El salto a la palestra mediática de Antonio Carrasco removió los cimientos de la que es una de las familias más populares en España. 'El Junco', nombre con el que se le conocía en el mundo del espectáculo, reveló en el año 2005 un secreto que llevaba guardando más de tres décadas. Una historia de amor de más de 20 años con la que posiblemente haya sido uno de los últimos mitos artísticos que ha dado nuestro país: Lola Flores.
Serio, con una notoria incomodidad y alegando que su decisión de hablar se debía a los apuros económicos que estaba atravesando, el bailarín se sentó en el desaparecido programa ¿Dónde estás corazón? para revelar uno de los misterios más desconocidos de la vida de 'La Faraona'. Fue una controvertida entrevista que causó un gran revuelo en aquel momento y que, según recogieron los diarios en aquella época, le hizo hizo ganar la nada despreciable cantidad de 48.000 euros.
El idílico matrimonio que durante décadas escenificó Lola Flores junto a Antonio González 'El Pescailla' delante de las cámaras quedaba así en entredicho. Un asunto que provocó un gran disgusto en el seno familiar de la desaparecida artista, siendo su primogénita, Lolita, la única que se atrevió a responder a todo lo que se decía por aquel entonces sobre su madre.
"Lo que haya tenido mi padre y mi madre entre ellos, es un problema de ellos. El que quiera saber, hay una casa en la que están enterrados los tres. Que vayan y pregunten", esbozó la cantante en el mismo plató en el que después se sentaría 'El Junco', y añadió de manera contundente: "Si no ha habido cojones de preguntar en 40 años a Lola Flores, que no tengas cojones ahora para preguntar a la familia".
El gran malestar que provocarían sus palabras a las hijas de la que, según él, fue el gran amor de su vida, no fue suficiente para que Antonio Carrasco no acudiera al plató de Antena3 para contar cómo vivió su idilio con la jerezana. Una relación que nació cuando el por entonces joven bailarín fue contratado por Lola Flores y El Pescaílla para su espectáculo, La Guapa de Cádiz -estrenado en 1967-, haciéndole un jugoso contrato difícil de rechazar.
"Medió el representante, Pulpón, firmándome una exclusiva de doce años con la compañía de Lola Flores, en calidad de primer bailarín de su cuadro flamenco. Yo estaba bien considerado, era un buen bailaor. La relación que Lola y yo tuvimos comenzó cuatro o cinco años después de firmar mi contrato", contó 'El Junco' en el programa DEC. Una historia en la que él, por entonces, tenía 17 años, mientras que ella 43. Diferencia de edad que no fue ningún impedimento para que se comenzaran a ver con otros ojos.
Tuvieron que pasar unos años para que Lola y Antonio comenzaran a tener una relación más íntima, un amor secreto que los manutuvo unidos durante más de dos décadas. Según contó en su día el bailaor, su familia conocía de sobra la relación que mantenía con la artista, de hecho 'La Faraona' compartió junto a la madre de El Junco y sus hermanos momentos que quedaron grabados en la mente de su protagonista. Además, entre las amigas más íntimas de la cantante era de sobra sabido que la compañía de Lola no era la de un simple empleado. Realidad que años después, con el estallido de toda esta polémica, revelaría Carmen Sevilla (89 años).
"Lo reconozco, sí que lo sabía", confesó la que fuera una de las mejores amigas de Lola Flores, que asumía haber mentido a la prensa cuando se le preguntó con anterioridad: "Me equivoqué al negarlo. Eso me ha dolido mucho y ahora rectifico. En su momento lo hice con cariño, con ese respeto que le he tenido siempre a la familia Flores, a sus hijas". Palabras que fueron emitidas por la que fuera 'la novia de España', después de que se filtrase una conversación de ella afirmando los hechos que había negado anteriormente.
Si bien es cierto que muchos calificaron este capítulo en la vida de Lola Flores como una deslealtad hacia su marido, la realidad fue diferente. La propia artista reconoció en vida que la pasión en su matrimonio con 'El Pesacailla' había desaparecido con el paso de los años, dejando así una estela de cariño incondicional que los uniría para siempre.
Un amor diferente gracias al cual, sus hijos vieron a sus padres unidos hasta el final, tal y cómo la andaluza quiso. "Lola decía que con su marido había llegado a un pacto, aunque no eran los pactos de la Moncloa", afirmaba el amigo de la cantante, y experto en el mundo de la copla, Hilario López Millán (80) durante una entrevista con Jesús Quintero (79). Palabras que reflejan que la sintonía familiar de los González Flores nunca se vio alterada por este romance.
"Nuestro amor fue muy difícil. Llorábamos juntos. Quería estar conmigo todo el tiempo posible, pero no tanto como yo deseaba. Y nunca le pedí que dejara a los suyos, su casa, su familia y se viniera a vivir conmigo", afirmó el último hombre de Lola Flores, unas declaraciones en la que transmitió la pena que sentía por aquel amor que había perdido. Pese a eso, años después el bailaor rehizo su vida con Marta Amaya, hermana de la cantante Remedios Amaya, con quién tiene un hijo. Una relación que terminó en el año 2011 después de que Marta contase públicamente que su esposo había cometido una infidelidad.
Cierto es que nunca hizo especial hincapié en hacerse un hueco en el mundo de la televisión, con el que incluso parecía no estar muy a gusto. Hecho que le llevó, tras capear la marea mediática que provocó su testimonio, apartarse de los focos para continuar con su vida. Las últimas imágenes que conocemos de él pertenecen al funeral de Antonio Cortés Chiquetete, en diciembre del 2018, con quién tenía una gran amistad. En las instantáneas se le puede ver algo más mayor y luciendo la misma figura esbelta de bailarín que encandiló a Lola, un hombre que a día de hoy pasa desapercibido totalmente a ojos del gran público. Sevilla sigue siendo su entorno habitual, donde continúa relacionándose con todos los amigos con los que ha pasado media vida. Una persona discreta que utilizó su historia para salir adelante en una situación difícil, algo que, según su versión, le aconsejó 'La Faraona' antes de fallecer en 1995.
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