María Teresa Campos (79 años) se ha puesto seria y ha dicho basta. No puede más ante tantas informaciones que se vierten en los platós y en los medios de comunicación sobre su familia. Ella solo desea estar tranquila y ser feliz, disfrutar de su trabajo con YouTube y vivir ajena a dimes y diretes. Pero no la dejan. Ni los de fuera, ni su propia hija Carmen Borrego (53). JALEOS ha podido conocer a través de una fuente de total solvencia que María Teresa ha reconvenido a su hija menor por sus declaraciones en Lecturas sobre Rocío Carrasco (43) y su hija. No le han gustado, le han parecido "fuera de lugar".
Se matiza: no porque lo que Carmen cuente no sea verdad, no. Teresa está molesta porque sabe de la repercusión de las palabras y así lo pudo corroborar el mismo miércoles en Sálvame. La respuesta de Antonio David Flores (44) estaba ahí, como ella profetizó. Está harta de ser el centro de las noticias. "Pide que la dejen tranquila de una vez", asegura a este medio una amiga suya. No contesta a llamadas ni a mensajes de WhatsApp de periodistas. Es más, se apostilla que así lo hará a partir de ahora: cierre de grifo por su parte.
Anda Teresa estos días agitada porque aseguran que Edmundo Bigote Arrocet (70) quiere volver con ella, que está mandando mensajes y haciendo llamadas a su entorno. No es mentira la información, como ha podido confirmar este medio. Tal y como avanzó Jesús Manuel Ruiz, el humorista chileno se ha puesto en contacto con el hombre de máxima confianza de la comunicadora -se pide expresamente no aparecer ni nombre ni referencia laboral-, y le pregunta, insiste, por esta, por su salud, por la Covid y los estragos y, sobre todo, por el ánimo de Campos madre. Bigote "está receptivo, amigable", pero María Teresa no.
"Ella cerró esa puerta y no la va a volver a abrir. Tiene claro que no volverá. El tiempo de la conversación pasó y ahora es ella quien pasa", informa quien bien la conoce. Teresa no quiere saber nada, ha pedido que nadie conteste ni hable con y sobre él. Solo quiere Teresa que el cómico se ponga de acuerdo en el día en que recoja de una vez por todas lo poco que le queda de pertenencias en casa Campos, como algún que otro cuadro y un coche en el garaje. Nada más, y nada menos. Lo demás, son habladurías sin fundamento. Hay otra cuestión con la que Teresa Campos "está que trina". Lo que en cualquier otro momento se habría tomado a risa, ahora maldita le hace.
Antonio David aseguró en Sálvame que sus hijas, Carmen y Terelu, tienen un hermano 'secreto' en Málaga. "Que hable de su hermano de Málaga", arengaba el ex Guardia Civil a Borrego. Lo hacía como si tuviesen las hermanas algo que ocultar, como si en el hecho de tener un hermano por parte de padre hubiese algo turbio. Eso, y no la información, es lo que ha enfurecido a María Teresa.
Porque ese hermano existe, y no se oculta. No es secreto en absoluto: se llama José María, es mayor que Terelu y pertenece a una relación anterior del que fue marido de Teresa Campos, como ha podido conocer este medio. El enfado de la comunicadora también viene porque esta persona quiere ser anónima y no se la está respetando. Sea como fuere, se asegura a este medio que "nada hay que ocultar". Ese hermano existe y nada más.
La mala suerte de Teresa con su casa
No tiene suerte Teresa con su casa de Las Rozas. Sigue sin venderse. Este año parecía el suyo. De hecho, María Teresa ha estado a punto de desprenderse, por fin, de ese mausoleo. Pero en esta ocasión tampoco ha podido ser. Antes de la pandemia de la Covid-19, la malagueña encontró un comprador interesado, como pudo confirmar este medio hace unos días. Esa persona se desplazó a casa de Teresa tras fructíferas conversaciones previas, quedó encantada con las instalaciones; todo parecía fluir. Esta vez, sí, se dijo Teresa. Por eso, fue ella quien ordenó a la inmobiliaria que retirase el cartel de 'se vende'. Lo pidió de forma discreta porque entendía que así tenía que hacerse, sin revuelos mediáticos. En los días venideros, María Teresa, acompañada de su hija Carmen, iba a formalizar la venta, con documento y entrega de llaves mediante. Con día y hora fechada, todo se truncó por el Estado de Alarma que se decretó en España.
Todo quedaba en stand by. Teresa, supersticiosa como es, se vino un poco abajo, como se asegura a este medio. No se esperaba la situación. Su entorno le hizo ver que nada tenía por qué cambiar, que todo seguiría igual. Y Campos intentó hacer vida normal. No obstante, en pleno verano, se produjo una llamada que hizo que todo se viniese abajo. El comprador argumentó las razones por las que no se podía quedar con la casa. Las prioridades habían cambiado. Se echaba, de momento, para atrás. No son tiempos para invertir, es muy arriesgado.
Otro comprador que se echa para atrás, otra desilusión. Otra vez a empezar de nuevo. Aseguran que Teresa ya ha perdido la esperanza, aunque sus hijas la animan. No todo está perdido. Este fin de semana el cartel de 'se vende' volvía a colgarse en la web de la inmobiliaria. Su precio, el mismo de antes: 3,1 millones de euros. Este periódico se ha puesto en contacto con Teresa Campos, quien no ha querido pronunciarse al respecto.
[Más información: Teresa Campos y su 'casa maldita': la infructuosa historia del último comprador]