Las pasiones son, a menudo, irrefrenables. Los sentimientos de amor, desamor, los celos o el despecho, en infinidad de ocasiones, conducen a las personas a tomar decisiones equivocadas o a llevar a cabo acciones que en apenas un segundo pueden tumbar el delicado castillo de naipes que uno ha ido construyendo poco a poco y con sumo mimo durante muchos años.
Las vidas de Marta López (46 años) y Alfonso Merlos (41) parecen estar conectadas por esas pasiones desbocadas del alma que empujan a actuar con vehemencia y con nada de razón. El periodista y la colaboradora de televisión tienen hoy en común mucho más que sus tendencias políticas e ideales conservadores. El hilo transparente que los une está marcado por la caída en desgracia de dos personas que lo tenían todo, al menos en el ámbito laboral, y hoy se encuentran en un callejón sin salida al que han llegado únicamente por su propia irresponsabilidad.
Marta y Merlos se conocieron bajo los focos de los platós de Telecinco e iniciaron un impetuoso romance en octubre del año pasado. Tan solo seis meses después, y a pesar de los estrechos lazos familiares que habían creado -prácticamente vivían juntos y él tenía muy buena relación con los tres hijos menores de ella-, todo saltó por los aires.
El día 23 de abril mientras el también abogado Merlos se encontraba realizando una colaboración en directo con el programa Estado de Alarma de YouTube, de manera inesperada, una mujer en bikini que no era su pareja, irrumpía justo en plano. Poco tardó en desvelarse la identidad de la joven. Ella era Alexia Rivas (27), reportera del programa Socialité de la misma cadena en la que trabajaban todos.
El bautizado como Merlos Place, alusión directa a la mítica seria americana de los 90, entregó al grupo Mediaset España las audiencias más altas de la última década. La casualidad quiso que el primer día que Sálvame trató este asunto, dedicándole las cinco horas completas del programa, estuvieran celebrando sus once años en antena. El aniversario vino con una alegría inesperada: récord histórico de audiencia gracias al culebrón del confinamiento. Solo la versión Tomate anotaba un colosal 21,4% de cuota y 3.139.000 espectadores.
Habida cuenta de que Marta López era el único de los tres vértices de este triángulo amoroso dispuesto hablar sin cortapisas sobre la surrealista historia, recibió la oferta de un contrato laboral de dos meses con Telecinco. Marta López y la cadena de Paolo Vasile (67) acordaron un sueldo bruto de 33.000 euros que incluía participaciones en Ya es mediodía, tres colaboraciones en Sálvame Diario, algún Sábado Deluxe, los ocho programas de La última cena y una entrevista en el PoliDeluxe.
Pasados esos dos meses, JALEOS contactó con la colaboradora y reveló a este medio que seguiría acudiendo a la tele, pero no con tanta asiduidad. "Aunque sea menos, sigo haciendo alguna colaboración pero no es el mismo contrato", apuntó, confirmando que seguiría vinculada contractualmente a Mediaset al ser renovada y no reemplazada o desechada, como sucede en infinidad de ocasiones.
Pero Marta no contaba con este revés inesperado. En unos días de vacaciones durante este mes de agosto, la empresaria se escapó a Marbella y desde allí publicó unas polémicas imágenes donde se la veía con un grupo de amigas bailando en una discoteca sin mantener la distancia de seguridad ni llevando la mascarilla.
Este jueves, Mediaset, a través de un comunicado, informaba de que decidía prescindir de las colaboraciones de Marta López por "conducta irresponsable" ante las medidas preventivas anti Covid-19. Una oportunidad laboral que le reportaba el grueso de liquidez para su economía familiar teniendo en cuenta que su otro flujo de ingresos, el catering El Búho, se encuentra casi paralizado al no haber bodas o grandes eventos por la crisis del coronavirus.
El escándalo de la presunta infidelidad del intachable Alfonso Merlos, los posteriores vídeos donde se le veía besándose en público con diferentes mujeres y los comentarios respecto a sus secretos de alcoba provocaron que el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), el organismo en el que era Director de Comunicación desde 2017, tomara cartas en el asunto.
El día 20 de mayo, la Junta de Gobierno se reunió para valorar si rescindían el contrato de colaboración con Trocadero Comunicación S.L., la empresa a través de la cual Merlos estableció su vinculación con el Colegio y por la que cobraba 181.000 euros brutos anuales.
Además, la ruptura del contrato no implicaría ninguna indemnización para el afectado, pues no existía ninguna cláusula que especifique este tipo de compensación. Finalmente, el 16 de julio, Confilegal publicaba que el ICAM decidía acabar su relación con la mercantil Trocadero Comunicación, S.L., de la que es principal propietario Alfonso Merlos. Su marcha del ilustre colegio se hará efectiva el próximo 15 de septiembre.
A los casi 12.000 euros netos mensuales que Merlos se embolsaba como Dircom del ICAM hay que añadir el roto económico que le provocó toda esta vorágine. Alfonso Merlos no solo ha sido copresentador de algún programa de Telecinco sino que colaboraba activamente en El programa de Ana Rosa, Ya es mediodía o Todo es mentira. Formatos desde los que abordaba la actualidad social, política y económica del país y empleos a los que decidió renunciar voluntariamente cuando su vida personal -su ruptura con Marta y su idilio con Alexia- se impuso a su criterio periodístico.
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