. Elena Anna Staller, más conocida por el apelativo de Cicciolina (68 años), nació en 1951 en Budapest (Hungría) fruto de un matrimonio formado por una matrona y un funcionario del Ministerio del Interior húngaro, una familia de clase media que nunca imaginó que su hija algún día se convertiría en la actriz de cine para adultos más conocida del mundo.
Películas, programas de televisión, revistas... todos los medios de comunicación ansiaban tener al que ha sido uno de los grandes mitos eróticos de finales del siglo XX. Una estrella de talla internacional que inclusive llegó a ocupar un asiento de la bancada de diputados de la cámara italiana desde 1987 a 1992. Desde hace varios años no sabemos mucho de Cicciolina, y es que apartada del foco mediático, parece que su brillo de antaño ha quedado diluido en el tiempo, pero, ¿Qué ha sido de ella?
Afincada actualmente en Roma y dedicada a su hijo, Ludwing Maximillian Koons (27), fruto de su matrimonio con el reconocido escultor Jeff Koons (65) -autor de obras como el archiconocido Puppy que preside el museo Guggenheim de Bilbao-, Cicciolina ha revelado en una reciente entrevista que al programa radiofónico Vale Doble, de la emisora argentina Radio Rivadavia, su intención de volver a la palestra. Durante la conversación, la exactriz ha confesado que le gustaría regresar a la política, una conversación en la que también contó que estaba pasando por severos problemas económicos debido a la bajada salarial que el gobierno italiano ha realizado a sus antiguos cargos. "Podía haber muerto de hambre si no hubiera hecho algún trabajo en este tiempo. Con un gobierno así, creo que me iré de Italia", ha dicho la artista.
El pasado año, Staller contó en la revista Vanity Fair que se encontra en bancarrota, motivo por el que ha tenido que vender gran parte de sus enseres personales, entre ellos un vestido confeccionado con los colores de la bandera italiana que lució "sin bragas debajo" el día que juró el cargo en 1987 en la Cámara de los diputados de Italia, y su lujoso ático de Roma. Una vivienda de 250 metros cuadrados que se convirtió en cuasi leyenda cuando salió publicado que la actriz convivía allí con un tigre de bengala. En los últimos tiempos Cicciolina se ha dedicado a ofrecer experiencias a sus fans, como cenar pizza con ella o jugar una partida de ajedrez. Actividades por las que más férreos seguidores están dispuestos a pagar.
Pese a haber sido uno de los mitos eróticos más potentes del pasado, la artista ha llegado a afirmar que lleva tres años sin mantener relaciones sexuales. "El amor lo hago en casa, conmigo misma. Los hombres a menudo ni siquiera lo intentan. Quiero una persona seria, alguien que me ame", confesaba en la citada publicación. Un 'parón' que muy pocos imaginarían dada la imagen hipersexualizada que ha exhibido durante décadas.
Sus apariciones públicas son muy escasas, tan solo podemos ver su actividad a través de su perfil de Instagram, donde sube con frecuencia imágenes de sus años de máximo esplendor. Unos recuerdos que esconden una apasionante historia que muy pronto podría plasmarse en una serie de televisión. "Estoy preparando una serie sobre mi historia de vida. Y estoy muy feliz, porque ya estamos trabajando en ello y es una producción para todo el mundo", ha asegurando en la ya citada entrevista. Un proyecto que de materializarse podrían devolverla con fuera a la escena pública.
Tras vivir una infancia traumática marcada por los abusos sexuales, tal y cómo ella contó en su autobiografía en el año 1982, trabajó para los servicios de espionaje de su país con el fin de sacar información a los políticos que se alojaban en el hotel donde ejercía de camarera. Un lugar donde conoció al italiano Salvatores Martini, que se convirtió en su esposo y por el que consiguió la ciudadanía italiana. En 1973, ya instalada en Roma, Elena Anna pasó a llamarse Iiona Staller y se puso al mando junto al director de cine Riccardo Schicchi de un programa de radio llamado Voulez-vous coucher avec moi? (¿Quieres acostarte conmigo?). Espacio por entonces revolucionario donde ella se encargaba de contestar a los oyentes que querían contar alguna experiencia o preguntar alguna duda en el ámbito sexual. Fue ahí donde la joven comenzó a adoptar el apelativo de 'Cicciolina', que en italiano quiere decir 'queridísima', ya que era la manera en la que los seguidores del programa se referían a ella. Esta fue su primera incursión en el mundo de los contenidos eróticos, un género en el que llegó a reinar durante años.
Ya coronada como personaje mediático, Cicciolina empezó a protagonizar títulos de cine para adultos, género gracias al cual adquirió una enorme popularidad tanto en Italia como en otros países europeos. Su estética bucólica y naíf se convirtió en su mejor sello de identidad, un estilo propio que la industria del porno comenzó a copiar de manera sistemática. En 1979 la húngara llegó a la televisión a través del programa de televisión C´era due volte, de la cadena pública italiana Rai2, donde apareció bailando y cantando ataviada con unos velos transparentes.
Esta actuación fue todo un bombazo en aquel entonces, ya que los suyos fueron los primeros pechos que salieron desnudos en la televisión del país. A partir de ahí comenzó a cotizarse al alza como personaje público, protagonizando portadas de publicaciones de tirada internacional como PlayBoy y acudiendo a numerosos programas de televisión de todo el mundo. Un ritmo frenético en el que explotó al máximo su personaje y que desembocó en su entrada en política.
En 1979, Cicciolina se presentó sin suerte como candidata al Parlamento italiano por la Lista del Sole, el primer partido verde de Italia, razón por lo que en 1985 decidió cambiarse al Partido Radical. Desde esa tribuna luchó por la entrada de Italia en la OTAN y abanderó la marcha contra la energía nuclear. Acciones que en 1987 la llevaron a ser elegida diputada en la décima legislatura del Parlamento italiano ocupando el cargo de segunda en las listas de su partido.
Mítica fue su imagen acudiendo al hemiciclo con el mencionado vestido con los colores de la bandera, una estampa que aún mantienen en su memoria millones de italianos y que acabó recorriendo el mundo. El escándalo que protagonizó cuando ofreció a Saddam Hussein tener relaciones sexuales con ella a cambio de evitar la guerra del Golfo no hizo más que alimentar su leyenda, acción que contó con un enorme impacto mediático. Una mujer que cuenta con seguidores y detractores pero que sin lugar a dudas es dueña de una apasionante historia que merece ser contada.
[Más información: Qué fue de Pepe Flores, el ganador de 'Gran Hermano' al que condenaron a prisión]